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Prey fue directo a streaming: ¿podría haber sido uno de los éxitos taquilleros del año?

La decisión de Disney de enviarla directo a streaming: ¿salvaron un fracaso a la vista de todos o perdieron un éxito inesperado en salas?

La saga popularizada por el clásico con Schwarzenegger parece haberse reinventado con una producción más modesta que sus antecesoras.
La saga popularizada por el clásico con Schwarzenegger parece haberse reinventado con una producción más modesta que sus antecesoras.
Pablo Planovsky 23 agosto de 2022

Para muchos actores, 1987 fue el año en el que se consagraron como estrellas: es decir, nombres que llevaron al público a las salas de todo el mundo y podían empezar a asociarse con un estilo determinado de películas.

Michael Douglas y Glenn Close protagonizaron la película más taquillera del año en todo el mundo, Atracción Fatal, seguidos por Eddie Murphy con Un Policía Suelto en Hollywood 2, que volvía a probar el potencial del actor para la comedia.

Timothy Dalton probaba que el traje no le quedaba tan grande con Su nombre es Peligro, su primer protagónico como 007, que destacaba como la cuarta película más taquillera del año.

Mel Gibson, con una película de acción, a la vez policial y comedia, también agotaba funciones: Arma Mortal se convertía en el título más taquillero, por mucha diferencia, de su carrera hasta entonces. Entre todos esos nombres otro que también conseguía su mejor performance en taquilla ese año era Arnold Schwarzenegger.

Aunque habían sido exitosas, ni Conan, El Bárbaro (1982), ni Terminator (1984) alcanzaron los números de Depredador, que lo coronaba como una de las nuevas estrellas de acción del cine mundial.

La historia es sencilla: un grupo paramilitar tiene que salvar a unos rehenes de alguna inhóspita jungla centroamericana pero son acechados por un alienígena que posee tecnología superior y se dedica a cazar a los héroes. Con un presupuesto de US$ 19 millones, Depredador superó los US$ 98 millones recaudados en salas de todo el mundo y quedó como la octava película más taquillera de 1987. La película inspiró una cantidad notable de imitaciones más penosas que efectivas, probando que un concepto simple (extraterrestre que persigue a soldados cargados de testosterona en medio de la selva) requiere un equipo hábil detrás de cámara y actores carismáticos delante. Los memes (“Get to the chopper!” con el marcadísimo acento de Schwarzennger; el saludo de manos entre el personaje de George Dillon (Carl Weathers) y el de Arnold; la aparición del depredador en comics, videojuegos y otras franquicias como el crossover Alien vs Depredador y hasta lecturas que comparaban la situación de los soldados con la guerra en Vietnam, acrecentaron el estatus de clásico que ninguna de las secuelas pudo igualar.

Tres años más tarde Depredador 2 recaudaba apenas un poco más de la mitad de lo que había generado la primera: US$ 54 millones, a pesar de casi duplicar el presupuesto de la original. La selva era la jungla de cristal de la ciudad de Los Angeles pero Arnold Schwarzenegger ya no estaba en el poster ni en la película. Por más juguetes que pueda vender el depredador, la preferencia del público por el actor de Gemelos se hizo sentir en todas las secuelas. Depredadores, la tercera película, estrenada en 2010, fue un intento por reavivar la chispa de la franquicia que tuvo un desempeño aceptable en términos de costos y recaudación. No tuvo la misma suerte la cuarta película, El Depredador, que recaudó US$ 159 millones para una producción de US$ 88 millones. La franquicia, aún contando los dos enfrentamientos que tuvo con el xenomorfo en ambas Alien vs Depredador nunca fue de esas que llenan las salas de cine.

Quizás ese fue la razón para estrenar la nueva película de la saga, Prey (titulada Depredador: La Presa, en Argentina), directo a streaming. Recibió críticas más positivas que la película anterior (que no se había caracterizado por tener buenas críticas) y consiguió récords de audiencia en las plataformas de streaming de las que Disney es propietaria: Hulu y Star+, dependiendo la región en la que uno se encuentre.

La medición de audiencias en streaming

Disney no dio números concretos pero remarcó que la película fue el mayor éxito hasta ahora y fue lo más visto en Estados Unidos y América Latina durante su primer fin de semana. Den números o no, como sucede cada vez que una empresa de streaming anuncia que un nuevo título es un “éxito”, resulta imposible cotejar esos datos con otras fuentes que cotejen los números. Nadie sabe cómo cada plataforma “mide” los vistos, ni hay algo equiparable a la cantidad de tickets vendidos o dinero total acumulado.

En todos los casos solo queda la palabra de la propia empresa que felicita a su propio producto. Tratar de verificar los números de cualquier serie o película en streaming es como tratar de ver al depredador cuando activa el camuflaje óptico.

Es posible suponer que Prey tuvo un presupuesto más acotado que la película anterior de la saga. Ninguno de los actores que forman el escueto elenco es un nombre reconocido ni taquillero. El relato que esta vez ubica al depredador acechando a los comanches de América del Norte a principios del Siglo XVIII parece servir para una apuesta formal más modesta que los títulos anteriores. A tono con el clima de época la protagonista es (por primera vez) una mujer indígena.

Es imposible saber si la repercusión que Prey tuvo en las redes (en Twitter, en Estados Unidos, fue trending topic el viernes de estreno) o el éxito que Disney dice que fue en streaming se hubiera trasladado a un éxito taquillero en esta época donde el destino en boleterías es incierto para muchos títulos, incluso para directores o actores consagrados.

Otro de los motivos por los que Disney pudo haber optado por lanzar la película directo a streaming, sin considerar el paso por salas, es porque fue uno de los proyectos “heredados” tras la adquisición de 20th Century Fox en 2017. Obligaciones contractuales hacían que Disney, si decidía estrenar Prey en salas de cine, tuviera que “dejar” que la película se estrenara luego en el servicio de streaming rival, HBO Max.

Algo parecido a lo que sucedió con Muerte en el Nilo la remake de Kenneth Branagh que se estrenó a principios de 2022, que debutó en la pantalla grande y luego (por un nuevo acuerdo) en HBO Max y Hulu al mismo tiempo.

A diferencia del volantazo que anunció Warner Bros. Discovery enfocando sus nuevos proyectos para el cine antes que el streaming, en Disney parecen (por ahora) todavía apuntar los cañones hacia la pantalla chica. Las últimas películas de Pixar fueron directo a streaming y el estudio. Antes rey de la taquilla mundial en animación este año con Lightyear quedó bastante lejos de los minions producidos por Dreamworks, que arrasaron las salas.

Más allá de las últimas dos películas de Marvel, Disney está lejos de los años en los que picaba en punta con las salas de cualquier país, como 2019, el año en el que tuvieron 8 de las 10 películas más taquilleras a nivel mundial. El “directo a streaming” también le permite, a cualquier estudio, controlar una narrativa específica: la que corona como éxito masivo al nuevo título promocionado.

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