El Banco Central de Brasil, en su Informe Trimestral de Inflación difundido ayer, mostró un cuadro más negativo que en el de marzo y redujo de 2% a 0,8% la suba del PIB esperada para este año. La economía brasileña se contrajo 0,2% en el primer cuarto del año por lo cual ahora se pronostica una mínima recuperación condicionada a que se avance con las reformas estructurales pendientes. En el caso de la producción industrial el ajuste fue de 1,8% pronosticado en el informe de marzo a 0,2%
En materia de inflación las proyecciones se mantuvieron y el Indice de Precios al Consumidor Amplio, en cualquiera de las hipótesis sobre el nivel de la tasa y del mercado cambiario, subiría menos de 4% este año y en 2010, por lo que seguiría por debajo de la meta del Banco Central.
Muchos analistas consideran que Jair Bolsonaro no tiene una estrategia de crecimiento para Brasil y su única apuesta es la reforma previsional, que de concretarse, produciría resultados recién a partir de 2021.
Por otra parte, el informe del BC destaca que las exportaciones brasileñas, sobre todo las industriales, perdieron dinamismo por la recesión de Argentina, que a su vez, esperaba crecer más este año de la mano de una mayor demanda brasileña en algunos sectores relevantes. Los socios no se están ayudando.
Mala imagen
Dado el pobre desempeño de la economía, no sorprende la caída de la popularidad de Bolsonaro. Según la encuesta de CNI/Ibope, el 32% de los brasileños considera que el gobierno es malo, mientras que en febrero, luego del primer mes de gestión, sólo el 19% tenía esa opinión. A su vez, el 32% considera bueno al gobierno y un porcentaje similar, lo califica de regular. La sociedad está divida en tercios con relación a su percepción del gobierno y será la marcha de la economía la que la vuelque en una u otra dirección. Bolsonaro recibe su mejor evaluación en el sur del país y entre los hombres. De todas maneras, se trata de niveles de aprobación muy bajos para alguien que no lleva siquiera seis meses en el gobierno.
