El año que viene, el NASCAR celebrará su 77 aniversario y no quedan dudas de que se trata de una de las categorías de automovilismo más importantes y de mayor trayectoria en el mundo.
Sin embargo, como sucede con otras divisionales del mundo de la competición, está atravesando una transición que intenta -de algún modo- acompañar a lo que ocurre fuera de las pistas.
Antiguamente existía una máxima que era "gana el domingo, vende el lunes" y que estaba ligada a los triunfos en las carreras y las ventas en los concesionarios; el automovilismo guardaba una íntima relación con las marcas que peleaban por subir a lo alto del podio cada fin de semana, algo que ya no es tan así.
De cualquier manera, las distintas categorías siguen siendo en parte un laboratorio de ensayos y en parte una vidriera de marketing para mostrarle a los clientes lo que se está llevando adelante.
Es por eso que en medio de un intento por ser rentable, los modelos que salen a girar a alta velocidad guardan alguna relación con los que se venden en los concesionarios y ahora buscan tomar algunas de esas tendencias.
La principal es la que se ve, su silueta. Nadie puede arriesgar con certeza que las carrocerías de los autos actuales de NASCAR (y de tantas otras categorías) son fácilmente identificables para el ojo de cualquier espectador.
No obstante las marcas sostienen que hay en pista ejemplares de Chevrolet Camaro, Ford Mustang y Toyota Camry. Pero como las tendencias de los consumidores se inclinan desde hace algunas años a los SUV, la próxima generación tendrán carrocerías con esas formas.
Por el lado de lo que no se ve, habrá una nueva tecnología, aún en desarrollo, eléctrica que hoy -a ciencia cierta- se desconoce cuál acabará siendo.
En un primer momento se hablaba que esta transición llegaría a finales de 2023 y que comenzaría en la categoría inferior, conocida como Light, pero -al igual que ocurre con la electromovilidad- los plazos se extendieron.
La llegada de este primer prototipo, desarrollado sobre el Chevrolet Blazer EV, comienza a darle una forma más concreta al proyecto aunque habrá muchos cambios.
No es un SUV puro sino que es más un SUV Coupé, pensado en la aerodinámica, y habrá que ver cómo quedan adaptados los otros dos modelos propuestos: el Ford Mustang Mach-E y el Toyota bZ4X.
Es precisamente por tener esta forma elevada que reapareció en escena un generoso alerón trasero para aportar carga, algo que los autos de NASCAR no tienen desde 2007.
Un dato curioso es que la carrocería será compuesta, tal como lo es el auto de la generación actual, de fibra a base de lino; se trata de una alternativa sostenible y fácilmente disponible a la fibra de carbono, y que apenas penaliza un poco por ser más pesada que la de carbono.
¿Qué mecánica tendrán los futuros autos der NASCAR?
Los millones de fanáticos del NASCAR miran con preocupación la eventual desaparición de los motores V8 que son tan tradicionales por aportar su rugido característico. Un NASCAR "verde" con siluetas de SUV Coupé supondría el final en pos de la electrificación, pero al parecer aún falta.
Este adelanto del prototipo Blazer se estaría usando como "globo de ensayo" para ver las reacciones y tantear qué tal es el recibimiento.
Se anticipó que el chasis en principio será el mismo que el de que corre esta temporada, por lo que sólo cambia la carcasa, adaptándose según la marca y modelo.
En cuanto a la mecánica se probaría con tres motores: un motor a combustión impulsará las ruedas delanteras, mientras que dos motores eléctricos, uno en cada rueda, moverán el eje trasero otorgándole así una configuración inédita de tracción integral.
Mientras que el motor térmico será abastecido de combustible en la parada en los pits, se especula con un sistema de recarga rápida en esas detenciones para alimentar las baterías, algo como podría tener la Fórmula E en un futuro.
Los expertos le recuerdan a los más puristas que no hay que alarmarse ya que la séptima y actual generación de los autos de NASCAR demandó de cuatro años de desarrollos antes de salir a competir, por lo que hay margen de acá a 2028 o 2029 cuando estos SUV electricados podrían debutar en los veloces óvalos estadounidenses.
Como antecedente hay que ver lo que está pasando ahora mismo con la Indy Car, que en pleno campeonato introdujo la hibridación como aporte de energía extra en ciertos momentos de carrera y no para reemplazo de los potentes motores V6 bi-turbo.
