El oficialismo está atravesando un momento de conflictos no sólo a nivel interno, sino también con sus aliados más cercanos. Este viernes, el presidente Javier Milei marcó distancia con su compañera de fórmula, Victoria Villarruel, y también con el fundador del PRO, Mauricio Macri.
Las interferencias en el binomio presidencial se dan a partir de la candidatura del juez Ariel Lijo para la Corte Suprema de Justicia.
Villarruel expresó públicamente su oposición al nombramiento realizado por el primer mandatario. "Ha partido mucho a la sociedad su candidatura, entre los que están a favor y en contra. Es un juez controversial que no contaría con los pergaminos necesarios", dijo, tras objetar que no se haya propuesto a una mujer para el cargo.
En Radio Rivadavia, Milei sentenció: "Es una apreciación de ella. Habría que ver qué opina Lijo sobre ella".
"Es la única persona que tiene experiencia de cómo funciona el Poder Judicial y sería el ingreso a la Corte de alguien que entiende cómo funciona y que podría empujar las reformas para que el sistema funcione como tiene que funcionar", explicó.
"Ella tiene su opinión y yo tengo otra, nunca pretendí rodearme de un coro de focas obsecuentes. La discrepancia es parte de la vida misma", agregó en un intento de bajarle el tono a la polémica.
La diferencia de criterios entre el Presidente y su vice no es menor debido a que ella es la titular de la cámara que define si Lijo será nuevo integrante del máximo tribunal del país.
Las declaraciones se producen en un marco de tensión entre Milei y Villarruel. Si bien no se trata del único binomio presidencial conflictivo, lo cierto es que la falta de coordinación genera entre el Presidente y la vice genera incertidumbre en un contexto en el que quedó en evidencia en los últimos días la debilidad de Milei en el Congreso
La vicepresidenta seguirá siendo una figura clave para impulsar desde el Senado la agenda del gobierno, pero parece cada vez más decidida a construir un perfil político propio que la distinga de otras figuras del oficialismo, resaltando su nacionalismo e institucionalismo.
Conflictos en el PRO
Milei también tomó distancia del titular del PRO a pesar del apoyo de Macri al veto a la reforma jubilatoria.
"Si yo tomo su tuit, significa que no maneja la tropa, o la tropa no entiende lo que hace. Lo que dice el tuit está en franca oposición a lo que hicieron sus legisladores, que votaron este delirio", dijo el Presidente en diálogo con radio Rivadavia.
Patricia Bullrich se sumó a las críticas en sus redes sociales. "Está mal mandar a los senadores del PRO a votar a favor de un proyecto fiscalmente irresponsable y después públicamente salir a decir que estás en contra", disparó la ministra de Seguridad en un tweet en el que no nombra a Macri, cita su mensaje.
Sucede que, pese a que el miércoles Milei y Macri se encontraron a solas, el apoyo de los senadores del PRO a la ley que modifica la fórmula previsional del Gobierno marcó una nueva ambigüedad en la relación entre amarillos y violetas.
En Casa Rosada señalan que no hay intención de romper la relación con Macri. En el fondo, el Presidente espera llegar a un acuerdo con el PRO de cara a las elecciones legislativas de 2025.
La Libertad Avanza no necesita al PRO para alcanzar éxitos electorales, pero sí lo requiere en términos institucionales. El oficialismo no habría logrado la sanción de los proyectos impulsados por el Ejecutivo sin el apoyo total del partido amarillo.
Además, Milei ya no será la cara visible de las boletas, y por eso La Libertad Avanza necesitará de la estructura política del PRO para obtener buenos resultados en los comicios.
En tanto, Macri necesita desarrollar una estrategia de diferenciación con el oficialismo porque fue perdiendo músculo electoral: el grueso de los votantes del partido fundado por Macri se identifica ahora con Milei.
El destino del PRO pareciera, así, estar atado a la suerte del gobierno de La Libertad Avanza. Y las incongruencias internas no favorecen la consolidación de una posición definida.
