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¿Es posible ganarle al supermercado?

Cómo ahorrar más, gastar menos, y evitar caer en las trampas del consumo.

Un pequeño decálogo de recomendaciones para ahorrar unos buenos pesos.
Un pequeño decálogo de recomendaciones para ahorrar unos buenos pesos. .
Néstor Muñoz 09 septiembre de 2024

Los hábitos de consumo cambiaron radicalmente desde la pandemia del Coronavirus en adelante, sobre todo porque nos vimos forzados a meternos de lleno en el ecosistema digital: compras, estudio, trabajo, celebraciones, eventos; todo, a través de una pantalla. De hecho, las compras online treparon más de 85% desde el 2020.

Pasaron los años y el usuario -o sea, nosotros- evolucionó: investigamos, comparamos, nos informamos, tenemos acceso a tecnología y, con todo eso, queremos gastar menos al momento de hacer las compras. A favor nuestro, hoy hay múltiples ofertas y descuentos producto de la menor capacidad de compra de la gente, y al mismo tiempo, muchas promociones se superponen sumando ambos beneficios al mismo tiempo.

Pero, ¿es posible ganarle al supermercado cuando llega el momento de ir a hacer las compras?

Dejando atrás el hábito de la gran compra mensual que mutó a compra quincenal, semanal o diaria, en el momento exacto que entramos al supermercado ya sabemos una cosa: si hay un descuento con el método de pago, el supermercado mismo, o de una billetera virtual.

Pero eso no es todo, porque si nos atenemos a este pequeño decálogo de recomendaciones, podremos llegar a ahorrar unos buenos pesos:

  1. La clásica: ir con una lista de compras. Si nos atenemos a la lista, evitamos las compras de impulso.
  2. Ir con un carrito de mano o bolsa, en caso que no sea la compra mensual, para evitar caer en el sesgo del changuito vacío: cuanto más grande, más cosas caben.
  3. Bonus track del punto 2: si hacemos las compras con el carrito, siempre se va más despacio, ergo, más tiempo para caer en la compra de impulso.
  4. Llevar calculadora: el objetivo es sumar cada vez que tomamos un producto para hacer un stop cuando llegamos al monto máximo que tenemos para gastar. Eso sí, no se equivoquen en las cuentas porque imposible volver atrás.
  5. Otro clásico: siempre mirar el precio por kilo, y no el precio final, ya que es la única unidad de medida para comparar productos y valores.
  6. De atrás hacia adelante: Siempre que estemos en un supermercado, ir al fondo y desde allí ir haciendo las compras hasta llegar al sector de cajas.
  7. Changuito en buen estado. A veces es imposible, pero las teorías más conspirativas indican que los changuitos están rotos o funcionan defectuosamente a propósito: para que vayamos más despacio y haya más tiempo para consumir. Ergo, usemos uno que vaya rápido.

Hay muchísimas recomendaciones más, y supuestos que llegan a un nivel de conspiración del marketing del consumo que es cuestión de creer o reventar, o querer ahorrar o gastar más. Usted decide.

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