En un miércoles híper actividad en el Congreso, con un duro golpe para Javier Milei porque le rechazaron (en media sanción de Diputados) los fondos reservados para la SIDE, y con una insistencia del Presidente para que el juez Lijo integre la Corte Suprema (a contramano de oposiciones en todo el espectro profesional, político y social), el mercado argentino volvió a dar malas señales: los dólares siguen bajo el control de Luis Caputo, pero las acciones y los bonos argentinos pierden valor y el riesgo país volvió a subir, colocándose nuevamente arriba de la barrera de los 1.500 puntos básicos.
Con la mirada muy atenta de toda la población por lo que sucedía en el Congreso, después del ida y vuelta de los sueldos de los senadores (algo que será definido este jueves en una sesión especial pedida por la vicepresidenta Victoria Villarruel, también distanciada de Milei, el Gobierno pretendió dar una buena señal al anunciar que a partir de setiembre la jubilación mínima irá a $ 234.500, cuando el sueldo promedio de la Cancillería o el Poder Judicial es de $ 13,2 millones. Lo cual significa que un funcionario de esos organismos recibe mensualmente la limosna que les llega a 56 jubilados.
Con este marco, siguen las denuncias afirmando que el gigantesco ajuste realizado por Milei ("el más grande de la historia") está hundiendo la boca de los indigentes. Y en su idea de que bajar la inflación será tomado como un elemento que en sí mismo conseguirá el total apoyo popular (mientras la casta sigue recibiendo aumentos de ingresos gigantescos), Caputo y Bausili siguen anclando los dólares libres usando reservas y de manera inquietante el prestigioso economista Ricardo Arriazu (muy consultado por Milei) advirtió que si abandonan el crawling peg del 2% y devalúan "salta todo por el aire".
A lo que se sumaron estimaciones de "gurúes" de la City estimando que si abren el cepo ahora los dólares libres saltarán por lo menos hasta $ 3000. Y si eso sucediera todo el ajuste que se comió el pueblo argentino más desprotegido a lo largo de los últimos ocho meses será tirado por la borda, ya que si el dólar pegara semejante salto, la inflación volvería a alturas desconocidas y se quedaría absolutamente sin ningún sustento todo el esquema del ministro de Economía, que está por viajar junto a Milei a Arabia Saudita, para pedir un préstamo que fortalezca las reservas de Milei, ofreciendo proyectos vía RIGI (en algo parecido a lo que intentó Mauricio Macri en su Presidencia, con los árabes contestándole "traiga proyectos sustentables y los dólares estarán".
Pero más allá de todos esos movimientos, la noticia que peor cayó en el mercado a lo largo de todo el miércoles fue la confirmación de que el PRO acaba de romper el acuerdo que tenía con La Libertad Avanza, algo que hizo posible que Milei ganara la elección en el balotaje y llegara a la presidencia, más por descarte de Sergio Massa que por haber sido elegido como la mejor opción posible. Esto, además, se va dando con tiempos que se acortan, porque estamos cada vez más cerca de 2025, año en el que habrá que pagar una deuda gigantesca, heredada del canje que hizo Martín Guzmán en 2020, y los dólares que se necesitan para eso no están.
Este complicado callejón en el que están entrando la política y la economía argentinas se enfrenta además con importantes cambios externos. Sigue desarrollándose la guerra entre Rusia y Ucrania, con los ucranianos ahora atacando con más y más drones sobre Moscú. Estamos a 11 semanas de la elección presidencial norteamericana, con Kamala Harris remontando en las encuestas y sacándole un par de puntos a Donald Trump. Y en lo inmediato inquieta la reunión que comienza este viernes en Jackson Hole (Wyoming, EE.UU.) donde los presidentes de los Bancos Centrales tendrán una reunión decisiva, con un discurso inicial del titular de la Fed Jerome Powell.
De movida, el mercado está esperando que la tasa de interés de los principales bancos siga a la baja para que las economías tengan un aterrizaje suave y no una recesión, como la que se teme ahora para China. Es por eso que durante este mismo miércoles siguieron bajando de manera considerable las tasas largas de EE.UU.: se pagó 4,4% anual a 1 año de plazo, 3,6% anual a 5 años, 3,7% anual a 10 años y 4% anual a 30 años. Y con eso el súper dólar bajó del cielo: en el exterior subió 1,6% en México, 0,1% en Brasil y China, pero luego bajó 0,1% contra el yen, 0,2% contra el euro, 0,4% contra la libra y cayó 0,9% en Chile.
En el mercado cambiario argentino, mientras tanto, con las intervenciones acostumbradas del Gobierno y con el dólar exportador a $1045,65, el BCRA pudo comprar US$ 82 millones en el mercado, pero al final del día la autoridad monetaria perdió reservas por US$ 13 millones. Frente a eso, los tipos de cambio siguen con total tranquilidad: el dólar blue no cambió y siguió a $1.355, el Senebi bajó $6,38 hasta $1.316,85, el MEP subió $2,95 hasta $1.292,65 y el contado con liquidación bajó $2,98 hasta $1.293,69. Por lo que la brecha entre oficial y blue fue del 38% y la del CCL con el mayorista fue del 37%.
Pero la ruptura del PRO con LLA más las advertencias de Arriazu y los dichos de otro hombre muy consultado por Milei como el economista Juan Carlos De Pablo, que le advirtió al Presidente que "no somos Noruega", los inversores siguen mirando para otro lado y, con menos negocios y muy diversificados, los bonos argentinos bajaron otro 1,1% y el riesgo país subió 32 unidades hasta 1.525 puntos básicos.
En papeles privados, mientras tanto, con los ojos clavados en Wyoming, hubo una nueva rueda en positivo en la Bolsa de Nueva York, ya que el Dow subió 0,1%, el S&P avanzó 0,4% y el Nasdaq mejoró 0,6%. Y junto a eso, la Bolsa de San Pablo subió 0,3% y la de México cedió 0,1%.
Pero los papeles privados argentinos siguieron la dirección bajista de los bonos. Con $33.374 millones operados en acciones y $44.746 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires bajó 2,2%. Y los ADR argentinos anotaron una suba del 4,3% para Despegar y luego una baja en bloque de hasta el 4% para IRSA, Edenor, Telecom, Supervielle, Macro, Galicia, Pampa E, Francés, YPF, Cresud y TGS.
Todas las movidas que se están dando en el mundo (las geopolíticas y las geoadministrativas) están impactando de lleno en las materias primas. El petróleo bajó otro 1,5% y eso pone en duda a Vaca Muerta, ya que los yacimientos tipo fracking necesitan para ser financieramente aptos tener un barril de más de US$ 65, y el precio internacional se está acercando cada vez más a esa cifra. En tanto, los metales básicos estuvieron mixtos. En granos, Chicago y Rosario mostraron una recuperación para la soja, pero precios débiles para el trigo.
Y se siguen sumando inversores que van buscando posiciones refugio: los metales preciosos siguen muy sostenidos (con el oro en récord y la onza de plata avanzando a pie firme) y con las criptomonedas mostrando una recuperación: hubo un repunte del 2,6% para el Bitcoin con mejora marcada en algunos valores de ese panel como Solana y Cardano.
