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Piden que las apps de delivery expliquen cómo funcionan sus algoritmos

Un grupo de investigadores de Fundar sostiene que los algoritmos de las empresas de plataformas digitales son la clave de una nueva organización del trabajo

La realidad contractual del trabajo en plataformas —sobre todo venta y reparto— tiende a desconocer la existencia de un vínculo laboral
La realidad contractual del trabajo en plataformas —sobre todo venta y reparto— tiende a desconocer la existencia de un vínculo laboral
28 noviembre de 2022

Un grupo de investigadores del centro de estudios Fundar sostiene que el funcionamiento de los algoritmos de las empresas de plataformas digitales son la clave de una nueva organización del trabajo y que es necesario transparentarlo para mejorar las condiciones laborales de los repartidores. 

El mercado de apps de delivery se consolidó en los últimos años y su uso se intensificó con la pandemia. Durante el aislamiento obligatorio, aumentó la demanda de envíos de comida a domicilio: Fundar estima que 6 de cada 10 personas eligieron estos medios para comprar comida. 

  • En Argentina, Pedidos Ya, propiedad del cluster internacional Delivery Hero, empezó a operar en 2010 y controla el 76% del mercado con 35.000 repartidores activos en 80 ciudades. 
  • Además, en su proceso de expansión en Latinoamérica adquirió durante 2020 las operaciones de la compañía española Glovo.
  • En 2018 se lanzó Rappi, compañía de capitales colombianos, que domina aproximadamente el 22% del mercado local con 23.000 repartidores en 8 ciudades. 

La economía de plataformas digitales es una de las nuevas formas de producción del Siglo XXI. 

Estas empresas del "nuevo capitalismo digital" imponen un nuevo modelo de relaciones laborales que tiende a desconocer la existencia de un vínculo entre empleado y empleador. En teoría, los trabajadores son "sus propios jefes" y pueden administrar su tiempo, "pero en la práctica sólo acentúa la precarización", dicen desde Fundar.

Los trabajadores desconocen las reglas de su tarea y en qué circunstancias pueden ser premiados o castigados ya que el trabajo se organiza automáticamente a través de un algoritmo impredecible. 

"Uno cuando trabaja sabe lo que tiene que hacer, cuáles son las condiciones de trabajo, que si falta al trabajo hay una sanción, que si llega tarde repetidamente probablemente lo echen. Pero cuando se conecta a la aplicación el trabajador no sabe lo que la plataforma espera de él. No es tan importante auditar los algoritmos, sino que se explique su funcionamiento y que le digan al repartidor qué es considerado bueno y malo porque si no trabaja en la sombra", afirma la economista e investigadora Sofía Scasserra.

  • "La falta de transparencia de estos sistemas hace que las suposiciones sobre el análisis de datos puedan ser inexactas. Al ingresar un pedido en la plataforma, el sistema debe asignar a una persona repartidora el pedido. Esta asignación se realiza a través del procesamiento de datos obtenidos por la utilización de la plataforma. Es posible inferir que los datos utilizados para asignar el pedido son la ubicación, la cercanía al punto de retiro, la movilidad y el nivel o ranking de la persona trabajadora, su velocidad en las anteriores entregas de productos, el tiempo pasado sin recibir pedidos, entre otros", señaló el centro de estudios en su informe.

"Las regulaciones laborales vigentes no son suficientes para proteger a los trabajadores ante este nuevo tipo de modalidades. Hay que incorporar tecnología a la gestión del trabajo con reglas humanas. Hay que humanizar la tecnología en el trabajo", sostiene el abogado laboralista Juan Manuel Ottaviano.

En agosto de 2021, entró en vigencia la Ley Rider en España para imponer regulaciones al sector. De acuerdo a la normativa, los trabajadores son considerados asalariados, lo que obliga a las empresas a garantizar los derechos laborales de los repartidores y habla explícitamente de "gestión algorítmica del trabajo".

"La Ley Rider dice que las empresas de plataformas le tienen que declarar a los trabajadores, a los sindicatos y a los estados la composición de los algoritmos que organizan el trabajo", explica Ottaviano. 

En ese sentido, al momento de hacer un pedido se cree que el repartidor que va a buscarlo es aquel que está más cerca del comercio.

"Esto no es necesariamente así porque el algoritmo contempla otras variables: cuántas horas se conectó ese repartidor en los últimos días, si se conectó en horas de alta demanda, si finalizó sus entregas. Estas son variables que se desconocen, entonces ahí hay una innovación regulatoria. Sería como develar la caja negra de los algoritmos y esto en España es ley", señala el abogado laboralista. 

El argumento principal de las empresas ante posibles regulaciones es la baja rentabilidad que pueden acarrear los cambios propuestos en nuevas regulaciones laborales.

Las plataformas generan pérdidas económicas constantes, solo compensadas por un modelo de financiamiento barato permanente y de largo plazo.

Es decir, los ingresos no provienen del pago del envío, sino de las comisiones y de la venta de soluciones algorítmicas para los procesos de marketing de los comercios: lo esencial no es la entrega de productos, sino potenciar su comercialización.

El hecho de que no exista relación entre el costo de mano de obra y lo que paga el cliente por el envío es un claro indicador de que la plataforma no es una mera intermediaria en un pago del consumidor al repartidor, sino la responsable del grueso del ingreso del trabajador. 

Por lo tanto, el bajo costo laboral no es de ningún modo decisivo para su operatividad. 

Es por ello que Fundar hace hincapié en que la intervención de una institución laboral puede contribuir a regular el trabajo en plataformas sin perjudicar la rentabilidad de las empresas. 

"Es posible lograr una compatibilidad entre el modelo de negocios con algunos cambios adaptados a los derechos de los trabajadores en relación a la seguridad social y los riesgos laborales", sostiene Ottaviano. 

En ese sentido, considera que "sería lógico que a los repartidores no se les exija que hagan una entrega en 5 minutos, lo que les obliga a ir por contramano a alta velocidad por las calles de una ciudad y accidentarse" por lo que debería "estar escrito en la norma o en la negociación colectiva".

En este contexto, el centro de estudios considera que el rumbo a seguir tiene que ir en la dirección de garantizar una serie de derechos, que "se resignifican a la luz de la organización algorítmica del trabajo".

Entre ellos, el informe menciona el derecho a la información y protección no discriminatoria sobre extracción de datos; garantía básica de horas de trabajo, turnos y pedidos básicos asignados por hora; libertad de rechazo de pedidos según franjas horarias o previsibilidad sobre las sanciones o impacto del rechazo de pedidos asignados; libertad de selección de horas o previsibilidad sobre las sanciones o impacto del rechazo de horas asignadas; remuneración por tiempo de conexión/atención; y remuneración adicional por tiempo de conexión/espera.

Asimismo, propone adoptar la figura del estatuto para la implementación de un marco regulatorio en el trabajo de plataformas, el cual es una herramienta del sistema laboral argentino que permite cumplir con los estándares propios de la ley de contrato de trabajo sin modificarla y, a la vez, regular institutos específicos y habilitar la negociación colectiva.

"En síntesis, es el modelo más adecuado porque permite las mejores estrategias y regulaciones para este tipo de vínculo laboral", concluyó el informe.

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