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5 series y películas para ver este fin de semana en Netflix, Max, Prime Video y YouTube

Una selección con las series y películas recomendadas para este fin de semana.

Las 5 mejores películas y series para ver este fin de semana.
Las 5 mejores películas y series para ver este fin de semana. El Economista
Oscar Mainieri 26 julio de 2024

Una selección especial con las mejores series y películas, que incluye también estrenos en salas de cine.

Estas son las series y películas para ver en el fin de semana en Netflix, Max, Prime Video y YouTube

 

1. Serie para ver en Netflix: El encargado

La tercera temporada de este gran logro de Mariano Cohn y Gastón Duprat se inicia con un cambio de escenario. Eliseo (Guillermo Francella) se traslada a Río de Janeiro, invitado por el sindicato para presentarse como orador en un congreso interamericano de encargados. Ante la mediocridad de los expositores, decide inventar una solución radical para aminorar los costos de quienes pagan las expensas y acrecentar sus propias arcas. 

Eliseo no es un quejoso y monta su propio emprendimiento -Soluciones Integrales Basurto- para que los consorcios contraten a su empresa y eviten pagar las cargas sociales y otros beneficios de los porteros. ¿Cómo le irá?

La plataforma ha presentado dos episodios en los que hemos visto que Eliseo ha potenciado su capacidad de manipular al prójimo, tratando de seducir a sus colegas del barrio al mismo tiempo que a los distintos consorcios. 

En el departamento que heredó de Beba (Pochi Ducasse), Eliseo ha montado una oficina atendida por su asistente Miguel (Gastón Cocchiarale), al que explota de todas las maneras posibles. Sus mayores contrincantes en esta temporada parecen ser, en principio, sus colegas Gómez (Manuel Vicente) del edificio vecino -que le advierte que no está bien lo que está haciendo- y otro peso pesado interpretado por Daniel Araoz.

Beba sigue presente, aunque haya fallecido durante la temporada anterior. Se le aparece a Eliseo como una especie de voz de la conciencia que trata de imponer una moral que el psicópata desoye. También se anuncia la reaparición de Matías Zambrano (el excelente Gabriel Goity), -aunque ya no vive en el edificio tras su divorcio-, del custodio interpretado por Darío Barassi, y el ex amante de Beba (Norman Briski). 

Nuevos personajes serán cubiertos por Claudia Fontán, Benjamín Vicuña, Pepe Novoa y José María Listorti.

Veremos hacia donde nos conducen las artimañas de Eliseo. Hasta ahora, el comienzo es por demás auspicioso.

2. Miniserie para ver en Netflix: El caso Yara Gambirasio: Más allá de toda duda razonable

Una noche de diciembre del año 2010, Yara Gambirasio, una joven de 13 años, desaparece tras haber asistido al establecimiento en donde practicaba gimnasia artística. A lo largo de 5 episodios galvanizantes, se asistirá a los pormenores de un caso que revolucionó a la opinión pública italiana.

El guion está organizado en base a saltos temporales entre 2010 y 2014, año en que se descubrió el posible homicida, un obrero de la construcción llamado Massimo Bossetti, casado con una bella mujer y padre de dos hijos.

A través de una enrevesada pesquisa, con la presión de los medios como sabuesos babeantes, mediante muestras del ADN encontradas en la ropa interior de la muchacha que posibilitarán que sean cotejados los datos genéticos de miles de italianos varones de los pueblos circundantes, se apresará al posible homicida.

¿Por qué se pone en duda su culpabilidad? Por la sumatoria de errores cometidos por los investigadores, que en algún momento crearon videos para la prensa, o que utilizaron pruebas de ADN ya perimidas. Mientras tanto, Bossetti ha sido juzgado y está cumpliendo una pena a cadena perpetua.  

Ante tanta tragedia, también hay espacio para la ironía: la extensión del cotejo de datos de los habitantes de la zona deja a la luz que varias paternidades han sido atribuidas a quienes no le correspondían. 

El caso de la mujer infiel que es el centro del episodio 3 -y de toda una controversia en Italia- deja a la luz que sus tres hijos no fueron concebidos por el hombre con el que está casada hace más de 40 años.  

El documental es de alta intensidad, ya que hace gala de un montaje de ritmo trepidante, abundante en imágenes de archivo, conversaciones telefónicas que se superponen con las imágenes, conduciendo al espectador a una especie de intoxicación informativa... lo que no quita que las derivaciones del caso y la entrevista a Bosetti en prisión carezcan de tensión y suspenso.   

Existe en Netflix una película llamada Yara, dirigida por Marco Tullio Giordana, que aborda el mismo caso desde una perspectiva totalmente diferente. 

Tanto la película como el documental merecen consideración.

3. Serie para ver en Prime Video: Iosi, el espía arrepentido

Esta es una serie de espionaje realizada en Argentina, en base al libro investigación de Miriam Lewin y Horacio Lutzki, y narra la historia de Iosi (Daniel Bassani), un agente infiltrado por la Policía Federal en la comunidad judía, que tiene como objetivo informar a sus superiores sobre el Plan Andinia, pergeñado por el sionismo internacional para crear un segundo estado en la Patagonia. 

La acción transcurre entre 1985 y 2007, yendo y viniendo en el tiempo, focalizando en los gobiernos de Raúl Alfonsín y de Carlos Menem. Iosi traba relación con Dafne (Minerva Casero), con la meta de llegar a su padre, Saúl Menajem (Alejandro Awada), un banquero y traficante de armas. 

La información que Iosi transfiere a su jefa Claudia (Natalia Oreiro) lo llevará a quedar involucrado en el atentado contra la embajada de Israel, ocurrido en marzo de 1992.  

Pese a ser una ficción cualquier parecido con la realidad no es mera coincidencia. La habilidad de los guiones y la dirección de Daniel Burman y Sebastián Borensztein radica en crear un relato tan apasionante que lo consumimos como si fuera una película de James Bond... a lo argento.

Hay suspenso, hay acción, erotismo (Iosi se relaciona con tres mujeres: a una le promete casamiento, con otra tiene un hijo, con otra vive en un estado de tensión permanente), acciones heroicas y acciones viles, muchas a cargo de un compañero de promoción, Luis Garrido (Marco Antonio Caponi). Hay paternidades adoptadas y paternidades de origen, veladas y afectuosas.

Y como es habitual en este tipo de narrativas, la pregunta por la identidad del espía y sus derivaciones. ¿Con quiénes se identifica Iosi? ¿Con los judíos investigados o con sus superiores, remanentes de la Dictadura?

Con una excelente reconstrucción de época, un ritmo trepidante y un nivel de producción inusual en estos pagos, hay que destacar el nivel interpretativo de un elenco sin fisuras. El desconocido Bassani logra el papel de su vida otorgándole gran verosimilitud al espía, que pivotea entre la sequedad emocional y la gran catarsis cuando se ve en ciertas encrucijadas que involucran a miembros de su familia.

Oreiro (en un papel secundario) encandila con su belleza, dotando de una rudeza temeraria a Claudia. Awada compone de taquito a ese gran manipulador que es Menajen.  Carla Quevedo encarna a uno de los intereses románticos del protagonista; el suyo es un personaje complejo, de varias capas, que ella recubre de sensualidad e inteligencia. Y así podríamos continuar hasta el infinito, tantas son las virtudes de esta serie de 8 episodios que ya estrenó una segunda temporada.

Imperdible

4. Película para ver en Max: Mr. Saturday Night

Este documental cuenta la trayectoria de Roger Stigwood, el australiano que, afincado en Londres, a mediados de los años 60, logró representar a grupos como The Who y los Bee Gees, y que casi llegó a tener a The Beatles bajo su guarda.

Ya en 1971, asentado en Broadway, hizo un evento de la ópera rock Jesucristo Superstar, primero un disco conceptual y después una obra teatral, colocando en el panorama popular a sus compositores, Andrew Lloyd Webber y Tim Rice. En 1973, lograría su traslado al cine bajo la dirección de Norman Jewison. 

La versión teatral de este éxito mundial -producida por Alejandro Romay- no pudo verse en Argentina porque el día 2 de mayo de 1973 un grupo ultra religioso incendió la sala con bombas molotov. Algo similar sucedió en diciembre de 1974, con el cine que iba a exhibir la película.

Stigwood también estuvo detrás del estreno de la ópera rock Evita en Broadway, de los mismos autores. También figuraría entre los productores de la versión fílmica protagonizada por Madonna en 1996, dirigida por Alan Parker.

Stigwood creo otro éxito al producir la versión fílmica de Tommy, la ópera rock de sus protegidos The Who, de la mano del director Ken Russell, con un elenco multiestelar de figuras del mundo de la música y el cine, y que ya hemos recomendado en esta sección. 

Pero su mayor suceso sería Fiebre del sábado por la noche (John Badham, 1977), otro fenómeno de masas que puso a la música de los Bee Gees en los primeros puestos de los rankings e hizo una estrella de John Travolta.

El guion se inspiraba en un artículo de The New York Magazine rebosante de apuntes sociológicos, que narraba los rituales que emprendían los muchachos de clase trabajadora que, después de una semana de labor, se acicalaban y, con sus mejores galas, inundaban las discotecas al ritmo de la música disco los sábados por la noche.

Al leer la nota, Stigwood intuyó que ahí había material para una película, y puso su equipo a trabajar en ello. Dos años más tarde el film estaba listo para estrenarse... Algunos colaboradores temían que la música disco estuviera declinando en el gusto popular.

Hábilmente, Stigwood decidió sacar el disco un par de meses antes, y con un tremendo éxito de ventas -los 5 temas de los Bee Gees sonaban en las radios en todo momento- inauguró la costumbre de que el público fuera a ver la película que contenía esa banda sonora.  

Tanto el film como el disco lograron recaudar centenas de millones de dólares. El suceso se repitió el año siguiente con el estreno de Grease, el compadrito, dirigida por Randal Kleiser, uno de los films musicales más exitosos de todos los tiempos, también protagonizado por Travolta, acompañado de la talentosa Olivia Newton John, ya una estrella consagrada en el mundo del pop.

El documental presenta su información con abundante material de la época, y en lo referente al auge y el declive de la música disco, brinda interesantes conclusiones de referentes de la música y de la crítica.

Con la llegada del gobierno conservador de Ronald Reagan, ese tipo de música fue denostada y las nuevas producciones de Stigwood comenzaron a fracasar en las taquillas. 

A mediados de los años 80, el productor se retiró a disfrutar de su fortuna, en los yates que tanto lo complacían y con más de un scort, muchachos que se ven en el margen de las concurridas fotos o filmaciones. 

Sin revelar demasiado de su vida personal -Stigwood no era un hombre agraciado físicamente y le costaban las relaciones afectivas duraderas-, sí se destacan y subrayan sus innumerables intuiciones para apostar a proyectos por demás lucrativos.

Recomendada. 

5. Película para ver en YouTube: Un camino para dos

Cuando se trata de films que tienen como temática "la pareja", dos títulos vienen a la mente del cinéfilo: la magnánima Escenas de la vida conyugal (Ingmar Bergman, 1973) y la crepuscular Ojos bien cerrados (Stanley Kubrick, 1999). Ambas narran las vicisitudes de un matrimonio que ya lleva varios años de casados.

Unos escalones por debajo se encuentra Un camino para dos, realizada en 1967 por Stanley Donen, un director responsable con Gene Kelly del mejor musical de la historia del cine, Cantando bajo la lluvia (1952), afecto a las superficies pulidas y relucientes, al toque ligero y evanescente.

En esta ocasión, en base a un guion original de Frederic Raphael -que también colaborara en el film de Kubrick como adaptador-, Donen nos pasea por la campiña francesa y Saint-Tropez, siguiéndole la pista al matrimonio conformado por Joanna (Audrey Hepburn) y Mark (Albert Finney), que están en tren de separarse. La encrucijada detona en otro de los tantos viajes que realizan por las rutas francesas, lo que da la excusa para que se historie la relación: cómo se conocieron, cómo se enamoraron, cómo se casaron, cómo la yugaron hasta lograr un buen pasar en base a la profesión de él, cómo los ganaron la rutina y el aburrimiento, cómo las infidelidades mutuas los afectaron... Todo esto no siempre en ese orden y en base a flashbacks muy bien montados, una puesta en escena elegante y dinámica.

Hay un gag recurrente a lo largo del metraje: cuando Mark necesita su pasaporte nunca lo encuentra. Pero allí esta Joanna para dárselo (y recordarle que en parte su identidad está construida en base a ella). 

Desfilan por la película distintas situaciones, entre agridulces y cómicas. Una de ellas, el viaje junto a una pareja de amigos muy estructurada y la pequeña hijita de ellos, una caprichosa consentida, está muy logrado y hace que estemos en sintonía con los protagonistas, que llegan casi a desear que la niña sea encerrada en el baúl del auto. 

También están las seducciones al paso que los acechan cuando se están estableciendo: una jovencísima Jacqueline Bisset -de una belleza rotunda- es un canto de sirena que a Mark le cuesta desoír. La oportuna aparición de un brote de varicela juega a favor de Joanna.

Con una estrella como Audrey Hepburn, que ya había sido dirigida por Donen en esa parodia hitchcockiana que fue Charada (1963), el auto rueda solo. Siempre buena actriz, dueña de un carisma insoslayable, ícono de la moda, Audrey le otorga a su Joanna una naturaleza aérea y grácil, de temperamento firme y una profunda conciencia a nivel espiritual. En esta ocasión no pudo recurrir a su diseñador favorito -Givenchy- ya que el director insistió en que el vestuario provenga de tiendas en donde puedan comprar otras mujeres. Se la ve espléndida luciendo jeans y prendas de Mary Quant, Paco Rabanne. 

Pero Audrey está acompañada de un gran actor, uno de los nacidos en la nueva ola inglesa, ganador del Oscar por su caracterización del bastardo Tom Jones (Tony Richardson, 1963). Finney le brinda a su Mark su sex appeal de toro rústico y caprichoso, gallito de riña de causas muchas veces inmotivadas. Afincado en lo terrestre, en lo material, ha perdido de vista no sólo las necesidades espirituosas de su matrimonio: apenas registra a su hija. (Finney también fue el protagonista de otro film poco conocido sobre una pareja que desbarranca en la delicada Donde hay cenizas, dirigida por Alan Parker, en 1981, junto a una sensible Diane Keaton).

Acompañados en sus idas y vueltas por una melancólica banda sonora de Henry Mancini, colores vibrantes, paisajes naturales todavía no corrompidos por el turismo masivo, este par logra hacer reír, emocionar y reflexionar.

Imperdible.

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