En medio del escándalo de la denuncia de la exprimera dama Fabiola Yáñez al expresidente Alberto Fernández por violencia de género, avanzaron los conflictos en el oficialismo. Con la oposición enfocada en apagar el fuego interno, se frenó el conflicto competitivo con el Gobierno y aparecieron las peleas dentro de La Libertad Avanza. "Cuando nadie los está puteando y marcándoles los errores, no saben qué hacer", definió el analista Juan Courel.
Binomio presidencial
El primer conflicto de esta naturaleza es el que se da entre el presidente Javier Milei y su segunda, Victoria Villarruel.
Hablar de una crisis es exagerado, pero la distancia existe. Milei le perdió confianza a Villarruel. Y si bien la vicepresidenta seguirá siendo una figura clave para impulsar desde el Senado la agenda del gobierno, parece cada vez más decidida a construir un perfil político propio que la distinga de otras figuras del oficialismo, resaltando su nacionalismo e institucionalismo.
El analista Julio Burdman señaló que Villarruel "nunca terminó de sumarse al grupo de LLA, y es más bien una aliada del espacio, porque ella tiene su propio partido", agregó en referencia al Partido Demócrata.
"Arquitecto de la victoria"
Las distancias se dan, fundamentalmente entre Villarruel y Karina Milei, la Secretaria General de la Presidencia. Pero ahora se abrió una nueva discusión: la de Karina y Santiago Caputo, el principal asesor del oficialismo. Se trata de dos personas con gran poder e influencia dentro del Gobierno que chocan por negocios y movimientos internos.
Así es que en el entorno del asesor de Milei reprochan que Martín Menem, titular de Diputados y hombre de Karina, no hizo nada para evitar la caída del DNU de la SIDE. Y dicen que es un vuelto porque ellos detuvieron el negocio con Nación Seguros.
"¿Justo ahora?"
Lo cierto es que estas rispideces generan desconfianza en un contexto en el que el presidente pareciera quedar cada vez más aislado y requiere, más que nada, una cuota de certidumbre. Gustavo Lacha Lazzari se lamentó "¿Justo ahora?" en su tradicional newsletter "En una carilla".
Las noticias periodísticas sobre discusiones internas del oficialismo "no constituyen una buena señal", dice el economista. Para inversores dubitativos, esto es, acaso, un motivo más para poner pausa antes de decidir hundir capital.
"Para un gobierno que no tiene mayoría en el Congreso y que enfrenta desafíos como los que tiene por delante este gobierno, las internas son definitivamente un problema", agregó Ignacio Labaqui y señaló, como "pruebas claras del costo que tienen estas internas", al rechazo del DNU en Diputados, la designación de Martín Lousteau en la Comisión Bicameral de Fiscalización de los órganos de inteligencia y la aprobación de la reforma jubilatoria.
A su turno, Burdman dijo que se trata de cruces "arriesgados", porque "crea tensiones en la coalición: con Villarruel, con el macrismo, con los radicales". Si bien indicó que a corto plazo puede generar "algunos tropiezos", en el largo plazo "la estrategia es correcta porque LLA es un partido que llegó débil y tiene que conquistar el camino hacia la construcción del nuevo poder".
En tanto, el analista Carlos Fara planteó que "tarde o temprano iban a sucederse este tipo de internas por la propia matriz del proyecto político". Explicó que no existe "un grupo", sino que LLA "básicamente es Javier Milei, su hermana, y luego Santiago Caputo. Es una lógica muy endogámica".
Según Fara, esto no afectaría a la gestión ni tampoco al desarrollo del plan económico. Sin embargo, sostuvo que, "si las cosas empiezan a no salir bien, en términos políticos y económicos, el sistema de decisiones se puede obturar y esto de ahí sí puede tener alguna consecuencia".
