Durante agosto se produjo un cambio relevante en la campaña presidencial de Estados Unidos. La candidatura de Kamala Harris fue recibiendo el apoyo de todos los sectores del partido y eso se reflejó en la Convención Demócrata realizada en Chicago.
Harris afirmó su liderazgo en la intención de voto a nivel nacional y hoy las elecciones están virtualmente empatadas en los siete distritos considerados decisivos. En todos ellos se observan diferencias entre los candidatos que están dentro de los márgenes de error de los encuestas. Antes, Donald Trump superaba ampliamente a Joe Biden en todos ellos. La pregunta que se hacen los analistas es si este impulso de Harris se sostendrá hasta las fecha de las elecciones.
Entre los hechos que podrían cambiar el curso de la campaña electoral figura el debate pautado para el 10 de septiembre. Otro dato relevante será la decisión de la Reserva Federal de bajar la tasa de interés en su reunión prevista para el 18 de septiembre. Sería una señal de que se estima que la inflación - un tema clave en la campaña - seguirá bajando.
Harris procurará seguir identificándose con el cambio. Si bien es vicepresidenta y su triunfo significará la continuidad de los demócratas en el gobierno, su candidatura irrumpió en una competencia que era un revival de la elecciones de 2020 y que por lo tanto no generaba entusiasmo en un gran segmento de la ciudadanía.
Por eso, Harris logró colocarse como la novedad e intenta ubicar a Trump como una figura del pasado. Pero no está claro si el contexto favorable para Harris en este tramo de la campaña podrá mantenerse.
