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Fabián Calle

"Milei cree que el mundo es bipolar y Argentina está en la zona de influencia de EE.UU.: lo de relaciones carnales es un cliché de los '90"

El Economista dialogó en exclusiva con el analista internacional Fabián Calle

11 julio de 2024

Por Damián Cichero

En un mundo cada vez más convulsionado, asuntos que van desde elecciones en India, el Reino Unido y Francia hasta la guerra en Ucrania son algunos de los que no pueden dejarse de tener en cuenta a la hora de planificar la política exterior de los países. 

Sin embargo, en pleno año electoral en EE.UU., el radical cambio que puede significar un retorno de Donald Trump al poder parece ser el principal foco de atención. 

Aunque aún el 5 de noviembre queda lejos en el tiempo, todo hace indicar que Donald Trump regresará a la Casa Blanca a partir de enero de 2025, lo que podría implicar un giro de 180 grados en temas como la guerra en Ucrania, pero no en los vínculos de Washington con China. 

Más allá de los temas de política internacional, en los últimos meses, Argentina se ha caracterizado por tener un papel más visible a nivel mundial como consecuencia de la llegada de Javier Milei al poder.

El actual presidente argentino le ha dado un giro a la política exterior argentina, acercándose visiblemente a países como EE.UU. e Israel, mientras que se aleja de los socios que el país ha mantenido en los últimos años, como Brasil y China. 

Por ello, intentado analizar lo qué se viene para el mundo y Argentina en los próximos años, El Economista dialogó en exclusiva con Fabián Calle, analista internacional.  

calle
Fabián Calle

-¿Las elecciones en EE.UU. ya están definidas o Joe Biden aún tiene chances de ser reelecto?

Creo que el tema en Estados Unidos está definido porque Biden no va a competir. Lo que no está definido es si lo va a reemplazar Kamala Harris o si se bajará la fórmula entera usando la convención demócrata.

Ella parece ser impopular y su rendimiento como vice fue muy mediocre, dicho por los propios demócratas en privado, ya que nunca se lució ni en debates ni en nada. Incluso mucha gente opina que la eligieron justamente para que Biden no tuviera ningún vicepresidente que se destacara.

Sin embargo, a Harris le juega a favor el hecho de que es muy fuerte bajar la fórmula, ya que mostraría un nivel de desesperación muy grande. Además, si ningún gobernador joven está dispuesto a asumir la candidatura con dificultades, quizás para los demócratas la mejor opción es jugar la carta de Harris.

Pero lo que resulta evidente es que, por primera vez en mucho tiempo, el Partido Republicano en las encuestas se muestra arriba en el voto popular. 

En los últimos años, incluso cuando los republicanos ganan la presidencia, lo hacen en el colegio electoral, pero no en el voto popular, como le pasó a Trump con Hilary Clinton. 

Ahora las encuestas más optimistas para los demócratas los muestran empatados en voto popular y las más pesimista, perdiendo por 9 %.

Creo que el debate presidencial se organizó lejos de las elecciones justamente para probar y, si había una emergencia, tener tiempo de bajar a Biden, ya que usualmente los debates se hacen en agosto o septiembre, y este se hizo en junio. 

biden
Joe Biden

-¿Cómo impactaría en la OTAN y en la guerra en Ucrania un segundo mandato de Trump?

Las agencias permanentes de EE.UU., como el Pentágono y la Inteligencia, que trascienden los gobiernos, coinciden con Trump en que hay que abrir un canal de diálogo con Rusia porque no va a ser derrotada, pero tampoco va a conquistar Ucrania.

Saben que la prioridad estratégica en la próxima década es China y que hay que abrir un canal con Rusia para que se alíe a Occidente, o al menos para que no sea una fuente barata de energía y de alimento de China. 

EE.UU. necesita concentrarse en el Indo-Pacífico e ir aprovechando la histórica rivalidad que ha tenido Rusia con China, ya que las grandes asimetrías de poder que hay entre Pekín y Moscú llevan a que la diplomacia rusa y los militares rusos no se sientan muy cómodos con depender solamente de China. 

Por eso, creo que la diplomacia rusa va a apostar por volver a un nivel de pivoteo entre Occidente y China para sacar la mejor tajada. 

Hay que aclarar que, pese a que Trump lo explicita de manera más dura y directa, no le va a regalar nada a Rusia, ya que él no cree en la amistad, sino en los intereses, y sabe que un segmento grande de la sociedad americana no quiere seguir metiéndose en guerras que no hacen al interés del país.

Él no va a desarmar ni la OTAN ni se va a ir de la alianza, pero sí le va a exigir a Europa más dinamismo e inversión en armamento.

-¿Y en los vínculos de EE.UU. con China?

Trump endureció el vínculo con China, Biden lo hizo aún más y no hay dudas de que Trump lo hará todavía más. 

Hay un consenso en la política exterior norteamericana, que queda tapado por las peleas domésticas o por las discusiones en torno a Ucrania, pero tanto los demócratas como los republicanos y las agencias permanentes coinciden en que el rival estratégico es China. 

Ahí no hay matices. La divergencia es sobre si militarizar toda la relación o buscar más espacios de cooperación en temas de inteligencia artificial, ecología, medio ambiente, pandemias, etcétera. Pero allí hay un gran consenso que solo se va a mover en los márgenes. 

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Donald Trump

-¿Qué opina sobre el "exagerado" interés de Javier Milei por acercarse a EE.UU. e Israel? Parece estar haciendo más concesiones de las que estos países le exigen.

Milei interpreta que el mundo es bipolar y que Argentina está en la zona de influencia de Estados Unidos.

Creo que ha asignado dos áreas para un fuerte alineamiento con Estados Unidos, Israel y los aliados de Washington, que es inteligencia y defensa. 

Pero después, si uno ve cómo se mueve la Cancillería y el Ministerio de Economía, se observa una visión más global y una conciencia de que hay que vincularse con China por comercio y por los swaps.

Tampoco se cruzan líneas rojas con Rusia, no se aplican sanciones, no se envía armamento y no se ataca personalmente a Putin.

Esto del alineamiento carnal es un cliché de los noventa, pero no es así hoy en día. Ahora se trata de una opción estratégica en donde Argentina está en la zona de influencia estadounidense. 

El presidente Javier Milei.
Javier Milei

-En esta línea, ¿qué tan peligrosa es la estrategia de Milei de alejarse de China y Brasil, nuestros dos principales socios comerciales?

No veo un alejamiento de China. De hecho, lo que le interesa a China de la Argentina son los recursos naturales, carnes, oleaginosas, alimentos, minerales, cobre, litio, el RIGI y todo el impulso que Milei le va a dar a la explotación de minerales.

Esto último es una gran noticia para China y van a tener inmensas oportunidades de negocio y de explotación. 

China no tiene un gobierno ideologizado. Necesita materias primas y la Argentina es y va a ser una gran fuente de minerales y de recursos naturales. 

Quizás hay un alejamiento retórico, ya que Cristina Kirchner estaba fascinada con el ascenso chino y estaba convencida de la decadencia estadounidense, aunque nunca rompieron con el FMI. Pero Milei claramente tiene otro punto de vista.

Con respecto a Brasil, este nuevo Lula es muy diferente al de sus anteriores mandatos: es una persona que está grande, enojada y es vengativa. Tuvo una herida narcisista muy grande con los 500 días que estuvo preso, y ahora quiere que lo declaren mundialmente decente.

Lamentablemente para él, tuvo causas judiciales ratificadas por tres niveles de la Justicia brasileña, por lo que nadie duda de que hizo lo que hizo. 

Lula tiene una lectura muy multipolar y pesimista sobre el futuro del poder occidental y de EE.UU., y se le nota el error de diagnóstico que tiene sobre el Sistema Internacional.

De todas formas, Brasil no es Lula. Es un país federal con gobernadores muy fuertes, con un empresariado muy fuerte, con una sociedad civil muy fuerte y con una derecha muy fuerte que puede volver perfectamente al poder pese a todas las maniobras que está haciendo la política y la justicia para que Bolsonaro termine preso.

Por eso, hay que seguir la relación con Brasil al nivel de ministerios, empresas, provincias y cancilleres.

Mientras tanto, que Milei y Lula hagan su acting ideológico. Los que estamos en los otros niveles trabajaremos para preservar la relación argentino-brasileña.

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