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Netflix: El Hombre Gris y la apuesta al blockbuster como estrategia

En Netflix se acabó la época de experimentación y apuesta y ahora van por lo seguro, que son los blockbusters caros con estrellas de Hollywood

Sebastián Tabany 25 julio de 2022

Esta semana, un tuit de Netflix de 2017 fue rescatado irónicamente por varios usuarios donde decía “amor es compartir tu contraseña”. Al igual que los trolls que desentierran declaraciones anteriores de políticos donde declamaban exactamente lo contrario que dicen hoy, Netflix estos días anunció una nueva política en Argentina (y en algunos países de Latinoamérica como El Salvador, Guatemala, Honduras y República Dominica). 

La nueva función es el concepto de “casa”, algo nuevo ya que siempre hablaban de “hogar” o “usuarios”. Desde el 22 de agosto la plataforma se contrata por inmueble, por lugar físico. Mientras en otros países de Latinoamérica (Chile, Costa Rica y Perú) cambiaron la política a “agregar usuario”. Esta diferencia entre países tiene un sabor a experimento que, después de un determinado tiempo, la empresa anunciará con cual le fue mejor y qué ajustes hará. 

La causa de esta movida segmentada es la pérdida de usuarios en 2022: 200.000 en el primer trimestre, 970.000 en el segundo. Además que de los 220 millones de usuarios globales, un tercio ve Nettlix “de arriba” (con la estrategia antes elogiada pero ahora maldita “compartir usuario”, por ejemplo).

En noviembre de 2021 la acción de la empresa valía US$ 700. Hoy está en un poco más de US$ 200. También esta semana Netflix anunció un partnership con Microsoft para ofrecer un plan aún más barato que el básico que incluya publicidad y que no tenga todo el contenido ofrecido en otros planes más caros.

Greg Peters, el COO de Netflix, declaró que “todos las publicidades que serán ofrecidas por esta suscripción serán provistas por Microsoft” y “es un arreglo exclusivo con ellos”. 

La solución de Netflix: el blockbuster

En abril la empresa fundada por Reed Hastings despidió a 150 empleados, o el 2 % de su planta. Cerró su división de películas familiares live action y redujo la de películas independientes con menos de US$ 30 millones de presupuesto. Ese mes Ted Sarandos, Co-CEO de Netflix, durante el anuncio de ganancias comentó: “Hace unos pocos años estábamos tratando de monetizar el mercado en pequeñas películas de arte. Hoy, estamos estrenando varias de las películas más populares y más vistas del mundo: Don't Look Up, Red Notice y The Adam Project son ejemplos de eso”. 

Sarandos es claro: se acabó la época de experimentación y apuesta y ahora van por lo seguro, que son los blockbusters caros con estrellas de Hollywood. 

Según una nota en el Hollywood Reporter las películas chicas “no se van a ir”, pero se reducirán a un nicho. También habrá menos oferta lo que implica menos ejecutivos (y menos almuerzos de miles de dólares en el Four Seasons). Además quizás se fusionen los presupuestos. En vez de hacer dos películas de 10 millones, se hará una de 20. 

La semana pasada, Netflix estrenó The Gray Man dirigida por Anthony y Joe Russo, los hermanos que hicieron cuatro films para Marvel: dos Capitán America y las últimas dos Avengers. Con un presupuesto de US$ 200 millones, se ha dicho que es la más cara en la historia de la empresa. 

The Gray Man es una película de acción y espionaje con Ryan Gosling como un asesino de la CIA perseguido por un colega (Chris Evans). Actúan también Ana de Armas, Billy Bob Thornton, Regé-Jean Page (después de su papel consagratorio en Bridgerton) y Jessica Henwick. La película tiene locaciones en Singapur, Londres, Praga, Italia y Croacia.

Para fines de año, Netflix prepara la secuela de Knives Out del director Rian Johnson con Daniel Craig que la plataforma compró en marzo de 2021 por US$ 469 millones. Y también están preparando las segundas partes de The Old Guard con Charlize Theron (la primera costó US$ 70 millones) y Extraction con Chris Hemsworth y producida por los Russo cuya primera parte tuvo un presupuesto de US$ 65 millones. 

Hubo un tiempo que Netflix parecía ser la salvación de las películas artísticas, de mediano presupuesto o proyectos prestigiosos. Hay que recordar que Netflix tuvo su primer gran éxito con House of Cards, producida por David Fincher que siguió con proyectos propios como la serie Mindhunter (cancelada) o el film Mank, en blanco y negro. 

También Netflix financió con US$ 150 millones The Irishman de Martin Scorsese, pero se negó a subir el presupuesto a US$ 200 millones para Killers of the Flower Moon por lo que el director de Toro Salvaje se mudó a Apple TV, que sí aceptó financiarlo. La era del artista prestigioso y caro parece que llegó a su fin, por lo menos, por ahora. 

Inclusive en nuestros país el banner “Hecho en Argentina” de Netflix propone comedias o policiales con presupuesto alto para el país pero bajo para lo que son valores internacionales. 

Todavía no se animó a financiar un blockbuster autóctono y ese no parece ser el camino sino dejar el público local satisfecho con lo que propone de forma conservadora sin arriesgarse a géneros como la acción, que son caros inherentemente y dejar eso para los productos internacionales y blockbusters con estrellas de Hollywood. 

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