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Netflix, Messi y Call Of Duty: la industria gamer en plena guerra

Mientras Netflix tambalea para poder hacerse un lugar en ese mundo, Microsoft pelea en la Corte por fusionarse con una empresa que inclinaría la balanza a su favor en el mercado

Pablo Planovsky 02 diciembre de 2022

No fue este el mejor año para Netflix. El gigante del mundo del streaming que antes no tenía quien le hiciera sombra ahora enfrenta un mercado mucho más competitivo. Algunas de las mayores empresas de tecnología desembarcaron en la industria del entretenimiento dispuestos a quedarse con porciones cada vez más grandes de la torta. 

Apple, con una billetera que cuenta con muchísimos más fondos que la de Netflix (tiene un valor de US$ 2,3 billones, contra US$ 125.000 millones de la compañía de streaming), en apenas un año le ganó la carrera al Oscar por la que Netflix viene corriendo una maratón desde 2018. En unas pocas semanas Apple armó una campaña que hizo que CODA se quedara con la estatuilla dorada que ansiaba Netflix para El Poder del Perro. Entre Apple, Amazon y Disney (con Star+), Netflix tiene el panorama a futuro más complicado.

Todavía es temprano para sentenciar si el éxodo de suscriptores que sufrió Netflix durante la primera mitad del año fue amortizado o no por las nuevas opciones de pago que ofrece el servicio: entre otros, un plan más económico con publicidades, menos resolución y un catálogo reducido. Netflix apuesta a producir contenido para no depender de licencias que sus rivales no van a renovar, para así robustecer sus propios catálogos. 

Pero Netflix también quiere ampliar sus horizontes y desembarcar en el mundo de los videojuegos. 

Hasta ahora, el streaming para los gamers es más una expresión de deseos que una realidad. La tecnología existe, pero la inmediatez que requieren todos los juegos, desde que un jugador oprime un botón hasta que eso se traduce en un movimiento en pantalla, hace que una ligera demora en la latencia pueda resultar fatal para un gamer. El streaming funciona para las películas y las series porque no requiere una interacción constante, a diferencia de los videojuegos.

Greg Peters, quien aspira a ser futuro CEO de Netflix, explicó que la incursión en el mundo de los juegos es un plan con años en la mira: "Vamos a experimentar y tratar diferentes cosas, pero la recompensa será a largo plazo y se centrará más en nuestra habilidad para crear propiedades que conecte nuestros universos, personajes e historias creadas". 

A lo que se refiere Peters es la producción de videojuegos licenciados de Stranger Things o The Queen's Gambit, dos de las series más exitosas de Netflix. No basta con los títulos para atraer al mercado gamer, que suele ser un público difícil de conquistar. Menos del 1% de los suscriptores que tiene Netflix decidieron probar cualquier juego de la empresa.

Microsoft, el gigante que quiere seguir creciendo

No es fácil posicionarse en ese mercado. Microsoft, otra compañía gigante (que, como Apple, deja muy atrás en poder económico a Netflix), tiene muchísimo más poder pero todavía no logra cómo recuperar el mercado que perdió contra Playstation y Nintendo durante los últimos años. 

Microsoft compró estudios desarrolladores de videojuegos y títulos muy populares, pero no pudo replicar el éxito que alguna vez tuvieron franquicias como Halo o Gears Of Wars. Sony (Playstation) y Nintendo tienen sus propiedades intelectuales que todavía venden muy bien y son galardonadas. También cuentan con sus propios estudios que desarrollan juegos de calidad. Conseguir afianzar el talento y retener a los mejores de la industria no depende solo del dinero: ambas empresas tienen historia.

La empresa de Bill Gates está haciendo todo lo posible para que su fusión con Activision Blizzard, la empresa más grande del mundo de los videojuegos, no quede truncada. Es una inversión que costó US$ 69.000 millones para Microsoft, pero ahora está en duda por una batalla judicial por supuestas prácticas monopólicas. 

En el ojo de la tormenta está Call Of Duty, la franquicia de acción en primera persona que es de las más exitosas de los videojuegos, con más de 400 millones de copias vendidas en todo el mundo. Solo el último Modern Warfare II recaudó más de US$ 1.000 millones este año en diez días. Además, anualmente los juegos pagos de Call Of Duty terminan entre los diez más vendidos en Estados Unidos.

Messi, del fútbol a Call Of Duty

Igual de exitoso es el modelo free to play (gratuito) de Call Of Duty, que recibe a millones de jugadores todos los meses. Esos títulos producen ganancias con microtransacciones. Por ejemplo: una "skin" (un traje especial) para que el soldado que controla el jugador sea (literalmente) Lionel Messi

El paquete que incluye la skin de Messi (no ofrece ninguna ventaja en el juego, solo la apariencia del máximo jugador de fútbol argentino) cuesta US$ 20.

Incluye, también, frases que el astro del balompié dice durante el juego, como "tomá, la comiste" (cuando el jugador con la skin de Messi mata a un rival), "Mirá, dónde disparás, boludo", "Somos del mismo equipo, guacho" o "Jugamos para el mismo equipo, estúpido", se le escucha decir a la estrella argentina si un compañero de su equipo si le dispara.

Para cerrar la fusión con Activision Blizzard, Microsoft estaría dispuesto a ceder diez años más de Call Of Duty compartido con la consola que es su máxima competencia: la Playstation de Sony. Todos saben que la exclusividad de Call Of Duty para X-Box, la consola de Microsoft, inclinaría la balanza en favor de la empresa estadounidense. En la batalla legal que todavía está en curso, los abogados de Microsoft alegaron que Activision Blizzard "apenas" representa al 20% del mercado gamer. Y quisieron, como se dice en criollo, "bajarle el precio" a Call Of Duty, alegando que no es una franquicia amada por millones de usuarios en todo el mundo, porque rara vez uno de sus juegos es nominado a Juego del Año. También justificaron eso mostrando los números, en general negativos, con que los usuarios suelen puntuar a los juegos de Call Of Duty en Metacritic. 

La defensa de Microsoft es cierta, pero también es cierto que, más allá de las opiniones negativas de los usuarios, Call Of Duty con sus 425 millones de copias vendidas es una de las franquicias más exitosas, apenas superada por Mario (más de 760 millones de juegos vendidos), Tetris (más de 495 millones) y Pokemon (440 millones).

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