Ayer, después de que la ciudad de Buenos Aires se viera inundada por 237 marchas piqueteras en los últimos siete meses, sin que el Gobierno dijera una sola palabra al respecto, se conocieron dos datos que pusieron al límite a la sociedad argentina: por un lado el Indec confirmó que al cierre de marzo se necesitaron $89.690 para que una familia tipo no cayera en la pobreza y, por otra parte, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, salió a advertirles a los productores agropecuarios que ni sueñen con ingresar hasta Plaza de Mayo en la protesta masiva del campo que preparan para este sábado por la tarde.
Lo notable de estas dos realidades es que las entidades del campo que se nuclean en la denominada Mesa de Enlace no participarán oficialmente en el tractorazo que realizarán los productores autoconvocados, en un día en el que además el secretario de Agricultura le manifestó al ministro Martín Guzmán (que se abstuvo de suspender a Rusia como observador permanente en la OEA, en Washington) que el sector agropecuario no tuvo ninguna renta inesperada porque si bien subieron los granos también hubo suba en línea con todos los costos, y la rentabilidad no fue mejorada por la invasión rusa a Ucrania.
Este combo de pobres de toda pobreza que no tienen los ingresos mínimos para pagar su sustento, y productores chicos del campo que realizan una marcha sin que las asociaciones del sector los acompañen, se da con una realidad adicional: están creciendo en todas partes, entre otras cosas, los robos de neumáticos de autos estacionados, ya que conseguir repuestos es muy complicado. La importación está prácticamente cerrada y las cuatro gomas nuevas de un vehículo cuestan el equivalente a la mitad de lo que vale un auto nuevo de baja gama. Y una rueda de las que usan los tractores o máquinas sembradoras del campo tiene un exorbitante precio de más de $1.000.000.
La inflación y los mercados
Con todo ese desquicio, y con analistas como Orlando Ferreres que advierten que la inflación sigue muy caliente en abril, con un índice que estará cerca del 5,5% mensual, con algunas otras consultoras estimando un número más cercano al 6%, ayer se complicaron un poco más las cosas porque en una semana terminan los 90 días del carry trade (venta de dólares para pasarse a pesos y colocarlos en posiciones ajustadas por inflación) y los catorce dólares de Alberto volvieron a tener un aumento, de proporciones, mientras a la vez el dólar en el mundo volvió a subir contra absolutamente todas las monedas del planeta.
Con Vladimir Putin agudizando sus ataques sobre el sudeste de Ucrania y lanzando un misil transcontinental, con capacidad para llevar ojivas nucleares múltiples, en un movimiento con el que el líder ruso manifestó "Obligará a esos... a pensar", los mercados de todo el mundo se terminaron de convencer de que la economía mundial va a un achicamiento con inflación, que la realidad que viene es una estanflación, en el mejor de los casos, si es que no se cae en una recesión, como está viviendo Japón en este momento.
Y ayer, desde muy temprano, la preocupación se desató en los mercados chinos, ya que las dos Bolsas de ese país (Shanghái y Cantón) anotaron bajas de casi 3% y a seis meses de que el líder Xi Jinping juegue su continuidad de por vida al mando del PC Chino, se concretó una nueva devaluación de la moneda del gigante asiático, ya que el dólar pasó a cotizar 6,45 yuanes, desde los 6,30 que cotizaba hace dos meses. Remarcándose además que en Japón el dólar saltó de 103 a 128 yenes, en el último año y medio.
Ayer en el exterior el dólar subió 1,3% en Chile, 0,9% en México, 0,4% contra el yen, 0,2% contra el euro y la libra y 0,1% contra el real. Y debe remarcarse que se sigue acentuando la debilidad de las monedas europeas (incluso del franco suizo), por tener tan cerca la amenaza rusa. Tanto que increíblemente la distancia entre el dólar y el euro se achicó en 12% desde mediados del año pasado a esta parte, con una paridad que subió de 0,81 a 0,93 euros por dólar.
El dólar en Argentina
Y en Argentina, un país mucho más debilitado que otras naciones que se encontraron con este difícil momento mejor armadas, está viviendo una inestabilidad cambiaria aún mayor. Gracias al acuerdo con el FMI y a la derrota del kirchnerismo en las elecciones legislativas, todos los dólares libres se habían encolumnado en bajas durísimas entre fines de enero y fines de la semana pasada. Esos dos acontecimientos hicieron que muchos especuladores arriesgados vendieran dólares para montarse en posiciones CER, por lo que por ejemplo el contado con liquidación bajó de $244 a $188, pero en los últimos días ese proceso se dio vuelta y ayer la suba se transformó en aceleración.
Efectivamente, el dólar blue saltó $2,50, mientras que los dólares MEP, CCL y Senebi tuvieron incrementos de entre $8,70 y $9,07 en un solo día, por lo que el blue terminó a $202 y los dólares financieros libres cerraron entre $203 en los trámites bancarios oficiales, con el dólar Senebi sobrepasando los $205, en un día plagado de rumores, de todo tipo y color.
Más que con el misil de Putin, toda esta situación fue gobernada por una tasa larga de EE.UU. que sigue subiendo (ayer se pagó 2,96% anual a 5 años, 2,9% a 10 años y 2,9% a 30 años), con la Fed advirtiendo que la suba de medio punto en la tasa corta ya está "sobre la mesa", situación que volvió a causar una estocada en la Bolsa de Nueva York, que anotó ayer bajas en sus índices principales, con mermas que fueron del 1% al 2,1%, con el tecnológico Nasdaq como el más afectado, y con papeles de ese sector que están sufriendo cimbronazos significativos.
La baja de Wall Street tuvo impacto en las bolsas latinoamericanas: la Bolsa de San Pablo bajó 0,6% y la de México cedió 1,1%. Y también hubo eco en el mercado bursátil local, ya que con $1.068 millones operados en acciones y $4.202 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires bajó 1,15%. Pero como el peso se hundió de manera significativa, la verdadera baja real se vio en los ADR argentinos que cotizan en la Bolsa de Nueva York, que anotaron un derrumbe en bloque de hasta el 9%, con Cresud, francés, Pampa E, Mercado Libre, YPF y Macro como los papeles más afectados.
La caída de los bonos
De igual manera, los bonos argentinos también se sintieron afectados con bajas del 0,6% y con un riesgo país que subió 49 unidades hasta 1.721 puntos básicos. Pero con la complicación más fuerte para el Banco Central por tres situaciones: ayer la autoridad monetaria perdió otros US$ 71 millones, tuvo que chupar de los bancos otros $449.947 millones en Leliq cortas y lo más complicado del caso es que con la suba de ayer el contado con liquidación acumula en tres semanas de abril el doble de la suba que paga un plazo fijo en todo un mes. Lo cual evidencia que la velocidad de suba que están teniendo los precios no llega ni por asomo a ser cubierta por la tasa de interés que aplica Miguel Pesce para que los argentinos se queden con los pesos en sus cuentas.
¿Qué se puede venir por delante? El presidente Alberto Fernández se esperanzó con lo que le vienen repitiendo los ministros Guzmán y Kulfas: que la inflación no se va a espiralizar y que se va a volver a estacionar en una zona más manejable del 3% mensual.
¿Ocurrirá eso? Los interrogantes con una China que se desacelera y con una Rusia implacable son demasiado abundantes, y no se puede predecir lo que sucederá en diez minutos. Ayer, por lo pronto, el petróleo subió 1,6% en el mundo. Los metales preciosos actuaron débiles, los metales básicos volvieron a estar firmes, los granos estuvieron mixtos tras varios días de alzas imparables, y los que mostraron también dudas fueron las criptomonedas, cada vez más vigiladas, y con bajas ayer que llegaron al 4%.
