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5 series y películas para ver este fin de semana en HBO Max, Netflix, Apple TV, Star Plus y Amazon Prime

Una selección con las nuevas películas, documentales y series recomendadas para este fin de semana.

Las 5 mejores películas y series para ver este fin de semana
Las 5 mejores películas y series para ver este fin de semana Archivo
Oscar Mainieri 16 junio de 2023

Con tantas plataformas de streaming a nuestra disposición, puede parecer casi imposible decidirse por algo para ver durante el fin de semana

Por eso reunimos en una selección especial las mejores series y películas, que incluye también estrenos en salas de cine, para convertir ese menú interminable en un problema del pasado.

Estas son las series y películas para ver en el fin de semana en HBO Max, Star Plus, Netflix, Apple TV y Amazon Prime.

1. Miniserie para ver en Netflix: Todos quieren salvarse

Esta serie italiana (7 episodios de 45 minutos) es un buen drama con momentos cómicos. Danielle (el pelirrojo Franco Cesari) se despierta una mañana en un psiquiátrico. Sólo recuerda que la noche anterior estuvo de juerga con sus amigos. Pero algo violento sucedió entre medio y los médicos deben averiguar de qué se trató, para poder diagnosticar y ordenar un tratamiento.

El muchacho está obligado a permanecer una semana en la institución, tratando con los enfermeros y sus compañeros de cuarto, uno más llamativo que el otro, lo que da lugar tanto a situaciones dramáticas como risueñas, y momentos de fantasías compartida. También asistiremos a las internas entre los enfermeros, entre los que se halla una descendiente de africanos.

El joven conocerá a una influencer, Nina (la muy bella Tessa Stokes), alojada en el ala vecina, desajustada entre sus deseos por un amante casado y lo que su madre le impone, una carrera como actriz para la que no está preparada. Con idas y vueltas, Danielle se le irá acercando -la recuerda del secundario; Nina estaba un año adelantada- y se establecerá una relación entre los jóvenes.

La serie se basa en las memorias de un adicto a la cocaína y al alcohol, por lo que está muy documentada. El intercambio de Danielle con sus nuevos conocidos más el diagnóstico de los médicos, ofrecerá una posibilidad de mejora en su condición. 

La seriedad con que se enfoca la enfermedad mental, el tono cálido que se le imprime a las actuaciones, ciertos momentos poéticos y emotivos, hacen de esta miniserie una experiencia agradable de ver.

2. Película para ver en Star Plus: Fresh

Noa (Daisy Edgar-Jones, de Normal People) quiere una pareja y repasa perfiles en las aplicaciones de citas. Tras algunas frustraciones, dará con el perfil de Steve (Sebastian Stan), un rubio atractivo un poco mayor que ella. Salen un par de veces. Hay química entre ellos. Noa cree estar ante el amor de su vida pero, ¡pobre ilusa!, desconoce las intenciones que el muchacho tiene para con ella. Se enterará cuando él la invite a pasar un fin de semana en una cabaña de su propiedad. 

Fresh es uno de los mejores films de horror del último año y combina acertadamente los sofocones con el más desmelenado humor negro, ya que trata con la antropofagia, uno de los tabúes más poderosos de nuestra cultura. 

Realizado para la plataforma Hulu, es el debut en el largometraje de la directora Mimi Cave, que sabe cómo sostener un fino equilibrio entre los momentos de suspenso y el gore, sin llegar a ofender la sensibilidad del espectador. Con muy buenas interpretaciones del elenco y un guion desbordante de sorpresas, Fresh es una película por demás apetecible.

3. Serie para ver en Prime Video: Fleabag 

La serie creada y protagonizada por Phoebe Waller-Bridge, de sólo dos temporadas (6 episodios de 30 minutos cada una), ganó los premios Emmy principales en el rubro comedia, también los de la Academia de Artes Fílmicas y Televisivas Británicas. Todos bien merecidos: condensar en 25 minutos las idas y vueltas de una joven inglesa en busca del Santo Grial espiritual, trazando en el camino las andanzas de sus familiares y de los llamativos sujetos que se le cruzan, no es poco mérito.

Derivada de un espectáculo unipersonal, la serie nos cuenta las alternativas de Fleabag, una londinense de unos 30 años, poseedora de un café en el que ni siquiera ingresan las moscas, fruto de la sociedad con un amiga que acaba de fallecer. Flea nunca se recuperó de la pérdida de su madre y, asolada por la nueva tragedia, se las arregla para disimular los perniciosos efectos detrás de una armadura plena de sarcasmos que la hacen parecer la más vivaz del condado... cuando apenas puede arrastrar su saco de vulnerabilidades. 

De conductas impulsivas e inesperadas, vive sobresaltando a su hermana Claire (Sian Clifford), una ejecutiva tan rígida como el Big Ben, casada con un desagradable bueno para nada, asediada por un hijastro que se esconde detrás de una tuba. Para peor, el padre de ambas -un hombre dubitativo y temeroso y sabio- ha caído bajo las garras de la que fuera la mejor amiga de la difunta, una pintora y escultora que siente el más profundo de los desdenes por su futura hijastra, ocultándolo detrás de la sonrisa de muñeca de porcelana de la gran Olivia Colman (ganadora del Oscar a la mejor actriz por La favorita).

Los personajes están admirablemente delineados, algunos -sobre todo los masculinos- con una capa de grotesco que no llega a producir rechazo dada la delicada inteligencia de quien los ha creado.

La primer temporada denota el origen teatral del envío con su recurso a los apartes, en los que Fleabag se disocia de las situaciones que está viviendo para hacer comentarios -mayormente impropios- al espectador, creando una admirable complicidad que puede convertirse en un boomerang cuando nos enteremos de alguna situación que la puede hacer quedar muy mal parada. 

La segunda temporada tiene un tratamiento más convencional y menos fragmentario, abriendo con un episodio antológico que tiene como centro una cena familiar con invitados en un restaurant. 

Fleabag irá reduciendo la cantidad de amantes al paso con los que intenta tapizar su vacío existencial para centrarse en el cura que va a casar a su padre con la artista. Las cualidades espirituales del joven (excelente Andrew Scott), aunadas a su simpática exterioridad, constituyen un imán para Fleabag; quizás derribada la muralla de lo prohibido encuentre al guía espiritual que le ofrezca calma a su atribulada vida interior. 

También se reducen los apartes dirigidos al espectador cuando el sacerdote -con aguda perspicacia- le haga notar a la ignorante muchacha sus ausencias. En el camino quedarán los flirteos con una ejecutiva compañera de su hermana (asombrosa aparición de una madura Kristin Scott Thomas) y las visitas a una psicoanalista (la totémica Fiona Shaw) que le obsequia su padre.

Se nota en Phoebe Waller-Bridge la influencia de Woody Allen en la velocidad de los retruécanos y algunos recursos de Annie Hall, con sus famosos apartes -la cola del cine- y la ausencia de placer que lleva al personaje de Diane Keaton a disociarse cuando tiene relaciones sexuales. Pero éste, al igual que Killing Eve también creado por ella, es un producto de una rama de la BBC, con un humor áspero y cruel, tan cruel y comprensivo de la condición humana que el neoyorquino jamás se lo permitiría.

4. Miniserie para ver en Apple TV: Defending Jacob

Esta miniserie entretenida es una suerte de versión pasada en lavandina del largometraje Tenemos que hablar de Kevin (Lynne Ramsay, 2011), ideal para ver en televisión porque nos mantiene cavilando en cada episodio sobre si Jacobo (un enigmático Jaeden Martell) mató o no a un compañero del secundario

Aquí no tenemos a una atribulada y genialmente trágica Tilda Swinton, pero sí un sucedáneo sacarinado: nada menos que Michelle Dockery, la hija mayor de Downton Abbey. ¡Por fin a lady Mary se le permite mover más que una ceja y demostrar que es una verdadera actriz! Su desempeño es digno de ser resaltado porque a lo largo del relato es el personaje que pasa de la negación a considerar que su hijo podría ser un asesino, y resulta totalmente convincente.

No sucede lo mismo con el apolíneo Chris Evans, que se puso aquí como productor en busca de que se lo tome en serio como actor. Interpreta al padre de Jacobo, un fiscal de distrito al que le cae esta bomba atómica en la casa. De tanto interpretar superhéroes uno está esperando que estallen las costuras del traje y exhiba los abdominales. 

Por otro lado, le sucede lo mismo que a Tom Cruise cuando hizo de padre de un chico de 17 años en La guerra de los mundos (Steven Spielberg, 2005); el actor que componía el rol del hijo parecía mucho más maduro que él. Hay actores que no pueden evitar que se les sobreimpriman sus anteriores caracterizaciones en lo que están presentando... Chris, quizás después de los 50...

Así y todo Defending Jacob es un buen producto que no ahorra sorpresas a lo largo de su desarrollo, como las apariciones del notable J.K. Simmons (¿recuerdan al iracundo instructor del conservatorio de Whiplash?), como una mancha cancerígena en el pasado del fiscal, y de la potente Cherry Jones, como la abogada defensora. El suspenso está bien construido en base a la ambigüedad de las situaciones y de los personajes; también hay un juicio y un capítulo final con varios giros llamativos.

5. Películas para ver en HBO Max: Nace una estrella (1954 y 1976)

HBO avisa a sus suscriptores que antes de fin de mes retira de su catálogo dos musicales, las versiones de Nace una estrella anteriores a la protagonizada por Lady Gaga.

Quien quiera hacer un ejercicio de arqueología fílmica, puede internarse en la versión de 1976, interpretada por Barbra Streisand y Kris Kristofferson, donde Esther Hoffman es una cantante que la pelea en los bares hasta que conoce a la decadente estrella del rock, John Norman Howard. Traban una relación amorosa y ella crecerá como estrella de la canción; él se dejará llevar por el alcohol y las drogas.

Streisand -la máxima atracción taquillera femenina que Hollywood vendía en la década del 70- produjo el film a su medida, pasando por encima de su director como una topadora, componiendo la música de la balada romántica Evergreen que le valió un hit y un Oscar, utilizando su propia mansión y su propio vestuario, y regalándole al espectador una interpretación vibrante y unos números musicales que mostraban su innegable destreza como cantante.

El film fue poco valorado por la crítica pero tuvo una repercusión enorme, cita obligada de las parejas de aquella época. En nuestra capital, una vez retirada del circuito de estrenos, durante años, se pasaba los sábados en función trasnoche en salas hoy difuntas como el Studio de avenida Santa Fe y el Ritz de avenida Cabildo, rito que alternaba con films como La canción es la misma (un concierto de Led Zeppelin), El fantasma del paraíso (el mito de Fausto versión Brian de Palma) o El bebé de Rosemarie (un anticonceptivo diseñado por Roman Polanski).

La versión de 1954, en cambio, es un film que pertenece a su director, George Cukor (La dama de las camelias, La luz que agoniza, La costilla de Adán, Nacida ayer, Mi bella dama), especialista en films centrados en torno a personajes femeninos y que lograba grandes interpretaciones de sus estrellas. 

Nace una estrella también oficiaba como relanzamiento de la carrera de la vilipendiada Judy Garland, rehabilitada por Hollywood tras su primera gran crisis con los barbitúricos y las anfetaminas, que le había valido la cancelación de su contrato con la MGM en 1950. Además, el guion incorporaba elementos de la biografía de la actriz para enriquecer el personaje de Esther Maine / Esther Blodgett / Vicki Lester.

Ambientado en el mundo del cine, el film deslizaba comentarios muy ácidos sobre la actividad hollywoodense, su práctica de descarte de aquellas estrellas que empezaban a entrar en el crepúsculo de sus carreras. En este caso, John Norman estaba interpretado por un gran actor inglés, James Mason, que se venía destacando y brillaría en títulos como Bigger than Life (Nicholas Ray, 1956), Intriga internacional (Alfred Hitchcock, 1959), Lolita (Stanley Kubrick, 1962) y El veredicto (Sidney Lumet, 1982) 

Muy valorado por la crítica, el film de Cukor constituye unos de los hitos del género, que mostraba su madurez tratando el tema del alcoholismo que aquejaba a John Norman como parte del conflicto, escabulléndose del escapismo que caracterizaba a gran parte de las producciones que giraban en torno a la música. 

Por el contrario, en esta versión se privilegia lo dramático por encima de los números musicales, aunque hay uno -Born in a trunk- que dura casi 15 minutos, que es una película en sí misma, y que Martin Scorsese homenajearía en su New York, New York (1977) con Liza Minnelli como protagonista, hija de Garland.

Uno de los primeros films rodados en formato Cinemascope, que ampliaba la imagen hacia los costados y necesitaba de pantallas rectangulares gigantes para competir con la televisión que retenía al público en sus hogares, también destacaba en lo equilibradas de las composiciones visuales dentro del encuadre.

Con una duración de más de 3 horas, el film fue salvajemente cortado en 32 minutos por el productor Jack Warner, para que entraran más funciones diarias en los cines. La copia que exhibe HBO Max es la restaurada en 1983; algunas escenas recuperadas exhiben fotos fijas como fondo de los diálogos, ya que los negativos originales se perdieron, algo que no afecta a este papiro maravilloso en donde Judy Garland imprime todo su talento como actriz, bailarina y cantante. 

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