El Economista - 70 años
Versión digital

vie 03 May

BUE 14°C
Problemas

El mercado de lo trucho: la estafa del falso Willy Wonka y las copias de Peppa Pig

La estafa de la experiencia inmersiva del mundo de chocolate de Willy reaviva un serio problema sobre los productos truchos, que sin ningún control de calidad o permiso en el uso de licencias, tratan de ser parte de negocios que mueven millones y están orientados para los más chicos.

La noticia se viralizó en redes sociales.
La noticia se viralizó en redes sociales. .
Pablo Planovsky 05 marzo de 2024

"Una experiencia inmersiva" prometía el aviso publicado en el Reino Unido. Las imágenes que acompañaban la publicidad mostraban un recorrido deslumbrante a través de un mundo de dulces y chocolates. Ilustraciones coloridas que habían sido generadas con inteligencia artificial. La alegría quedó solo en los anuncios virtuales: el evento terminó con niños llorando, padres furiosos, y hasta la intervención de la policía, cuando descubrieron que el mundo mágico que se prometía era un galpón abandonado con unos decorados aislados, decadentes y deprimentes. Es decir: una estafa.

La noticia se viralizó en redes sociales. Cada video o imagen que aparecía del evento era como ver a un tren descarrillar en cámara lenta. En una foto se veía a una mujer contratada para actuar de Oompa Loompa, los trabajadores enanos de la fábrica de chocolate, detrás de una mesa que se parecía más al laboratorio de metanfetamina de Breaking Bad que a cualquier cosa de la fábrica de chocolate. La mujer, con la mirada perdida, parecía sentirse tan deprimida y estafada como las familias que pagaron £35 por persona para entrar al recorrido de una hora en ese galpón deprimente.

Cada nuevo descubrimiento sobre esta estafa crecía más como consumo irónico en X, la red social de Elon Musk. Casi como si fuera una versión real de Los Productores, la película de Mel Brooks, empezó a crecer una fascinación real por esta "experiencia inmersiva" que fue un fiasco. Hasta la actriz Karen Gillian se sumó a las ¿bromas?: "Quiero protagonizar una película basada en este evento".

mm
La estafa de la experiencia inmersiva del mundo de chocolate de Willy reaviva un serio problema sobre los productos truchos

Empezaron a aparecer memes, ilustraciones y hasta gente pidiendo que se reabra la atracción (cancelada por sus propios creadores después del primer día, con un cartel que era apenas parte de una caja mal recortada y escrita con dudosa caligrafía) para poder ir a verla. Los actores que fueron contratados para el evento dieron la cara en TikTok

El que interpretó a Willy, el dueño de la fábrica de Chocolate, explicó la situación: "Nos ofrecieron £500 por dos días de trabajo. Cuando llegamos y vimos las instalaciones, nos dimos cuenta que no nos iban a pagar, que era una estafa. Pero aún así decidimos dar lo mejor de nosotros para no arruinar el día de esos niños".

Los videos, filmados con la bronca de los padres que comentaban la precariedad de los decorados, les dan la razón a los actores: ellos dieron lo mejor de sí para no defraudar a los más chicos. Algunas situaciones parecen inverosímiles, pero son reales: en un momento del recorrido, aparece una persona disfrazada como si fuera un siniestro personaje de Ojos Bien Cerrados, para asustar a los chicos. No existe nada igual en la obra de Roald Dahl o cualquiera de las películas de Willy Wonka. El "Desconocido" (Unknown), una versión maligna de Willy, que "fracasó en el mundo del chocolate industrial y ahora vive acechando entre las paredes" fue creación de una inteligencia artificial. 

"Todo el guión eran disparates escritos por una IA", dijo el actor protagónico del evento. Lo escrito por la IA no eran solo los diálogos, sino todo el show a través de una hora de recorrido. Pedía cosas imposibles, como que los actores hicieran magia real mientras el público recorría las instalaciones. El evento también prometía dulces y chocolates para todos. Pero la realidad fue otra: una mesa de madera con vasos de plástico a medio llenar con limonada y una gomita masticable por niño. 

truycho
La estafa de la experiencia inmersiva del mundo de chocolate de Willy reaviva un serio problema sobre los productos truchos

Más allá del humor involuntario que causó en redes sociales, la experiencia prueba que es muy fácil estafar al público con copycats: copias truchas de marcas reconocidas. El título del evento, Willy's Chocolate Experience, omitía una palabra clave: Wonka. Aunque (casi) todo remitía al personaje creado por Roald Dahl, nada estuvo organizado con la organización del autor del libro o el estudio que tiene los derechos de las películas (Warner Bros. Discovery). Por supuesto, ni siquiera tenían ninguna licencia para usar el nombre Wonka.

El problema de los productos truchos originalmente pensados para los chicos

Sabrán quienes tengan menores a su cuidado que es muy difícil mantener a los más chicos alejados de celulares, tablets o el televisor. Más complicado es monitorear el contenido que los niños, nativos digitales con mucha más cancha que generaciones anteriores, consumen. En Netflix, por ejemplo, se pueden encontrar videos de Peppa Pig, la popular serie producida por Hasbro que desde 2004 cautiva a su público. 

Pero en YouTube abunda contenido de Peppa la cerdita que no está producido o afiliado con ninguno de sus creadores. Desde cortos animados inocentes, como algunos donde se pueden ver muñecos de peluche de Peppa y sus amigos viviendo distintas aventuras (siendo animados por la mano de una niña o niño que nunca se ve en cámara), hasta dibujos que imitan el estilo de animación de Peppa Pig pero tienen otros personajes: conviven otros animales, con otros personajes reconocidos, como los "Minions" (las criaturas bajo dominio de Universal). Las comillas no son casuales: son y no son. Se ven iguales, hacen los mismos sonidos, pero nunca se los identifica con ese nombre, para evitar posibles problemas legales.

El problema mayor está cuando se crea contenido con el mismo estilo animado y una apariencia que a todas luces es plagio, pero está dirigido a los adultos. Se pueden ver copycats de Peppa Pig usando lenguaje y humor dirigido a los más grandes. Lo mismo ocurre con los shows, eventos o productos truchos. 

El caso de Glasgow es ejemplar en ese sentido. La productora, House Of Illuminatti, prometió devolver el dinero después de un pedido de disculpas en sus redes. La última película con el personaje Willy Wonka fue un éxito internacional: recuadó más de US$ 600 millones contra un presupuesto de US$ 125 millones. Ayudó a cimentar el potencial de estrella de Timothée Chalamet, y (más importante para el estudio) a hacer crecer la propiedad intelectual. 

Las empresas ven a las franquicias con potencial de ventas más allá de las salas de cine: juguetes, videojuegos, vestimenta, parques de diversiones, merchandising de todo tipo. Por eso, incluso cuando una película no esté a la altura de las expectativas en recaudación (como sucedió con las últimas de Star Wars y Jurassic World) los estudios siguen haciéndolas. Con el mercado trucho aparece un arma de doble filo: por un lado, asegura que la marca se haga reconocida en sectores de menores ingresos que no podrían acceder a los productos o eventos legítimos. Por el otro: no hay control de calidad.

La estafa de la experiencia inmersiva del mundo de chocolate de Willy reaviva un serio problema sobre los productos truchos
La estafa de la experiencia inmersiva del mundo de chocolate de Willy reaviva un serio problema sobre los productos truchos

Hace unos años, cuando el cine de superhéroes movía miles de millones, era muy común ver juguetes truchos que mezclaban, por ejemplo, a Batman con Spider-Man bajo el título de "Los Vengadores". Batman, bajo la custodia de DC y Warner Bros. Discovery, no es parte del universo de Marvel/Disney y los Avengers. Las imágenes del packaging trucho, que se hacen virales en redes, prueban que el mercado de lo trucho no es algo nuevo. Ni siquiera va a irse pronto. Pero conviene tener cuidado: nadie quiere ver a sus hijos llorando porque cayó en un galpón vetusto que no es ninguna fábrica de chocolates.

Aunque quizás el fiasco del evento en Glasgow sí haya sido, involuntariamente, más fiel al espíritu del libro de Roald Dahl. En la historia original, la fábrica de chocolate de Willy Wonka es el lugar donde los niños y los padres son castigados por cometer diversos pecados. 

El tour de Glasgow, al fin y al cabo, quizás haya sido la verdadera experiencia inmersiva de la fábrica de chocolate, aunque no la que todos tenían en mente.

LEÉ TAMBIÉN


Lee también

MÁS NOTAS

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés