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Preocupación global por Ucrania

Con pérdida de reservas, la Bolsa de Buenos Aires sonrió (pero los bonos no)

Mientras Wall Street volvió a sufrir por Ucrania y la Fed, las acciones argentinas tuvieron un buen día, y con más volumen negociado

Las acciones argentinas tuvieron un buen día, mientras que los bonos tiraron a l
Las acciones argentinas tuvieron un buen día, mientras que los bonos tiraron a l
Luis Varela 22 febrero de 2022

De manera risueña, las conversaciones que iniciaron el día de ayer entre los operadores (todos muy cabuleros) repetían "preparate, porque hoy vamos a tener todos los patitos en línea". 

¿A qué se referían? Ayer fue 22 02 2022, un palíndromo, un número que se lee igual de derecha a izquierda y de izquierda a derecha. Pero al final de la rueda, algún analista perdido sostuvo que el día había sido "soso, ni fu ni fa", con algunas cosas que salieron bien, y otras que mostraron señales negativas.

¿Qué fue lo que salió decididamente bien? Sin dudas, la tensión por Ucrania, con Rusia ya ocupando las zonas separatistas, con EE.UU. y Gran Bretaña anunciando sanciones, y con analistas que anticipan que Putin tiene planeada todavía la ocupación de otras dos provincias ucranianas, la reacción global que tuvieron las commodities resultaron en todo ganancia para la Argentina. 

Con altísima volatilidad, al cierre bajó algo el petróleo, los metales preciosos estuvieron mixtos (bien la plata no así el oro) y hubo algún repunte tibio para las criptomonedas, pero lo fundamental fue la reacción de los metales básicos (que alcanzaron nuevos máximos de una década) y lo más importante para nuestra economía fue un nuevo salto vertical para los granos.

Commodities para arriba

Efectivamente, tras el feriado del lunes en EE.UU. por el Día de los Presidentes, ayer en Chicago se registró un brinco del 5,4% para el trigo, un salto del 3,4% para el maíz y un aumento del 2,5% para la soja, que colocó al "yuyito" (principal producto de exportación de la Argentina" a nada menos que US$ 603, muy cerca de alcanzar los US$ 611 de techo en nueve años que se registró en mayo del año pasado. 

Y con eso, los valores de la Bolsa de Rosario no se hicieron rogar: hubo un salto del 2% para el trigo, un alza del 0,9% para el maíz y una mejora del 0,7% para la soja.

Evidentemente, este conflicto con Ucrania, que encuentra al mundo saliendo del Covid y muy cerca de que la Fed empiece a retirar liquidez de los mercados, están generando un momento casi ideal para Argentina, con el dólar mundial débil (que lo debilita también en el mercado local) y ayer con una leve baja para el petróleo (que es uno de los valores más caros que exportamos, esencialmente fuel y gas), con los valores de exportación volando por los aires, lo cual plantea chances de que entre abril y junio el BCRA pueda juntar buenas reservas cuando se liquide la cosecha gruesa, que encima tibiamente parece empezar a recibir alguna lluvia tan esperada y necesaria.

Toda esta combinación generó en los mercados europeos y norteamericano una rueda entre bajista o pesimista, mientras que los mercados latinoamericanos estuvieron pletóricos. 

En el exterior el dólar subió 0,3% contra el yen y 0,1% contra la libra, pero bajó 0,1% contra el mexicano, cedió 0,2% contra el euro, descendió 0,7% en Chile y cayó 1,1% en Brasil, que también es muy beneficiado por el altísimo precio de la soja.

A nivel local, luego de que el BCRA subiera un escaloncito la tasa de los plazos fijos, hubo una alta participación de los bancos colocándole una montaña de pesos en las Leliq y en las nueva Nota ajustables: absorbió nada menos que $455.098 millones papeles cortos y $470 millones en papeles largos, mientras que las tasas de los plazos fijos siguieron en el 41,5% anual.

Los dólares para abajo

Esta postura, más la soja volando, más lo que se va conociendo del acuerdo con el FMI (a pesar de las dudas sobre su aprobación), hicieron que ayer los dólares libres siguieran bajando: el blue bajó $1,50 hasta $210, con el MEP a $197 y el contado con liquidación a $202, lo cual significa que las brechas cambiarias se colocaron debajo del 90% por primera vez en mucho tiempo.

Esta situación de commodities en alza, con dólar global débil, determinó que la Bolsa de Nueva York volviera a estar ayer para abajo, con pérdidas promedio del 1,2%, al tiempo que las bolsas latinoamericanas estuvieron todas en verde: México subió 1,1%, San Pablo 1% y Buenos Aires avanzó 0,5% (con $1.395 millones operados en acciones y $4.615 millones en Cedears). 

Pero lo más distintivo fue que mientras hubo bajas importante en algunos papeles neoyorkinos, los ADR argentinos tuvieron una suba en bloque, que marcó un salto de hasta el 10%, con Central Puerto, Edenor, Macro, Galicia, IRSA I, Cresud, YPF, Pampa E en la punta de lo mejor, y con bajas en Mercado Libre y Bioceres, una por su balance y la otra porque ya había subido hasta el cielo y baja en este momento como todas las tecnológicas.

Cuál fue entonces el mal trago del día para que los patitos no estuvieran tan alineados y se terminara en la boca con un sabor de día soso. Hubo dos datos que preocuparon. Los bonos argentinos volvieron a bajar 0,3%, el riesgo país subió otras 25 unidades, colocándose en 1.734 puntos básicos. Y, probablemente la peor noticia del día tuvo que ver con el saldo del Banco Central, que perdió ayer US$ 62 millones, con inquietud en operadores porque se ve muy trabada la negociación con el FMI. Y, además, acaba de terminar la liquidación del trigo, y en un mes en el que desde Economía habían anticipado que se podrían llegar a reunir US$ 2.500 millones, la autoridad monetaria terminó perdiendo en lo que va de febrero nada menos que US$ 330 millones, por lo que la cosecha de trigo pasó, como el año pasado, para superar el momento, pero sin que quede absolutamente nada en las arcas de Reconquista 266. Y como si fuera poco con otra mala noticia: el saldo comercial de enero fue el más bajo en trece meses: apenas US$ 296 millones, por fuerte aumento de importaciones y un desempeño pálido en las exportaciones.

Los vencimientos que llegan

Y además, los que siguen los números más en detalle, conocen que se vienen en marzo, abril y mayo vencimientos de bonos en pesos, emitidos bajo el mismo gobierno de Alberto, o sea Guzmán hereda a Guzmán por una suma que asusta: $867.805 millones en marzo, $641.172 millones en abril y $792.066 millones en mayo. 

De ahí el gran apuro de Guzmán por presentar el paquete cerrado del acuerdo en el Congreso este viernes, para que sea votado cuanto antes, y esté todo listo para que dentro de un mes se pueda haber alcanzado el acuerdo por dos años y medio con el Fondo. Si logra eso, tendrá espacio para seguir con el vamos viendo, porque saltará marzo, y llegará a abril, mes en el que se empieza a liquidar la cosecha gruesa, que también será quemada, desaprovechada, sin que la realidad argentina varíe, porque las políticas siguen sin cambiar: no bajar el gasto, seguir exprimiendo a los privados, por lo que la inversión seguirá ausente y el empleo en blanco tampoco será algo fácil de conseguir.

Adelantándose a los duros tiempos que vienen, además de enviar el paquete al Congreso, Guzmán saldrá este jueves a volver a tomar deuda nuevamente. Tampoco participarán inversores individuales, sólo habrá ofertas para fondos de inversión y para los denominados creadores de mercado. Todo en pesos, a los fondos les ofrecerá una letra a un mes con tasa de interés. Y a los denominados creadores de mercado les ofrecerá 5 letras y tres bonos, con dos variantes: rendimientos por tasa o indexados por inflación. 

En este caso no hay papeles atados al dólar, posiblemente porque en la letra chica del acuerdo deba cumplirse un ajuste superior, ¿o quizás hay otro plan con el tipo de cambio?

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