El Economista - 70 años
Versión digital

dom 07 Jul

BUE 5°C
ENTRETENIMIENTO

5 series y películas para ver este fin de semana en Netflix, Max, Prime Video y cines

Una selección con las series y películas recomendadas para este fin de semana.

Las 5 mejores películas y series para ver este fin de semana.
Las 5 mejores películas y series para ver este fin de semana. El Economista
Oscar Mainieri 04 julio de 2024

Una selección especial con las mejores series y películas, que incluye también estrenos en salas de cine.

Estas son las series y películas para ver en el fin de semana en Netflix, Max, Prime Video, y cines.

1. Película para ver en el cine: La matriarca

No es habitual una película que trate sobre la relación entre una abuela y su nieto. Menos que ella sea alcohólica, esté en una silla de ruedas, y él medio perdido tras la muerte de su madre y el desinterés constante de su padre.

La abuela cae en casa del hijo buscando compañía; se ha lastimado una pierna. El hijo se manda a mudar y la deja en compañía del nieto y una asistente. 

Al principio, la forma de comunicarse es lanzándole un vaso en la frente al muchacho. Después las cosas van mejorando; se verá que ella tiene un pasado muy interesante con decisiones familiares muy cuestionables. El chico podrá valorar cosas de esa mujer y empezará a sentirse mejor consigo mismo.

Hay dos motivos para ver esta película. El primero es que la anciana es encarnada por Charlotte Rampling, con sequedad y gran autoridad. Ha pasado mucho tiempo desde aquella muchacha que lucía su cuerpo y esa sensualidad ambigua en films artísticos como La caída de los dioses (Luchino Visconti, 1969) o Portero de noche (Liliana Cavani, 1973). Desde que se puso las ropas de aviesas mujeres fatales en films como Adiós muñeca (Dick Richards, 1975) o El veredicto (SidneyLumet, 1982). Cuando su carrera se desvanecía en roles anodinos, François Ozon le otorgó los protagónicos de Bajo la arena (2000)  y La piscina (2003)

Desde entonces, viene alternando apariciones en grandes superproducciones como Duna I y II con interpretaciones medulosas en films como 45 años (Andrew Haigh, 2015) y el que nos ocupa.

El segundo motivo es que el film es neozelandés. El diseño de la producción juega con la gama de verdes, tanto por la abundante vegetación de los parajes como en el vestuario del muchacho, una especie de príncipe asexual que carga en sus brazos una anciana de espíritu indomable

Dirigido por Matthew J. Saville, La matriarca es un buen film y deja en el espectador la esperanza de una vida mejor cuando la extraña pareja se despida.

Recomendada.

2. Película para ver en Prime Video: Yo, CelineDion

Este documental sobre la célebre cantante cuenta su lucha contra el síndrome de la persona rígida, una dolencia que la llevó a retirarse de los escenarios tras años de padecimientos.

La enfermedad dio su primer zarpazo en 2007, cuando en pleno escenario Celine sintió que los músculos del pecho se le endurecieron, llevándola a perder el control sobre los tonos graves de su voz. De origen neurológico, el síndrome termina afectando el sistema nervioso central. Con el tiempo, los espasmos perturbaron su autonomía para movilizarse, ya que los músculos de las distintas extremidades se endurecían provocando intensos dolores. 

La directora Irene Taylor Brodsky sigue con una cámara a Celine haciendo distintos ejercicios de terapia física para mejorar la flexibilidad y reducir la rigidez, tomando sus benzodiacepinas para relajar la tensión de la musculatura cuando se presenta un espasmo.

Por suerte, se alterna ese presente esforzado con material de interpretaciones televisivas y escénicas de Celine a lo largo de su carrera, en las que hacía gala del control de una voz y unos movimientos cercanos a la perfección.

También asistimos a la relación con los hijos y miembros de su staff, conocemos el hangar en donde guarda el vestuario de muchas de sus representaciones, y un espacio -equivalente a un departamento de dos ambientes- en donde se alojan centenas de zapatos, su pasión.

Vendedora de más de 250 millones de discos, anhela volver a los escenarios. La vemos también en arduas sesiones de grabación tratando de recuperar su voz. Y, en determinado momento, víctima de un ataque que la sepulta en una camilla, mientras su fisioterapista trata de relajar su musculatura. Es un momento muy penoso, el rostro corrugado por el dolor, y muestra la valía de Celine al permitir que la cámara siga filmando.

Para distender, también puede verse la parodia que hizo del tema de Titanic junto a James Corden frente a las fuentes del Hotel Bellagio, en la que simularon ser Kate Winslet y Leonardo Di Caprio en una famosa escena del film.

Esta mujer, que dominaba con maestría la interpretación popular desde los 12 años, -primero en su Canadá natal, después a nivel global- no se resigna a dejar los escenarios ni los estudios de grabación. El esfuerzo y la tenacidad invertidos en sobreponerse a la enfermedad son un ejemplo de dignidad y voluntad

Recomendada.

3. Miniserie para ver en Max: La maldición: La vida y muertes de Robert Durst - Parte 2

TheJinx: TheLife and Deaths of Robert Durst es una serie documental que ya habíamos comentado en su primera parte, destacando que era un hito dentro de los documentales que narran casos criminales. En su segunda parte, la serie continúa explorando la vida de Robert Durst con un enfoque renovado en sus personajes y una dirección que profundiza aún más en los temas.

Los personajes son presentados con una profundidad psicológica notable que permite al espectador comprender sus motivaciones y su impacto en la historia. Robert Durst, el protagonista, es retratado no sólo como un hombre de riqueza y poder, sino también como una figura compleja, llena de contradicciones y misterios. La serie examina su infancia, sus relaciones personales y su papel en los crímenes que se le atribuyen con un enfoque que busca tanto entender como desmitificar al personaje.

Además de Durst, otros personajes clave, como los investigadores, los abogados y los familiares de las víctimas, se presentan de manera que enriquecen la narrativa de la serie. Cada uno aporta una perspectiva única y crucial para armar el rompecabezas que rodea a Durst, creando un tapiz complejo de testimonios y percepciones que invitan a la reflexión sobre la naturaleza humana y la moralidad.

El director Andrew Jarecki, demuestra una habilidad notable para tejer una narrativa coherente a partir de un vasto y a menudo contradictorio conjunto de evidencias y testimonios. Su enfoque meticuloso en la investigación y la presentación de los hechos es evidente en cada uno de los 6 episodios.

Asistimos como testigos al juicio que Durst debe enfrentar por su confesión (en el desenlace de la primera parte).

Como si no fuera suficiente, Jarecki consigue abundante material visual y sonoro de la estadía del asesino en la cárcel. Las grabaciones de las conversaciones telefónicas que mantiene con el exterior muestran tanto su omnipotencia -para mantener el control de sus amistades y finanzas a distancia- como su vulnerabilidad, cuando no consigue los objetivos deseados.

Un personaje importante es el de su segunda esposa, DebrahCharatan, de quien se ofrecen más datos: sus orígenes como empresaria de bienes raíces, y el hipotético pacto de lealtad para con su marido, mientras maneja los abundantes bienes, contrata abogados y construye una relación amorosa con otro hombre. Los psicópatas, a veces, andan en pares.

Jarecki también muestra una sensibilidad ética al abordar un tema tan delicado como el de los crímenes presuntamente cometidos por Durst. A través de su dirección, se logra un equilibrio entre el entretenimiento y el respeto por las víctimas y sus familias, evitando sensacionalismos innecesarios y manteniendo el enfoque en la búsqueda de la verdad y la justicia.

Muy recomendada.

4. Película para ver en Netflix:  Un asunto familiar

Esta comedia ha sido vilipendiada por los críticos, aunque parece haber un público que la ve con agrado; figura en las primeras posiciones, entre las más vistas de la plataforma. 

Tiene varios atractivos: hacía rato que no se la veía a Nicole Kidman jugueteando al amor en un tono ligero. Su contrapartida romántica es ZacEfrom, cuya musculatura ha evolucionado poderosamente desde los tiempos de High School Musical. Ellos interpretan la subtrama romántica, lo suficientemente artificiosa como para recordar viejos vehículos hollywoodenses, tan artificiosa como el tinte color zanahoria del cabello de la protagonista de Todo por un sueño (Gus van Sant, 1995) 

Pero el personaje central es el de la joven Joel King, que enfrenta una verdadera encrucijada a sus 22 años, con la madre enamorada de su jefe, una estrella de Hollywood egocéntrica, varios años menor. 

La madre, embebida en el duelo del marido, no sabe orientarla cuando le pide consejo; el jefe abusa de ella, tratándola como una cadete para que le cumpla cada deseo insensato que se le pasa por la cabeza y no procurándole la posibilidad de aprendizaje en el rubro de la producción cinematográfica.

Lo interesante del guion es que plantea un problema de límites entre los personajes. Ante tanto desasosiego, la hija avanza sobre el territorio privado de su madre y el de su jefe, produciendo situaciones enojosas que pueden convocar a más de una sonrisa. También aprenderá en que hay circunstancias en que está bien trasgredir ciertas normas y convenciones. El final, construido entre ella y su abuela (una siempre bienvenida Kathy Bates), es un buen ejemplo.

La dirección de Richard LaGravenese es de manual, pero la película es agradable de ver por lo adecuado del diseño de producción, sus colores fuertes, algún cliché y su fuerte dosis de artificio, algo que también daba forma a muchas producciones rutinarias de antaño, ya fueran protagonizadas por Doris Day o Sally Field o GoldieHawn. 

No hay por qué exigirle realismo, es un mero pasatiempo.

Recomendada.

5. Película para ver en Prime Video: Rambo

El paso del tiempo no se ha ensañado con el primer capítulo de otra exitosa franquicia con la marca de Sylvester Stallone en el orillo. Antes estuvo Rocky, ganadora del Oscar a la mejor película en 1976, en donde un humilde boxeador de Filadelfia llegaba a la cumbre, recordándole a los estadounidenses, bajo un gobierno demócrata, que todavía podían aspirar a volar con sus sueños, después de la humillante derrota sufrida en Vietnam.

Aquí, John Rambo, un ex boina verde, ante un abuso policial, desata una guerra civil: las torpes autoridades de un pueblito en plena montaña deben enfrentar a una maquina entrenada para matar en el sudeste asiático, una que sufre de stress postraumático, que no se repone de la perdida de sus compañeros de pelotón y del desdén con el que los veteranos fueron recibidos por sus compatriotas al regresar sin gloria de su misión. 

Confundido con un hippie, un vagabundo, por el Sheriff Will Teasle (Brian Dennehy, más malo que la tiña), John debe pasar una noche en la comisaría. Cuando el personal averigua sus antecedentes -no había aún Internet- ya es tarde: el ex combatiente ha destruido las instalaciones, les ha quebrado las piernas a varios burócratas inútiles y se ha fugado hacia el bosque.

Para él no existe el frío ni el hambre. Guiado por el instinto de supervivencia, inflamado por ser asediado, caen helicópteros, se cazan seres humanos como si fueran jabalíes, explotan estaciones de servicio...

Stallone muestra un cuerpo torneado, más vital que sus expresiones faciales; un cuerpo que, cuando es desgarrado, él mismo cose con mayor eficiencia que una costurera. Su cabellera arbórea apenas se despeina, aun cuando cae por un acantilado. Su adrenalina se transmite al espectador, deseoso de ver caer a las fuerzas del orden que osaron meterse con su héroe.

Falta Robert Duvall que diga que no hay nada como el olor a testosterona en las mañanas... Pero está Richard Crenna como el coronel Sam Trautman, mentor y amigo de Rambo, que representa la autoridad militar benevolente, que no está muy de acuerdo con la manera en que las autoridades civiles manejan las situaciones.

La película, un fenómeno de taquilla en ocasión de su estreno en 1982, va directo al punto. Nada de parrafadas digresivas, pura acción sin atenuantes. Dirigida por Ted Kotcheff (un experto en comedias), instala en el firmamento cinematográfico un héroe enojado con su sociedad y que reclama, en plena era Reagan, que los patriotas que dieron su vida por los ideales nacionales sean reconocidos. 

Los efectos especiales son de primera categoría, en una época en que no eran generados por computadora. Stallone, pese a su eterna expresión de desahucio, demuestra no tener un pelo de tonto... aunque no se despeine.

Muy recomendada.

LEÉ TAMBIÉN


Lee también

MÁS NOTAS

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés