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Situación económica

El mercado se prepara: los pesos frescos vienen marchando

El dólar soja 2.0 volvió a sumar reservas ayer en el BCRA, que al mismo tiempo se endeuda en Leliq. El blue bajó, pero los dólares financieros subieron.

El mundo desarrollado anticipa recesión.
El mundo desarrollado anticipa recesión.
Luis Varela 30 noviembre de 2022

Con un Banco Central que tiene dos caras, por un lado suma reservas gracias al dólar soja 2.0 y por el otro hace crecer más la deuda en leliqs, el mercado financiero local se va preparando para los tiempos que vienen. Ayer el dólar blue bajó por fin de mes y por pequeños ahorristas sin dinero para hacer compras de almacén, pero los dólares financieros volvieron a repuntar, porque los primeros pesos frescos, recién salidos de la maquinita para comprar los porotos de los silos, empezaron a buscar su nuevo destino.

Al mismo tiempo, el dinero que está encepado en los inversores institucionales (fondos de inversión, creadores de mercado, compañías de seguros, etcétera) sigue abandonando lentamente las posiciones en pesos y como no tiene demasiadas alternativas está comprando acciones y bonos argentinos, bajo estricta vigilancia de la Afip y con la CNV advirtiéndole a las Alyc que le ponga un poco de mesura a las operaciones con los dólares MEP y CCL, y especialmente con el Senebi, por donde se fugan fondos un poco más escurridizos.

Se toma menos deuda

Esta situación se da con los que conocen el mercado en profundidad encendiendo las alarmas. Ya quedó evidenciado el lunes en la licitación de bonos en pesos, y también ayer en la licitación revancha, que no hay interés en los privados en tomar más deuda en moneda local. Lentamente se van acortando los tiempos, las primarias se celebrarán dentro de 36 semanas, hay un muro gigantesco de deuda impagable, y los que tienen papeles en moneda local se bajan porque no quieren quedarse arriba del tranvía si el mercado es el que termina haciendo el ajuste y obliga al Gobierno a hacer otro reperfilamiento o default de la deuda en moneda local, tal como hizo Macri pocos meses antes de que la dupla Fernández-Fernández asumiera su turno en diciembre de 2019.

Ya el lunes había quedado muy corta la captación de fondos, casi todos colocados con vencimientos dentro de cuatro meses con tasas efectivas anuales del 118%. Y el resultado en el llamado de ayer directamente fue una lágrima: sólo hubo 14 ofertas, y con eso el Tesoro colocó deuda por otros $ 7.642 millones pagando una tasa de hasta nominal del 89,1% anual. Y dentro de eso prácticamente el 100% del dinero captado fue en una Letra del Tesoro nacional en pesos a descuento con vencimiento el 31 de marzo de 2023 (S31M3 - reapertura). Nadie quiere llegar a abril con pesos colocados en papeles locales.

Con esto queda evidenciado que el Gobierno no puede renovar los vencimientos y no hay tasa suficiente para quedarse en pesos. Los especialistas temen que los precios justos sea otro fracaso, piensan que la inflación seguirá picante (el kilo de harina de los molinos que subsidian se está acabando y el pan se irá a las nubes) y por ahora la mayor parte de los argentinos todavía no tomó conciencia de esto, pero los analistas advierten que más temprano que tarde terminarán dándose cuenta de cuál es la situación. En diciembre hay que renovar deuda por más de $ 400.000 millones, y desde enero hasta setiembre hay siempre vencimientos de más de $1 billón por mes, con picos de $ 1,7 billones, sin que nadie logre explicar cómo se resolverá ese muerto. 

Entre los conejos que vino sacando de la galera Massa últimamente estuvieron los canjes de bonos, pasando buena parte de la deuda con vencimientos para finales de 2027, complicándole la vida al gobierno que viene. Pero de acá a setiembre hay mucha deuda en manos de privados, la de diciembre está casi toda en esa posición, y no habrá manera posible de que los ahorristas que ponen dinero en los fondos comunes de inversión acepten quedarse en una moneda, con la llegada de otro gobierno en diciembre de 2023 que seguramente hará un ajuste, echándole la culpa de todo al gobierno anterior, como pasa desde hace rato, y terminarán otra vez pagando justos por pecadores.

Entre los fondos de inversión había expectativa, por lo menos, de recibir de parte del Gobierno en el llamado de esta semana la posibilidad de colocarse en bonos atados al CER, es decir a la inflación, pero ese mercado está con precios muy deprimidos, defendidos por el BCRA con emisión, y sus tasas a vencimiento están volando, por lo que presentar esa alternativa era ponerse una cuerda al cuello. La próxima licitación será el 14 de diciembre, ese día hay vencimientos por $405.000 millones que están en su mayoría en manos de inversores privados, y la música indica que será difícil que ese tango se baile entre dos.

El dólar soja 2.0 funciona

En paralelo, ayer estuvo funcionando otra vez bien el dólar soja 2.0, por el que el BCRA compra dólares a $230 y luego se los vende a los importadores a $174. Ayer la autoridad monetaria pudo comprar por esa vía US$ 122 millones (espera juntar hasta fin de año unos US$ 4.400 millones, y al final del día Reconquista 266 pudo sumar reservas por US$ 208 millones por remanentes que habían quedado del lunes. Por supuesto, toda esta operación tiene una contraprestación muy peligrosa: se enciende a todo vapor la maquinita de emitir pesos. Una maquinita que no se usa sólo por el dólar soja: también se mite para sostener la deuda en pesos y para pagar los intereses de las Leliqs. Y todo lo que se está haciendo ahora (para cumplir con lo acordado con el FMI) son compras adelantadas que no estarán en enero-marzo, mientras que ayer el Central chupó de los bancos depósitos por $745.141 millones en Leliq cortas, a cuatro semanas. Estas entradas y salidas termina enviando pesos frescos, recién salidos del horno, al mercado, que con algún rezago llegan a cuentas de productores, y eso obviamente se termina convirtiendo en más consumo que presiona sobre la inflación o más compra de dólares financieros, por lo que mientras ayer el blue retrocedió, los otros dólares volvieron a subir.

Toda esta situación interna se dio en un mundo que también viene con muchas complicaciones. Dentro de dos semanas el titular de la Reserva Federal de EE.UU. Jerome Powell define el próximo escalón de la tasa corta norteamericana. Ayer, los máximos analistas del Fondo Monetario le recomendaron a la Fed que no baje el ritmo de subas porque la inflación no está resuelta. Y el mercado entra en incertidumbre. Después de tres subas seguidas de 75 puntos básicos en la tasa corta, se espera que el próximo aumento sea de sólo medio punto. Pero hay dudas, por lo que ayer las tasas largas de EE.UU. repuntaron algo: se pagó 4,7% anual a 1 año, 3,9% a 5 años, 3,7% a 10 años y 3,8% a 30 años. Y a pesar de este aumento, el súper dólar global siguió debilitándose: ayer en el exterior el dólar subió 0,1% contra el euro, no cambió contra la libra, pero bajó 0,1% contra el yen, 0,3% contra el mexicano, 0,8% en Chile y cayó 1,6% en Brasil.

El dólar en Argentina

Y a nivel local, como dijimos, el blue achicó, pero el resto no. Con tasas de interés que siguen quietas en 75% anual, el dólar blue cayó ayer $3 pesos hasta 315, el dólar Qatar subió 98 centavos hasta 348,30, el MEP subió 16 centavos hasta 313,47 y el contado con liquidación subió 54 centavos hasta 323,59. Por lo que la brecha entre oficial y blue bajó a 81% y la del CCL con el mayorista fue del 94%.

Ayuda realmente que el dólar global siga aflojando. Sucede que detrás de los signos de recesión ya presentes en Japón y en Europa, hay temor por lo que pueda pasar en China por las restricciones por el Covid (ni que hablar por la represión ante las protestas), con la planta de Apple en ese país paralizada, por lo que la acción de ese papel líder absoluto de Wall Street ya acumula una baja de US$ 177 a US$ 140. Y un dato de desaceleración asustó un poco a los norteamericanos: salió el índice Case-Shiller, que representa una colección de precios de las viviendas dentro de EE.UU. y mostró una baja por tercer mes consecutivo, algo que no pasaba desde hace cuatro años. Sucede que la tasa hipotecaria voló y eso generó una desaceleración en la actividad inmobiliaria. Ese mercado clave se enfría y es visto como un sector de avanzada que avisa la recesión que viene.

Por esa razón, mientras Deutsche Bank pronosticó para 2023 un mundo en recesión, con caída del 25% para las bolsas, los inversores se van pasando a bonos, la mayoría con calificación AAA, que pagan buenos cupones. Y eso de alguna manera ayudó también a todos los bonos de los mercados emergentes, y de igual modo sostuvo a los bonos argentinos, que con precios basura, encontraron más compradores, sobre todo de papeles en dólares. Es el refugio posible elegido para salir de los pesos para los que están encepados. Por eso los bonos argentinos subieron ayer otro 1,4%, volvieron al nivel que tenían cuando Guzmán dio el portazo en la apertura de julio, y con eso el riesgo país bajó 47 unidades hasta 2.331 puntos básicos, el menor nivel en once semanas.

Mal día para Wall Street

La expectativa de que la tasa de la Fed pueda seguir firme, y por un largo tiempo, más la debilidad de Apple, hicieron que la bolsa de Nueva York tuviera ayer otro día negativo: el Dow no se movió, pero el S&P cedió 0,2% y el Nasdaq bajó 0,6%. Al tiempo que la Bolsa de San Pablo subió 2% (beneficiado por las petroleras) y la de México bajó 1,7%. Y mientras Wall Street se desinfla, los precios de las acciones argentinas, que ya subieron 110% en dólares en los últimos dos años, volvieron a mejorar: con $2.326 millones operados en acciones y $5.031 millones en Cedears, hubo una suba del 1,3% en la Bolsa de Buenos Aires. Al tiempo que los ADR argentinos que cotizan en Nueva York tuvieron un buen día, con subas del 1% al 6,8% para TGS, IRSA, Telecom, YPF, Pampa E, Edenor, Loma Negra, Central Puerto, despegar, Cresud, Macro y Supervielle; y baja del 1% al 3,3% para Mercado Libre y Francés.

Esta situación se está dando con un mundo partido en dos. Los países que exportan materias primas están teniendo en este momento mejores resultados, mientras que los países desarrollados están entrando en una marcada desaceleración. Ayer, sin embargo, con el dólar global flojo, las materias primas festejaron: hubo suba del 1,2% para el petróleo, nuevo aumento para los metales preciosos, siguieron subiendo los metales básicos, los granos en cambio se mostraron mixtos, pero las criptomonedas pudieron recuperar porque no apareció otra exchange que se declarara en quiebra: por lo que el Bitcoin repuntó 1,3%, con subas de hasta el 4% en el resto de los valores del panel.

¿Durará este buen clima para los emergentes con lento tobogán en los países desarrollados? Los bancos de inversión avisan que tarde o temprano los precios de las materias primas se tranquilizarán, abandonando los precios todavía altos de estos días, por lo que lo más razonable es seguir tomando posiciones cautelosas, hacer buena letra. 

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