El índice de precios de los gastos en consumos personales, que es la medida de inflación que más toma en cuenta la Reserva Federal de Estados Unidos para definir su política monetaria, subió en enero 6,1% anual, el mayor incremento en veinte años, y 0,6% contra diciembre. Llegar a la meta del 2% de la Fed parece un objetivo lejano porque se espera que la inflación suba aún más en el corto plazo y todavía falta conocer los efectos duraderos de la invasión de Rusia sobre los precios de la energía y los alimentos. A su vez, el índice núcleo, que excluye a los rubros más volátiles, registró un incremento de 5,2%, el más alto desde 1983.
Por otra parte, se informó que los gastos personales crecieron 2,1% en enero frente a diciembre lo que da la pauta de un buen nivel del consumo que explica dos tercios del PIB y por lo tanto muchos analistas, que consideran que se mantendrá la tendencia positiva, elevarían su pronóstico de crecimiento para el primer trimestre del año. Mientras que los ingresos personales no mostraron una variación intermensual.
Otro indicador relevante conocido hoy es el de las órdenes de bienes durables que subieron 1,6% en enero con relación al último mes de 2021.
