Ayer, por su condición de feriado, el mercado financiero argentino debió haber sido considerado con la punta de los dedos, ya que no hubo negocios a nivel local. Sin embargo, una sucesión de señales repetitivas, no de hoy sino de siempre, volvieron a provocar un desánimo con los titulos locales, tanto que mientras el resto del mundo estuvo en alza, los valores nacionales (acciones y bonos) operados en Wall Street se transaron con leves bajas y el riesgo país abandonó la línea bajista de las últimas jornadas.
La mirada nuevamente negativa sobre los valores argentinos obedeció a señales originadas desde la política, y no solo oficialista, sino también desde la oposición. Antes de la jura de los nuevos diputados, el bloque radical sufrió una ruptura, y en general la juras que hicieron la mayoría de los legisladores dejó con la boca abierta a casi todo el mundo, tanto que el cineasta Juan José Campanella reaccionó con un mensaje de Twitter que tuvo una inmensa cadena de réplicas, convirtiéndose en una de las tendencias del día.
El gran enojo de Campanella se manifestó de la siguiente manera: "¡Chicos, cáguense en la Constitución y la Patria inventando un juramento! Mi juramento es, juro por "Qué Bello es Vivir", Ernst Lubitsch, Nino Manfredi, Gene Kelly haciendo tap y Seth MacFarlane, Gracias, Pepitito ¡Sí, juro!". "¿Y vos? ¿Por quién jurás? ¡Vale todo, como en Argentina!". La saturación de Campanella encontró réplicas en las que se recordó en carne viva de qué modo gobiernos de todos los colores llevaron a Argentina a una decadencia sin fin.
Los indicadores duros
Según datos del Banco Mundial, en la década que fue de 2011 a 2021 el PIB per cápita de diferentes naciones latinoamericanas mostró diferencias sorprendentes con subas del 10% al 20% para países como Bolivia, Paraguay, Perú, Chile, Colombia y Uruguay, mientras que en el mismo período Argentina sufrió una caída del 14%, dramático.
Y ayer, mientras los valores financieros globales atravesaban un día con leves subas, por menor temor a la cepa Omicron, el presidente Alberto Fernández emitió dos frases que provocaron un desmayo en los inversores, por lo que la tendencia de los precios argentinos volvió a cambiar.
Primero, de alguna manera contestándole a Máximo Kirchner, quien dijo que en la convocatoria del viernes con Cristina y con Lula "vamos a reventar la Plaza", aludiendo que superarán el número que logró Alberto con la CGT, y el Presidente señaló "con Cristina Kirchner en muchas cosas no pensamos igual pero el que decide finalmente soy yo".
Y como si esa necesidad de decir quién manda no alcanzara, Alberto dijo otra ambigüedad que le trajo a muchos argentinos la idea del "corralito" o aquella frase del ex ministro de Alfonsín, Juan Carlos Pugliese cuando dijo "les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo". El Presidente, muy suelto de cuerpo sentenció ayer: "No queremos salir del mundo ni incumplir nuestras obligaciones". Lo cual fue leído por el mercado como otro "si pero no" del Presidente, que lo único que hace es destruir la inversión: Dijo "no queremos" y no dijo "no vamos". Y en ese mismo instante los precios se dieron vuelta.
En medio de una realidad mundial signada por numerosas complicaciones, ya que las muertes por Covid siguen muy altas en muchos países, el mercado global está convencido de que la Fed está encaminada a un tapering más acelerado, con la idea de terminarlo en marzo.
Pero los inversores no están tan convencidos de la amenaza de la gente de Powell, que parece decir que en 2022 no habrá una sino dos subas en la tasa de interés corta de la Fed.
Los inversores globales ven que la economía de EE.UU. crece, pero observan que se está desacelerando, y que el empleo no aumenta con la fortaleza esperada. También comprueban que en China la situación se va complicando, con el Banco Popular Chino debilitando a su sistema bancario para fogonear la actividad, lo cual puede significar un punto de partida para terminar con la revaluación del yuan. Y también miran con atención que Japón entró en recesión, y que su Gobierno acaba de bajar los impuestos para que las empresas suban salarios. Todo mientras Alemania recibe un nuevo Canciller, bajo presión del gas ruso. Y con la city de Londres perdiendo negocios de la Unión Europea.
Con todo es maremágnum de situaciones, ayer la Bolsa de Nueva York volvió a sonreír, ya que sus índices principales tuvieron un alza promedio del 0,3%, con mayor repunte para el Nasdaq. Al tiempo que la Bolsa de San Pablo subió 0,5% y la de México mejoró 0,3%. Pero los ADR argentinos operaron mixtas, con +3% del lado positivo para Telecom y con -6% del lado negativo para Edenor. Mientras que los bonos operaron con leves bajas, por lo que el riesgo país, de ceder permanentemente durante siete semanas tuvo ayer una suba de 8 unidades hasta 1.698 puntos básicos.
Todo esto fue coronado por commodities que evolucionaron con tendencia lateral. El petróleo subió 0,8%, los metales preciosos estuvieron sin reacción. Los metales básicos actuaron sostenidos. Y los granos operaron mixtos, con un mal día para el trigo, justo cuando la Bolsa de Rosario aumentó la cosecha estimada a 22 millones de toneladas, cuya liquidación el BCRA está esperando de rodillas.
Posibles correcciones
Los principales operadores internacionales ven en los mercados un gran riesgo de depuración, ya que las condiciones geopolíticas y económicas globales son muy complejas. En general estiman que se viene una baja en los activos de riesgo y una suba en el costo del dinero, por lo que las empresas están apurándose para pagar deudas ajustables, ya que puede haber complicaciones en ese frente.
Con ese escenario Bloomberg abrió el paraguas y dijo que las criptos son las principales candidatas para una corrección. Y ayer algo de eso se vio, ya que el Bitcoin abandonó la suba, bajó 0,8% con clima hiperselectivo en el resto del panel, lo cual plantea ruedas por venir más que expectantes.
