Escenario ¿Y la agenda?
Una visión de la estabilidad y del desarrollo armonizadas son el fundamento de una agenda coherente. La disociación es esquizofrénica.
dom 19 May
dom 19 May
Economista
Lic. en Economía Política UBA - Post Grado en Econometría ULB (Bélgica)
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
Español
Una visión de la estabilidad y del desarrollo armonizadas son el fundamento de una agenda coherente. La disociación es esquizofrénica.
En ninguno de los lados de la grieta reconocen que Argentina creció y mejoró cuando hizo lo mismo que hacían los países a los que les iba y les fue bien. Estudiaron en esos países y les dijeron “haz lo que yo digo, no lo que hago”...y creyeron. ¿Mejores alumnos o giles de la clase?
La inflación al 100% anual impide atacar, inclusive paliar, el principal problema social (y económico) que es la pobreza y el autoempleo de bajísima productividad
Estamos peor que nunca. Escuchar a las voces de los principales espacios es perturbador. La generación Meiji supo buscar ejemplos a seguir en el resto del mundo. Copiar lo que hicieron los mejores, no lo que dijeron. Aquellos a los que le fue bien.
El ministro de Economía, enfrentando a un problema serio y difícil, imaginó la salida con una amenaza “menemista”. No es por ahí. Cerrar las fábricas. Sustituir producción y trabajo nacional por trabajo y producción importada. Increíble.
Massa, con su acomodo de escombros, ayuda a la estabilidad de CFK y los senadores con su vocación de servicio contribuyen, por la vía del tabicado judicial, a sostener a Cristina. En esa condición CFK elige a Mauricio; y Macri y su entorno, para sobrevivir, aceptan.
En el Efecto Morsa, Mauricio y Cristina son, cada uno, uno de los extremos. La morsa aprieta a lo que está en el medio. El costo del Efecto Morsa, como respuesta al hecho catastrófico (el atentado), es el desvanecimiento de las verdaderas vocaciones dialoguistas. Adiós a los sensatos.
Vivimos el eterno “Día de la Marmota” económica nacional de una sociedad decadente, como consecuencia de “no medir las consecuencias” de las “medidas”.
El ruido de y en la política es lo hoy dominante. Un nivel ramplón y miserable que los envuelve a todos, casi sin excepción, en un remolino escatológico.
No pensar es la mejor manera de llegar tarde. Repetir es retroceder. En eso estamos hace medio siglo.
¿Massa abandonó la promesa de Silvina Batakis de caja única, como herramienta para detener la sangría monetaria de la ineficiencia pública?
Massa, para ser lo que aspira, debe construir “poder”. Para poder hacer.
El pez se pudre por la cabeza y, en política, los países se curan si cambian las cabezas.
La política puede reconstruir el liderazgo ético para salir de este desgraciado momento excepcional recreando expectativas.
El kirchnerismo, en todas sus versiones, está infectado del virus de la violencia. Al macrismo le pasa lo mismo.
No hay desarrollo sin largo plazo y sin consenso. Ese es el ABC de la política que hace medio siglo ha sido ignorado.
Si lo recuerdan a Perón, recuerden que no hay economía que resista la debacle de la política.
La pobreza intelectual consiste en repetir hasta el hartazgo “hay que” y no poder decir “cómo”
Cuando se apaga la cámara de la TV y empieza la necesidad de gobernar, el “hay que” se enfrenta al “cómo” y la energía discursiva se derrite