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La balanza comercial registró el mayor déficit desde agosto de 2018

Las importaciones superaron a las exportaciones (que tuvieron el peor marzo desde 2014) en US$ 1.059 millones

La balanza comercial registró el mayor déficit desde agosto de 2018
20 abril de 2023

El intercambio comercial de marzo registró un déficit de US$ 1.059 millones, frente al superávit de US$ 271 millones de igual mes del año pasado, según informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec)

Se trata del déficit comercial más alto desde agosto de 2018, cuando el rojo fue de US$ 1.112 millones.

"El resultado comercial deficitario de marzo es el peor desde mayo de 2018. Sin embargo, dada la estacionalidad propia del comercio exterior, si se compara con otros marzo de los últimos 30 años, no hay registros más bajos que los de 2023. Para las exportaciones, es el peor marzo desde 2014", afirmó la consultora LCG.

En marzo, la facturación por exportaciones bajó 22,2% totalizando US$ 5.723 millones (el peor marzo desde 2014), debido a una baja de 17,1% en las cantidades y de 6,5% en los precios mientras que las importaciones retrocedieron 4,2% para quedar en US$ 6.782 millones, debido a una caída de 6,5% en las cantidades, ya que los precios se incrementaron 2,3%.

De esta manera, el primer trimestre dejó un saldo negativo de US$ 1.290 millones frente al superávit de US$ 1.386 millones del mismo período del año pasado.

Las exportaciones de marzo mostraron una caída de US$ 1.631 millones que se debió principalmente a menores ventas de trigo (- US$ 463 millones) y del complejo sojero (- US$ 740 millones).

Esto se debe tanto a la sequía como al adelanto de ventas de soja durante las ediciones anteriores del Programa de Incremento Exportado, más conocido como dólar soja.

También la exportación de biodiésel cayó US$ 187 millones y el maíz en grano, excluido para siembra, US$ 158 millones.

Fuente: Indec

Sin embargo, todos los rubros disminuyeron: los productos primarios, 33,5%; las manufacturas de origen agropecuario, 29,4%; los combustibles y energía, 6,6% y las manufacturas de origen industrial, 5,3%.

Respecto a los productos importados, en marzo se destacaron bajas en gasoil (- US$ 327 millones), fueloil (- US$ 117 millones), vacunas (-US$ 59 millones) y unidades de máquinas automáticas para tratamiento o procesamiento de datos (- US$ 42 millones).

Se redujeron las compras de combustibles y lubricantes, 45%; resto, 28,6%, fundamentalmente por la menor compra de bienes despachados mediante servicios postales (couriers); bienes de capital, 16,6% y bienes de consumo, 11,8%.

Por su parte, las importaciones de bienes intermedios y piezas y accesorios para bienes de capital, crecieron 10,6% en ambos casos y vehículos automotores de pasajeros se incrementó en 1,2%.

También se registraron subas en las compras de porotos de soja, por US$ 576 millones, para abastecer la industria aceitera local, afectada por la falta de insumos por la sequía.

Por último, se compraron tubos soldados, utilizados en oleoductos y/o gasoductos US$ 74 millones, relacionados con la mayor actividad petrolera y gasífera.

Según la consultora Abeceb, las perspectivas hacia adelante no son favorables, sobre todo para los próximos meses en un contexto que los impactos de la sequía sobre la cosecha y las exportaciones agroindustriales se profundizan. 

De hecho, se volvieron a revisar a la baja las proyecciones de las exportaciones agroindustriales, que caerían en torno a US$ 14.000 millones en relación con 2022.

"En ese contexto sólo un torniquete adicional sobre las importaciones permitiría cerrar el año 2023 con un ligero superávit comercial en torno a los US$ 2.000 o US$ 3.000 millones (con riesgo a la baja), menos de la mitad del verificado en 2022 (US$ 6.923 millones) y menos de un quinto del 'super' saldo comercial positivo de 2021 (US$ 14.750 millones)", señaló la consultora.

"Si bien la merma en las importaciones energéticas en comparación a 2022 y el debilitamiento del nivel de actividad interna (el PIB caería en promedio 3% este año como piso) ayudan en principio a aliviar la presión sobre las importaciones, el atraso cambiario con una brecha en casi 100% juegan en sentido inverso constituyendo un fuerte estímulo a importar más, que viene creciendo a medida que aumentan las expectativas de devaluación y con ello los incentivos a stockearse en bienes transables, como los bienes importados", agregó.

"Incentivos a importar que, en el actual contexto de represión económica y financiera, sólo pueden frenarse con un mayor endurecimiento de las restricciones a la importación que probablemente pase a extenderse para alcanzar no sólo a un universo mayor de bienes de consumo finales importados sino también a bienes de capital y hasta ciertos insumos", concluyó Abeceb.

En tanto, desde LCG afirmaron: "La Bolsa de Comercio de Rosario continúa ajustando sus proyecciones de cosecha a la baja en virtud de la sequía que aqueja al país. En base a esto, estimamos que las exportaciones podrían caer entre US$ 15.000 y US$ 18.000 millones, resultando en un total de US$ 71.000 millones (20% menores que las de 2022)".

"La menor disponibilidad de divisas asociadas a la caída de las exportaciones sostendrán e incluso podrían profundizar los controles sobre las importaciones. Sin margen de maniobra este recorte continuará teniendo consecuencias negativas directas sobre los precios domésticos y el nivel de actividad", agregaron.

 

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