El calentamiento global sigue haciendo de las suyas: el lunes 22 de julio fue el día más caluroso jamás registrado.
Según el Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea, ese día la temperatura media mundial del aire en la superficie subió a 17,15 grados Celsius (62,87 grados Fahrenheit).
Esto fue 0,06 °C (0,11 °F) más alto que el récord del domingo, que ha había sido la cifra más elevada desde 1940, primer año del que se tienen registros.
El último día más caluroso fue en julio de 2023, cuando se batió el récord repetidamente durante cuatro días consecutivos, del 3 al 6 de julio. Anteriormente, el récord databa de agosto de 2016.
A la hora de analizar regiones en particular, China ha emitido una serie de alertas de calor esta semana, con docenas de estaciones meteorológicas en partes del centro y noroeste del país registrando temperaturas superiores a los 40 °C (104 °F).
La ciudad de Wuhan, en el centro del Gigante Asiático, emitió una alerta roja por calor la madrugada del miércoles después de que las temperaturas alcanzaran los 42,2 °C (108 °F) el día anterior.
Por su parte, Japón también ha experimentado un calor récord durante todo el mes de julio: el lunes se emitieron alertas de golpe de calor en 39 de las 47 prefecturas del país.
Y al otro lado del océano Pacífico, más de 40 millones de estadounidenses enfrentaban el martes temperaturas peligrosas, principalmente en el oeste del país, donde las ráfagas de viento y las condiciones secas provocaron decenas de incendios forestales.
Incluso el extremo de América del Norte está soportando una ola de calor, ya que, en Fairbanks, Alaska, se alcanzarían los 31 °C (88 °F) el miércoles, acercándose a los récords anteriores.
En este sentido, las temperaturas en partes del Ártico canadiense, ruso y noruego llegaron a más de 9 °C (16,2 °F) por encima del promedio de referencia de 1979 a 2000 para esta época del año.
