Desde que Joe Biden confirmó que no iría en busca de su reelección, los demócratas han vuelto a ser competitivos: según la mayoría de los sondeos, Kamala Harris supera a Donald Trump en el voto popular.
Es cierto que el líder republicano continúa con ventaja en cinco de los siete estados claves, lo que decantaría la elección en su favor.
Sin embargo, teniendo en cuenta que faltan casi dos meses para la celebración de los comicios, muchos creen que Harris tiene chances reales de revertir la situación.
Pero, más allá de las especulaciones, este viernes Trump recibió una muy buena noticia de cara al 5 de noviembre: un juez de Nueva York retrasó la sentencia en su caso penal hasta después de las elecciones.
Trump, declarado culpable el 30 de mayo de 34 delitos graves de falsificación de registros comerciales para encubrir el pago de US$ 130.000 a la estrella porno Stormy Daniels para que guardara silencio sobre su encuentro sexual hace casi 20 años, debía recibir su sentencia el 18 de septiembre.
Sin embargo, el juez Merchan explicó que quiere evitar la percepción injustificada de un motivo político y por ello ahora planea sentenciar a Trump el 26 de noviembre, a menos que el caso sea desestimado antes de esa fecha.
"La imposición de la sentencia se aplazará para evitar cualquier apariencia, por injustificada que sea, de que el procedimiento se ha visto afectado por o busca afectar las próximas elecciones presidenciales en las que el acusado es candidato", explicó el juez.
"La Corte es una institución justa, imparcial y apolítica", agregó.
Como era de esperar, Trump recibió la noticia con una sonrisa: a través de su plataforma Truth Social, dijo que apreciaba que Merchan señalara que la sentencia solo se llevaría a cabo si el juez niega una moción pendiente de sus abogados para desestimar el veredicto del jurado.
"Este caso debe terminarse legítimamente, mientras nos preparamos para la elección más importante en la historia de nuestro país", agregó.
Merchan explicó que dictaminaría la solicitud de Trump de anular la condena, debido a la histórica decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos sobre la inmunidad presidencial, el 12 de noviembre.
El fallo de 6-3 de la Corte Suprema, que se relacionó con un caso penal separado que enfrenta Trump, determinó que los presidentes no pueden ser procesados penalmente por sus actos oficiales, y que la evidencia de las acciones oficiales de los presidentes no se puede usar para ayudar a probar casos penales que involucran acciones no oficiales.
