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5 series y películas para ver este fin de semana en HBO Max, Apple TV, Prime Video, Paramount+ y Mubi

Una selección con las películas, documentales y series recomendadas para este fin de semana.

5 series y películas para ver este fin de semana en HBO Max, Apple TV, Prime Video, Paramount+ y Mubi
Oscar Mainieri 18 agosto de 2023

Con tantas plataformas de streaming a nuestra disposición, puede parecer casi imposible decidirse por algo para ver durante el fin de semana

Por eso reunimos en una selección especial las mejores series y películas, que incluye también estrenos en salas de cine, para convertir ese menú interminable en un problema del pasado.

Estas son las series y películas para ver en el fin de semana en Apple TV, Prime Video, HBO Max, Mubi y Paramount+.


1. Serie para ver en Apple TV: Slow Horses

Los espías del M15 que cometen errores en su tarea van a parar a El refugio, un sucucho de paredes gris verdosas regenteado por Jackson Lamb (Gary Oldman, más genial que de costumbre) en la zona más mohosa de Londres. Ahí deben revisar el contenido de tachos de basura, repasar tediosas planillas, afanarse con los más pesados trabajos administrativos.

Hasta que uno de ellos, River (Jack Lowden), nieto de un espía veterano (Jonathan Price), con ansias de reconocimiento, sigue el hilo de una investigación que involucra a grupos de extrema derecha que secuestran a un joven de ascendencia pakistaní (Antonio Aakeel) al que piensan decapitar.

Lamb tendrá que bailar un delicado minué con Diana Taverner (Kristin Scott Thomas), la subjefa de la Central de Inteligencia, que tiene sus propios planes sobre cómo operar en semejante caso. De allí en más será una ardua competencia entre el grupo de espías desahuciados -que buscan probarse a sí mismos y a los demás que no están tan vencidos como se cree- y los más sofisticados métodos que maneja la traicionera Diana, con todo el poder del Estado a sus pies.

Una de las mejores series de espionaje (2 temporadas, 6 episodios cada una), especialidad británica por excelencia, se destaca por los guiones de Will Smith (Veep) y Mick Herron, este último autor de las novelas en que se basa el relato, plenos de argucias y sutilezas. Con escenas de acción que cortan el aliento, suspenso inquietante, personajes extravagantes y un elenco superlativo -Oldman está insuperable en el papel del viejo espía humillado que se las sabe todas- vale la pena un trote con estos caballos cansados... seguro que llegan a la meta.

2. Miniserie para ver en Prime Video: Las flores perdidas de Alice Hart 

Quienes gusten de los dramas muy emotivos tienen esta miniserie (7 episodios de una hora) llegada de Australia, donde una niña de 9 años debe padecer a un padre violento, que hace de ella y de su madre un saco de puching ball. Por suerte, ya en el segundo episodio, Alice es trasladada a la granja de su abuela, June, interpretada por Sigourney Weaver, incorporando a otra mujer de conducta ruda a su larga galería de roles iniciada en Alien (Ridley Scott, 1979) con la teniente Ripley. 

La granja es un criadero de flores, cada una bautizada con un profundo significado emocional. En ella trabajan varias mujeres que provienen de hogares destrozados por la violencia familiar o estatal, de las que June se hace cargo y cuida, a veces poniendo el cuerpo por ellas ante los embates del destino.

Alice niña (Alyla Browne, sorprendente en la expresividad emocional de su rostro) irá recuperándose de tantas desgracias ante estas mujeres que la cuidan y miman. Ya mayor (Alycia Debnam-Carey), descubrirá oscuros secretos sobre sus padres y abuela e iniciará su propia ruta de sanación.

Muy atento a las reglas del melodrama, el guion se basa en un best seller de Holly Ringland, que se reserva varios giros inesperados. Hay espacio para la violencia y para el romance, para reflexionar sobre la maternidad y la jardinería. Los paisajes del continente australiano son imponentes, las flores muy bellas y las actrices muy dúctiles, aunque Weaver -su monumental cuerpo un tanto vencido por los años- opaca con sus destrezas todo lo que se le pone por delante. 

3. Película para ver en Mubi: Scott Walker: 30 Century Man

Este extraordinario documental revelará a muchos la obra y la extraña personalidad de Scott Walker, uno de los talentos más sofisticados de la música, que de ídolo del pop en la Inglaterra de The Beatles y The Rolling Stones terminó su carrera en el otro polo, el de la experiencia musical vanguardista. 

Nacido en Ohio en 1943, actor de niño, se traslada en 1965 a Londres con el grupo The Walker Brothers, cuyos miembros no se llamaban Walker ni eran hermanos. Logra un gran éxito comercial, que proseguirá con 3 de sus cuatro álbumes como solista, en los que hacía gala de una profunda voz de barítono e introducía numerosos temas de Jacques Brel. Los productores querían hacer de él un Engelbert Humperdinck o un Perry Como, un cantante de baladas melodramáticas y melosas, aprovechando además su figura de gran apostura. Pero Scott Engel (tal su verdadero nombre) tenía un temperamento melancólico y ermitaño, y aborrecía la fama y el dinero.

Por obligaciones contractuales existen una seguidilla de discos muy comerciales -que él no permitirá que sean reeditados- y un regreso de The Walker Brothers en los años 70. Será en 4 temas del album Nite Flights que editaron en 1978 en donde aparece la impronta que predominará en las próximas grabaciones de Scott como solista, a medida que se vaya alejando de ciertas estructuras del pop y se vaya internado en las abstracciones más cercanas a las vanguardias musicales.

Sus discos cada vez se hacen más espaciados y experimentales. Tilt, de 1995, produce una gran impresión entre los conocedores del paño y es etiquetado como "el primer disco del siglo XXI". Con influencias tomadas de la literatura de James Joyce, Samuel Beckett, la pintura de Francis Bacon, el cine de Ingmar Bergman, relatos de la Segunda Guerra Mundial, las composiciones de Ligeti, mas pinceladas góticas, sus creaciones produjeron gran efecto en talentos como David Bowie (productor ejecutivo del documental), el conjunto Radiohead, Marc Almond y Brian Eno, que también figuran entre los numerosos entrevistados.

Dirigido por Stephen Kijak, con profuso material de archivo y un extenso diálogo con el recluido artista mientras grababa The Drift en 2006, se nos permite observar su proceso de trabajo, que consistía entre otras cosas en poner a los violinistas al borde de un infarto por las extensión de las notas que les pedía o, que para escenificar musicalmente la muerte de Mussolini y su amante, se golpearan trozos de carne cruda a un determinado ritmo.

Considerado por la crítica anglosajona como un modelo a seguir dentro de los documentales sobre artistas de la música, recurriendo a animaciones para ambientar algunas de esas extrañas concatenaciones de notas y sonidos guturales, con un tema tan facetado como escurridizo, Scott Walker: 30 Century Man honra con su presencia a la plataforma que lo exhibe.

4. Miniserie para ver en Paramount Plus: Departure

Un avión cae en el océano Atlántico. Una única sobreviviente (Rebecca Liddiard) es rescatada. Ella puede revelar qué sucedió en el vuelo 716, que partió de Nueva York con destino a Londres.

Kendra Malley (Archie Panjabi), una investigadora de accidentes de aviación, debe abandonar su retiro y hacerse cargo del caso a petición de su ex jefe y mentor (el veterano Christopher Plummer, en su última aparición en pantallas). 

¿Había un iraní entre los pasajeros? ¿Se trató de un atentado? ¿Y qué hay sobre uno de los pilotos, cuya vida esconde más de un secreto? ¿Existe una conspiración empresarial para depreciar a la aerolínea? Lo cierto es que los ingleses están muy preocupados porque de la resolución de la investigación depende el futuro de la aeronavegación nacional, ya que el avión siniestrado pertenecía a la nueva flota de producción local, con posibilidad de venderse a otros mercados.

Kendra, como si fuera poco, tiene sus propios problemas. Acaba de enviudar de manera traumática y tiene un hijastro adolescente que inicia su propia investigación del caso. Esta subtrama es un tanto implausible pero no afecta el desarrollo general, ya que los obstáculos con que se topa la investigadora son numerosos, hay ágiles escenas de acción y el suspenso es estimulado de diversas maneras.

La producción de sólo 6 episodios de 45 minutos es un entretenimiento liviano y llevadero. Es de origen canadiense y quiere pasar por inglesa, lo que logra por el nivel de las actuaciones y la consistencia del misterio a resolver. Todo lo relativo al accidente está muy bien logrado en términos visuales, lo mismo que las escenografías y las numerosas vistas de Londres, muy bien explotadas por los directores. 

5. Serie para ver en HBO Max: Big Little Lies

Big Little Lies bien podría llamarse Mujeres abusadas al borde de un ataque de nervios. En la soleada y progresista localidad de Monterey, California, existe una escuela pública donde las tres protagonistas -además de Kidman y Witherspoon, está la más que notable Shailene Woodley, de inolvidable interpretación en The Spectacular Now! y en la reciente Misántropo, condenada por su apariencia a ser una Jennifer Lawrence clase B- mandan a sus párvulos. Allí se celebrará una fiesta donde los participantes deben ir vestidos o disfrazados de manera que recuerden a Audrey Hepburn y a Elvis Presley. En esa fiesta, habrá un asesinato.

El primer capítulo es un tanto difícil de seguir por la variedad de hilos narrativos que se tienden para ser desplegados, entrecruzados con flashforwards de la investigación del asesinato cuya víctima y ejecutor se reservan para el desenlace. El estilo que el director cinematográfico Jean-Marc Vallée, -el responsable de aquella joya canadiense llamada Mis gloriosos hermanos, y las apenas decorosas El club de los desahuciados y Alma salvaje-, es demasiado relampagueante y fragmentado, impidiendo la creación de cualquier atmósfera. Cabe decir que, a medida que los capítulos se suceden y la historia se va asentando, el asunto adquiere mayor interés.

Cualquiera de las protagonistas podría ocupar un lugar en el inescindible tándem víctima-victimario. La recién llegada al pueblo, Woodley, amén de ser madre soltera y más pobre que las otras dos, tiene un hijito que desencadena el conflicto dentro de la escuela al querer abrazar-ahorcar un tanto efusivamente a una compañerita. O al menos así lo cree la madre de la niña, una ejecutiva top, alta, estilizada, y con la cara de masilla moldeable de la gran Laura Dern, haciendo una escala en Monterey antes de pasarse por Twin Peaks 2.0, la última creación de su mentor y maestro, David Lynch.

Con Dern conectada a 220 voltios la cuota de grotesco necesaria está garantizada, matizando la estridencia de sierra eléctrica de Witherspoon, que explota en clave psicopática los tics de los personajes que compuso para Legalmente rubia y La elección, ganándose un tendal de enemigos a cada paso con su energía desproporcionada y su ciega ambición de conseguir lo que quiere a cualquier costo. Por lo tanto, hay muchos motivos para que más de uno quiera mandarla al otro mundo. 

A Kidman le toca un rol más mesurado, como la sacrificada madre que dejó su brillante carrera de abogada por pedido de su marido, un potro rubio al estilo del muñeco Ken, más joven que ella, que da coces cada dos minutos, dejando amoratado cada centímetro de la piel de su esposa. Igual, la australiana no debería preocuparse, está tan parecida a una muñeca de plástico gracias a las cirugías estéticas que parece una naturaleza muerta. En los numerosos desnudos que le vemos, hasta sus pechos desafían las leyes del tiempo y de la gravedad.

El personaje más humano del terceto de amigas es el de la joven Woodley, - con su nenito llamado Ziggy Stardust en homenaje a David Bowie , -qué cruz pobre chico-, que corre incansablemente por las playas, su interior hecho una marejada, acechada por un pasado tan sombrío como misterioso, víctima de un trauma del que aún no se ha repuesto.

Como se ve, las tres tienen motivos para ser la víctima del capítulo uno -si se tratara de una mujer- o la victimaria del capítulo final -si el occiso fuera un hombre. Los muchachos que las rodean son estereotipos que caminan: desde el freak que está casado con Witherspoon hasta su ex, el macho posta e irresponsable en su pasado que hace buena letra con la esposa del presente. Del muñeco que está casado con Barbie Kidman, ya hablamos.

Diseñada por David E. Kelley (creador de Ally McBeal) para HBO, Big Little Lies se deja ver por el carisma de sus estrellas y su módico suspenso. Lejos de la densidad del primer gran drama sobre abuso que ofreciera la televisión estadounidense, Something About Amelia (1987), protagonizado por Glenn Close y Ted Danson, esta miniserie está confeccionada en base a recetas new age e instintos radicales que desafían lo correctamente político de una sociedad hiper conciente de sus derechos y obligaciones, permitiendo atisbar algo profundamente doloroso debajo de tanta hojarasca pulida y reluciente.

La primer temporada es bastante potente; la segunda no tanto, aunque se beneficia al convertirse en un drama tribunalicio y por la presencia de Meryl Streep como la suegra del personaje de Kidman, lo que permite más de un duelo actoral entre ambas y el personaje que encarna Witherspoon. 

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