El Economista - 70 años
Versión digital

vie 26 Abr

BUE 17°C
Netflix

El campo de los sueños: la adaptación más esperada del comic The Sandman

Uno de los cómics más importantes la década del '90 llega en formato serie a Netflix

The Sandman
The Sandman Netflix
Pablo Manzotti 08 agosto de 2022

Un caballero asiste a una reunión de autores y editores en New York. Lacónico, de furioso traje oscuro, este inglés de pura cepa, observa, atentamente, la fauna que lo rodea en un cóctel de bienvenida. Durante unos minutos, dialoga con otro de los presentes acerca de literatura, mitos, historia y varios tópicos más. El interlocutor siente curiosidad y pregunta: ¿A qué se dedica?

Soy guionista de cómics, responde nuestro hombre británico ante el desconcierto (y la desilusión) del interlocutor que agrega, como sin creer lo que está diciendo: 

-¿Y qué escribió?
- Soy el guionista de Sandman.
-¡Pero amigo!, dice el curioso, aliviado. Y remata: -Usted es escritor de novelas gráficas.

La anécdota existió y Neil Gaiman, el misterioso británico de atuendo negro, la contó varias veces en las presentaciones durante las ferias y convenciones a las que era invitado. El relato refleja el costado prejuicioso que rodeó siempre al cómic (a la historieta) como arte menor. Precisamente fue durante los años noventa que hubo una consolidación del cómic de autor, particularmente de escritores ingleses que forzaron los límites y posibilidades de la viñeta, primero en el campo del género superheroico para luego avanzar a la fantasía para el público adulto. En el marco de esa prolífica usina de ideas, la labor de Gaiman fue clave:

The Sandman, su creación máxima, fue una obra que cubrió toda la década y que llevó la historieta fantástica de autor a otro nivel. Unió referencias a Borges y a Chesterton en un mismo arco argumental. Atravesó las mitologías griegas, romanas, escandinavas y más. Fue tal su impacto en la cultura popular y sus récords de ventas para cómics destinados a adultos que generó un sello específico que diera espacio a esos títulos. Vértigo fue (y es) el espacio que nació para albergar esos relatos fantásticos, esa subversión de la fantasía por sobre la realidad. Vértigo es un brazo de la histórica editorial DC Comics (parte del grupo Warner Bros. Discovery), la dueña de Superman, Batman, La Mujer Maravilla y tantos otros superhéroes.

En Sandman, Gaiman contó la historia de Morfeo, el rey del sueño y su lugar en la familia de Los Eternos. Son arcanos y sus siente miembros conforman un núcleo familiar fraternal: Sueño, Desespero, Delirio, Destrucción, Destino, Deseo… y Muerte. En inglés todos inician con la letra D. Basándose en la mitología clásica, el autor se apoyó en estas entidades que son reflejo de la conductas humanas para narrar una historia del pop de finales del Siglo XX. Después de muchos intentos por llevar este concepto al cine o la televisión, llegó la adaptación definitiva en formato serial a Netflix.

¿Se puede hacer una buena película de una obra maestra?

Las adaptaciones de obras populares de fuerte peso suelen ser complejas no solo por el proceso mismo de transposición del lenguaje, sino por la apreciación del lector/espectador conocedor de la obra original.

“Hicimos esto (Sandman, la serie) para la gente que leyó el cómic y para quienes no”. comentó Gaiman desde su cuenta oficial de Twitter ante la expectativa por la llegada del producto a la plataforma.

Y hay bastante de verdad en la afirmación. La adaptación de Netflix toma los primeros arcos argumentales de la historia y no deja afuera ninguna sutileza que será usada (parece ser así) en futuras temporadas.

El relato inicia con Morfeo atrapado en una mansión de un ocultista británico a principios de siglo pasado. Durante más de noventa años transcurrió su cautiverio y fue despojado de sus armas de poder: un yelmo, una bolsa de arena y un rubí. La situación de su liberación y el periplo para recuperar sus pertenencias (que lo terminan llevando hasta el mismísimo infierno, entre otros lugares) está contenido en dos arcos argumentales: Preludios y Nocturnos (editado en 1989) y Casa de Muñecas (1989/1990).

Esos relatos fueron los elegidos para desarrollar en los 10 episodios de esta, en principio, primera temporada en audiovisual. Si bien la adaptación es muy fiel (hasta los capítulos respetan el nombre original de los cómics tal cual salieron al mercado mensualmente) hay algunos detalles que aggiornan el texto a la época, al contexto cultural y, también, sociopolítico.

Sandman es el señor de los sueños y desde su punto de vista está narrada la historia para interactuar con una de las galerías de personajes más interesantes que haya dado la literatura popular. En el reino de los sueños, que es su dominio, reside Lucienne, la bibliotecaria (en el cómic original es Lucien, un varón) que es guardiana de todos los relatos, escritos y no escritos. También está Matthew, el cuervo, compañero de Morfeo. Y están los excéntricos Caín y Abel. Y también está Lucifer. Y el infierno. Y las pesadillas escapadas del mundo de los sueños que vagan por la vigilia.

Para tejer ese relato, Gaiman cita a Chesterton, a Borges, a los grandes clásicos. Y la serie, seguramente con detalles para mejorar y otras variables para aceptar, logró captar ese espíritu.

“Durante más de 30 años, mi papel en las adaptaciones de Sandman fue tratar de que no aparecieran las malas. Y afortunadamente, siempre tuve éxito en eso”, dijo Gaiman que, ciertamente, se opuso durante años a cuanto proyecto le acercaron y él no estaba de acuerdo con la visión. Y agregó: “Esta vez estuve dispuesto a subir a bordo. Llegamos a un punto que realmente no existía cuando comenzaron los cómics de The Sandman. Las series de televisión novelísticas de formato más largo, ahora, tienen los efectos visuales y los presupuestos para traer este mundo a la vida. Tecnológicamente, creo que estamos en un lugar en este momento para hacerlo de una manera que no podríamos haber soñado hace 15 años, o incluso 10 años atrás”.

La obra de Gaiman

“El monje cuidaba el templo, y sus días transcurrían en paz y tranquilidad hasta que una zorra y un tejón pasaron junto al templo y vieron al monje cavar en el pequeño huerto de batatas que le alimentaba durante gran parte del año.

El tejón observó al monje y al templo, y dijo:

-Hagamos una apuesta. Aquel de nosotros que pueda alejar a ese hombre del templo se quedará con este lugar como vivienda; porque hace muchos años que ni peregrinos ni viajeros pisan este templo, y será un lugar mucho mejor dónde vivir que el cubil de un tejón o la madriguera de una zorra.
Y la zorra sonrió con sus dientes afilados…

El texto pertenece a la novela Sandman: Cazadores de Sueños, editado en 1999. Una prosa con ilustraciones del artista japonés, Yoshitaka Amano.

La obra del autor es amplia. The Sandman consta de 75 números divididos en varios volúmenes y salió a la venta durante una década. Además están sus historias laterales, como la mencionada en el fragmento anterior. Y también las historias acerca del personaje más popular de la serie: Muerte (Death).

La hermana preferida de Morfeo, la Parca de Los Eternos que Gaiman ha presentado en el cómic número 8 de la saga y que fue de un impacto tal que elevó a la historieta a otra categoría. Es que el autor inglés representó a la muerte no como el clásico esqueleto con capa negra y guadaña sino como una joven dark, muy agradable que transforma el encuentro final con cada ser humano como una reunión tierna y profunda. En el cómic la presentación de ese personaje se dio en el marco de una historia autoconclusiva denominada “El Son de sus Alas”. En la serie es el episodio número 6 y casi toda la prensa especializada coincide en que ese capítulo es lo mejor de la adaptación.

No es la primera vez que Neil Gaiman se involucra directamente con uno de sus productos llevados al cine o a las plataformas y que queda conforme con el resultado.

Coraline, la excelente película en animación stop motion (cuadro a cuadro) está basada en uno de sus libros. Pero el antecedente más importante a la realización de The Sandman está en dos series de Amazon Prime: Buenos Presagios (Good Omens) y American Gods.

Los dos relatos parte de novelas del autor británico (la primera la coescribió con Terry Pratchett) El estilo Gaiman está presente siempre: historias de dioses y monstruos, de mundos fantásticos que interactúan con la cotidianidad de la cultura pop.

Para cerrar, cabe señalar que uno de los colaboradores más frecuentes de Gaiman ha sido el ilustrador británico Dave McKean. Sus portadas para cada uno de los números de The Sandman ganaron premios en todo el mundo y son obras maestras en sí mismas: una técnica que combina ilustración con modelaje y fotografía. Ese concepto visual se trasladó al diseño de los créditos de cierre de cada uno de los episodios de la serie. Conviene no apagar el reproductor o no saltarse ese momento para pasar rápido al siguiente capítulo y así disfrutar esa maravilla en toda su dimensión.

En esta nota

LEÉ TAMBIÉN


Lee también

MÁS NOTAS

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés