Sin dudas, una de las principales banderas de la gestión de Joe Biden en Estados Unidos es su lucha contra el cambio climático, ya que el líder demócrata incrementó notablemente el gasto público en la materia.
Sin embargo, pese a sus esfuerzos, Estados Unidos no podrá cumplir con los recortes de emisiones de gases de efecto invernadero pautados para 2030.
Históricamente, Estados Unidos ha sido uno de los países más contaminantes del mundo. Por ello, durante la gestión de Biden el país redujo significativamente las emisiones, aunque eso no le permitirá eliminar al menos el 50% para fines de esta década en comparación con los niveles de 2005.
Según una investigación de Rhodium Group, es probable que Estados Unidos logre recortes de emisiones de entre el 32% y 43% por debajo de los niveles de 2005 para 2030.
Además, en el caso de continuar con estas políticas, el proceso luego se aceleraría para alcanzar un recorte del 38% al 55% para 2035.
El informe calculó que hubo un récord de US$ 71.000 millones en inversión en energía limpia en Estados Unidos en los tres primeros meses de 2024, lo que representa un aumento del 40% en comparación con el mismo trimestre de 2023.
"El impulso a la energía limpia del gobierno de Estados Unidos proporcionó un cambio radical. Pero no nos lleva al 50% en 2030, no nos pone en una trayectoria a largo plazo hacia la descarbonización", explicó Ben King, director asociado de la práctica de energía y clima de Rhodium.
El pronóstico incluye proyecciones de los efectos de US$ 369.000 millones en subsidios a la energía limpia, incluidos en la histórica Ley de Reducción de la Inflación, así como una serie de normas recientes del principal regulador ambiental de EE.UU. diseñadas para reducir las emisiones de las centrales eléctricas y los gases de los automóviles.
Por ejemplo, las nuevas regulaciones elaboradas por la Agencia de Protección Ambiental ayudarían a reducir las emisiones del transporte hasta en un 34%, por debajo de los niveles de 2023, para 2035.
