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Fallout, The Last Of Us, Halo y Edgerunners: prueban que los videojuegos pueden crecer con las series

El estreno de Fallout en Prime Video muestra los aciertos y errores de los grandes estudios de streaming, que apuestan por explotar franquicias consolidadas en el mundo de los videojuegos.

Fallout en Prime Video.
Fallout en Prime Video.
Pablo Planovsky 03 mayo de 2024

"La guerra. La guerra nunca cambia", dice uno de los personajes de Fallout. Los pocos humanos que sobrevivieron a una guerra nuclear que exterminó a la mayor parte de la población mundial, tratan de sobrevivir entre monstruos, series deformados por la radiación, legiones de fanáticos y regímenes totalitarios que buscan ejercer el poder. Pero la nueva serie de Prime Video no retrata esta situación como un páramo deprimente, aunque tenga su cuota de drama: está llena de colores, aventuras, acción y humor negro. Protagonizada por la carismática Ella Purnell, que puede convertirse en una futura estrella, Fallout es el primer éxito del año para las series de televisión. 

Para producir los 8 capítulos que dura esta primera temporada se invirtieron US$ 152 millones. Es una cifra cercana a la reportada para El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder, vendida ante la prensa como una de las más caras de la historia: se calcula que, incluyendo otros gastos como publicidad, la primera temporada habría costado más de US$ 465 millones. La cifra fue una demostración del poder de Amazon que, decidido a competir en el mundo de las series, quiso hacerlo a lo grande. La estrategia jugó en contra.

El público asociaba El Señor de los Anillos con la multipremiada y elogiada trilogía cinematográfica de Peter Jackson. La vara, pese al traspié que sufrió El Hobbit, estaba alta. En Los Anillos de Poder se notaba el gasto en la producción, pero la serie tuvo una recepción demasiado tibia por parte de los espectadores y la crítica. En muy poco tiempo las redes sociales dejaron de hablar de ella. Semana a semana, la cantidad de espectadores bajó de manera considerable. La peor lectura posible dejaba vulnerable a la empresa de Jeff Bezos: todo el dinero del mundo no compra el talento, ni el gusto de los espectadores.

Amazon tomó nota de esa experiencia para el estreno de Fallout. Como en Los Anillos de Poder, es evidente en el diseño de vestuario, decorados y efectos visuales que miles de dólares invertidos en cada plano. Hasta el arte promocional de los afiches imita el característico estilo de los videojuegos. Pero esta vez el foco no estuvo puesto en cuánto se invirtió.

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"La guerra. La guerra nunca cambia", dice uno de los personajes de Fallout.

Se hicieron proyecciones de prensa presentando los primeros capítulos de la serie en cines, como dando a entender que es "más que una serie", que es algo hecho para ver en una pantalla gigante con la mejor calidad posible. En parte, es cierto. Como si fuera una declaración de principios: "miren, invertimos millones, estrenamos una serie de televisión en salas de cine para la prensa" para demostrar algo que va más allá de la serie. La pregunta, entonces, es: ¿por qué, con ese presupuesto, no hicieron una película de Fallout en vez de una serie?

Errores y aciertos de la distribución en la era del streaming

Es pronto para afirmar o negar que Fallout vaya a ser premiada o reconocida como la mejor serie de 2024, pero seguramente tenga menciones como una de las mejores. Pero hay algo que le jugó en contra y no tiene que ver con la calidad de la serie en sí: la temporada completa se estrenó al mismo tiempo en todo el mundo. 

El "estreno completo, en simultáneo" fue una estrategia que le dio rédito a Netflix, por ejemplo, con Stranger ThingsPero hay un detalle nada menor: cuando funcionaba, el contexto era otro. El streaming empezaba a crecer y se creía que iba a reemplazar (en todo sentido) a la TV tradicional. Como era lo novedoso, a la par nacía una nueva forma de consumir series, envalentonada por la ansiedad colectiva de las redes sociales y el miedo a los spoilers: las personas que maratoneaban todos los episodios apenas estuvieran disponibles en la plataforma.

En 2024, el contexto es distinto al de diez años atrás. El streaming se está transformando en eso que, supuestamente, iba a reemplazar: la TV tradicional. Hay más empresas compitiendo y los servicios cada vez son más caros y restrictivos contra los usuarios. Empiezan a ofrecer opciones de pago más económicas que incluyen cortes comerciales que interrumpen la programación deseada. 

Consecuentemente, la nueva forma de mirar series volvió a lo tradicional: esperar una semana para ver cada episodio, en lugar de maratonear 10 horas seguidas en 1 o 2 días. Ese modelo es el que sostuvo HBO, por ejemplo, cuando todos los domingos estrenaba un capítulo de Game Of Thrones. Los espectadores esperaban la emisión de los capítulos los domingos a la noche como si fueran un ritual colectivo. Luego, se debatían en las redes sociales. No hay que arreglar aquello que no está roto.

La serie de Fallout
La serie de Fallout, protagonizada por la carismática Ella Purnell.

Es un modelo de transmisión que permite retener el interés de la audiencia semana a semana, sin perder tanto espacio en las redes sociales. Fallout pudo haber conseguido comentarios muy positivos de parte de críticos y la audiencia, pero corre el riesgo de evaporarse demasiado pronto de la discusión online.

Empresas como Disney, optaron por el modelo tradicional y ganaron: X-Men '97, por ejemplo, mantiene (o no pierde demasiado) el nivel de repercusión en la esfera virtual de redes como X (antes Twitter), Facebook o Instagram. ¿Por qué Amazon cambió de opinión? Una primera respuesta posible, que es solo una teoría, podría argumentar que Amazon no quería otro "fracaso" que lo hiciera ver débil. Si a Fallout no le iba bien, era mejor sacarse el mal trago de golpe y no ver cómo se desangra semana a semana, como sucedió con Los Anillos de Poder.

Esta incógnita sobre la decisión de estrenar todos los capítulos juntos, al mismo tiempo, puede estar ligado con la pregunta: ¿por qué no hicieron una película, en lugar de una serie? Que no se malentienda: Fallout está diagramada como una historia narrada y concebida para el formato televisivo. No es que sea imposible contar la misma historia en una película de 2 horas o 2 horas y media, pero requeriría (por supuesto) ser pensada desde cero de otra manera. Adaptada para otro medio.

Primera posible explicación: Prime Video necesita su propia serie de fantasía para extender y exprimir durante años en distintas temporadas. Su propia franquicia. Por eso coquetea con series de Blade Runner o 007. Porque necesita marcas reconocidas que pueda ordeñar por muchos años. Una inversión a largo plazo que quizás Los Anillos de Poder no logre pagar: ¿cuánto tiempo se puede sostener producir temporadas millonarias que cada vez tienen menos espectadores?

El modelo de distribución en la era del streaming

Aparentemente agotado el modelo de los superhéroes, los grandes estudios de Hollywood, que hoy son los de tecnología (Amazon, Apple, Netflix, etc.) miraron a los videojuegos. Durante décadas, la industria del cine no supo cómo explotar franquicias millonarias. Hasta que de pronto encontraron el oro: Super Mario Bros., la película animada, fue la segunda más taquillera a nivel mundial en 2023, solo superada por Barbie. Recaudó más de US$ 1000 millones. Muy lejos quedó el esperpento y fracaso comercial que hicieron en la película live action de 1993.

Netflix apostó por Resident Evil, la saga de videojuegos de terror más vendida de todas. Esos juegos, en general aclamados por los usuarios y críticos, oscilan entre el terror y la acción. Por supuesto, están inspirados en las películas de zombies de George A. Romero y algunas de ciencia ficción, como Matrix. Las adaptaciones para cine, protagonizadas por Milla Jovovich, que nunca gozaron de consenso positivo crítico, fueron exitosas en la pantalla grande. Todo hacía pensar que una serie de Resident Evil en Netflix no podía ser un fracaso. Lo fue.

Una de las principales críticas por parte de los fanáticos de los juegos originales es que la serie no respetaba ni el canon, ni los personajes, ni el espíritu original de los juegos. Algo similar sucedió con la primera temporada de Halo, uno de los títulos más vendidos y populares de Xbox, la consola de Microsoft.

Las adaptaciones de los juegos, cuestionadas por los gamers

Halo fue un proyecto que intentaron llevar a la pantalla grande directores como Steven Spielberg, Neil Blomkamp y Peter Jackson. El proyecto no prosperó. Finalmente, se estrenó como una serie de televisión. El resultado, al principio, tuvo una recepción mixta. Este año, con la tercera temporada, se hace más evidente que logró convencer a una fracción del público. No es una adaptación fiel de los videojuegos: algunos sugieren que, más que Halo, parece a tono con Mass Effect, otra franquicia de ciencia ficción en el espacio. La diferencia está, por supuesto, en el foco que hace cada saga.

Fallout está muy lejos de ser el desastre que fue Resident Evil en Netflix. Tampoco es la serie de Halo, que está logrando encontrar su propia identidad en la tercera temporada. Pero Fallout tampoco fue ajena a la polémica de los seguidores de los videojuegos. 

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La serie de Halo no está logrando encontrar su propia identidad en la tercera temporada.

Para explicar la situación: Fallout tiene cuatro juegos principales. El 1, 2, 3 y 4. Uno de los más queridos es Fallout New Vegas, el spin off que desarrolló en 2010 Obsidian Entertainment. Bethesda, una de las empresas más grandes de videojuegos, responsable de The Elder Scrolls: Skyrim y Starfield, adquirió los derechos de publicación de los juegos a partir del 2, y se encargó del desarrollo del 3, el 4 y Fallout 76 (otro spinoff de la saga). 

El tono cómico, colorido, con escenarios futuristas que remiten a la estética suburbana de Estados Unidos en la década 1950, se profundizó en los juegos desarrollados por Bethesda. Fallout: New Vegas tenía un concepto distinto: los personajes estaban reconstruyendo un mundo post-post apocalíptico. Además de tener un tono distinto, New Vegas ofrecía más libertad como juego de rol para los usuarios.

El diseñador del juego, Todd Howard, entendió que, si Fallout quería crecer aún más como franquicia, tenía que orientar los videojuegos hacia la acción y hacerlos un poco más lineales. Fallout 4 (2015), resistido por algunos de los fanáticos de los títulos anteriores, es el más exitoso de todos en ventas: más de 25 millones de unidades vendidas en todo el mundo. New Vegas (2010) vendió 11 millones

Fallout 4 redefinió la estética y el tono de la franquicia. Más allá de la opinión sobre uno de los juegos más controversiales de la saga, lo consiguió. La serie se vuelca más hacia la idea (narrativa y estética) de Fallout 4 que Fallout: New Vegas. Y ahí nació una de las polémicas que circula entre los fanáticos que resisten la serie.

Algunos gamers sienten el cambio de tono como una traición al espíritu y la idea original de Fallout, el primer videojuego estrenado en 1997. Otros creen que la serie intenta borrar del canon a New Vegas. ¿Qué motivos adjudican para eso? Que Todd Howard, productor y director de Bethesda, resiente que el juego más querido por los fans sea New Vegas, no los desarrollados por Bethesda. La controversia creció tanto que el mismo Howard tuvo que aclarar que New Vegas es canon y la serie no intenta borrarlo a ese título.

Controversias gamers aparte, es indudable que Fallout tiene el potencial para crecer más todavía y convertirse en un ícono de la cultura popular contemporánea. En la plataforma Steam, todos los videojuegos de la franquicia se vieron beneficiados por el impacto de la serie. La cantidad de jugadores de cada título se duplicó, como mínimo. 

Howard no es el único que celebra esta victoria. Como HBO con The Last Of Us, elogiada y premiada como una de las mejores series de 2023, Prime Video puede haber encontrado su propia franquicia para ser explotada durante los años siguientes. Microsoft, que hace unos años adquirió con Bethesda en una compra multimillonaria, también respira con alivio: el éxito de la serie repercute en los videojuegos.

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Como HBO con The Last Of Us, elogiada y premiada como una de las mejores series de 2023, Prime Video puede haber encontrado su propia franquicia para ser explotada durante los años siguientes.

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