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Peor día desde inicio del conflicto Rusia-Ucrania

Lunes negro: mucha volatilidad, con operaciones suspendidas

El dólar subió contra todas las monedas; Wall Street cayó 3%; el petróleo se escapó y el trigo bate récords

Los commodities siguen subiendo, mientras que los bonos y las acciones sufren.
Los commodities siguen subiendo, mientras que los bonos y las acciones sufren.
Luis Varela 07 marzo de 2022

En el peor día desde que Vladimir Putin se lanzó sobre Ucrania, los mercados tuvieron ayer una volatilidad por momentos desenfrenada, con cotizaciones que llegaron a extremos y que obligaron a hacer suspensiones parciales de operaciones, para luego recomenzar, para terminar igualmente con números en algunos casos escalofriantes.

Los valores que más sensibilidad mostraron fueron, obviamente, todos los que están muy atados a las ofertas que usualmente surgen desde Rusia y Ucrania. El petróleo saltó hasta US$ 119 en su variante WTI y a US$ 123 en el Brent, con algunos especialistas advirtiendo que las cotizaciones irán por más si la invasión (y la matanza de civiles) se sigue extendiendo. El níquel, un metal básico muy dependiente del mercado ruso anotó un insólito aumento del 67% en un solo día. Por lo que, tanto el petróleo como el níquel vuelven a los precios techo que hubo en 2008, cuando el mundo tembló por la crisis de las hipotecas en EE.UU.

"Lo que estamos viendo -afirmó un viejo operador del mercado financiero- es algo parecido a lo que ocurre con una familia cuando ve venir problemas en el lugar donde vive. Todo el mundo sale a comprar todo tipo de mercaderías para llenar las alacenas, por miedo a que dentro de algunos días o semanas haya escasez o que directamente los precios se vayan a las nubes. Los grandes operadores, que negocian a futuro, se van posicionando, suponen que el petróleo va a faltar, que el níquel va a faltar, y el trigo fue otro de los elementos que también hizo temblar a muchas operaciones".

Efectivamente, en Chicago el precio del trigo volvió a subir, llegó a US$ 495 con un aumento de 4,6%, y debe entenderse que ese cereal se pactaba a US$ 130 hace cinco años, y esta suba implicará una fuerte presión inflacionaria global, complicaciones para los bancos centrales, pero fundamentalmente hambre para mucha gente. De hecho ayer el kilo de pan empezó a venderse a $320 en la Ciudad de Buenos Aires y la bolsa de harina de 25 kilos, que se vendía a $1.100 hace una semana, saltó a $1.900, por lo que hay desconcierto en todos los derivados (pan, fideos...), a pesar de que el secretario Feletti se sacó una foto triunfal anunciando un fideicomiso para que el precio de esos bienes esenciales no suban hasta que el mandato de Alberto finalice.

Más sanciones a Rusia 

Por supuesto, la enorme tensión que sigue implantando Putin, continúa encontrando una escalada de represalias, que le provoca respuestas cada vez más inadmisibles, amenazando con el riesgo nuclear. Mientras los rusos entran a Ucrania matando población civil a mansalva (que en el primer relato de Putin querían proteger), la Unión Europea le dio una respuesta bien clara a sus amenazas: acordó que inicia el proceso de adhesión de Ucrania, Moldavia y Georgia a esa unión de países, ya que esos tres países solicitaron unirse al bloque.

Toda esta tensión se está convirtiendo en una masiva salida de posiciones de riesgo y corrimiento a posiciones hipotéticamente más seguras. Ayer hubo una caída en bloque del orden del 3% en casi todas las Bolsas asiáticas, europeas e incluso en Wall Street, donde el índice Nasdaq se desplomó otro 3,6%, por lo que volvió a niveles de 2020, hundiéndose 20% en los últimos cien días, aunque hay papeles que sufrieron caídas superiores al 70%. Las bolsas latinoamericanas también cedieron, pero menos, 2%. Compensadas por los altos precios de las materias primas sufren menos: con $1.762 operados en acciones y $3.937 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires bajó 1,7%, aunque los ADR argentinos que operan en Nueva York cayeron en bloque hasta 8%, con Mercado libre, Cresud, YPF y Galicia como las peores (solo se salvó Bioceres).

La búsqueda de refugios

Buena parte de los inversores globales siguieron buscando refugio en lo que consideran puede sostenerse en los próximos tiempos. El oro subió apenas (1,2%), la onza de plata bajó, las criptomonedas sufrieron descensos de hasta el 4%. Y los elegidos fueron otra vez los bonos de la Fed, que mejoraron sus precios contado, pero esta vez sus tasas a vencimiento subieron (hasta 1,7% anual a 5 años, 1,8% a 10 años y 2,2% a 30 años) ya que la Fed se reúne la semana que viene y definirá si la suba de tasas es de 0,25%. Hay dudas porque antes se conocerá la inflación norteamericana de febrero: en enero fue del 7,5% anual y para este anuncio esperan 7,9%, aún más caliente.

Todo este movimiento de inversores a los bonos en dólares provocó en el mundo una masiva suba del dólar global contra todas las monedas sin excepción: en el exterior el dólar saltó ayer 1,9% en México, 1,1% contra la libra, 1% contra el chileno, 0,7% contra el real, 0,5% contra el euro y 0,4% contra el yen. Lo cual demuestra que por el momento, a pesar de sufrir una inflación asfixiante, los inversores del mundo confían más en los billetes verdes que en cualquier otro tipo de colocación, salvo por supuesto en el aprovisionamiento de cosas, materias primas.

A nivel local el mercado cambiario tuvo un comportamiento inusual, los dólares más utilizados por ahorristas e inversores estuvieron más estabilizados pero el dólar Senebi, que usan los más expertos, con fuga de divisas a través de compra de acciones o de criptomonedas saltó hasta casi $209, mientras que el blue se mantuvo inmóvil en $201, con el BCRA logrando un día en el que sumó US$ 224 millones a las reservas. Esa actitud del mercado ocurrió esencialmente por dos razones. Primero, se flexibilizaron las operaciones para operar con dólar MEP y CCL. Y, segundo, el ministro Guzmán tuvo que hacer malabares en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, intentando convencer a todos para que voten el acuerdo con el FMI

Por esa razón, la corriente de inversores aceleró la venta de bonos. Los títulos públicos sufrieron una caída del orden del 2%, se colocaron en niveles que no se veían desde 2012, momento en el que Cristina Kirchner terminó con la emisión de pesos sin fin y rompió el Indec. Los precios contado de los papeles del canje cayeron tanto que los titulos más cortos quedaron en un nivel en el que hipotéticamente pagarían a vencimiento tasas récord de casi 31% anual, insólito. Y, detrás de eso el riesgo país saltó 48 unidades, hasta 1.976 puntos básicos, el nivel récord desde que Guzmán hizo el canje de deuda con los privados.

¿Qué supone toda esta situación? Además de la gigantesca incertidumbre global por lo que ocurre en Ucrania, a nivel local hay dudas de que el acuerdo pase por el Congreso, lo cual obligaría a Alberto a firmarlo por decreto, una forma de autorización que no sería aprobada por el board del FMI. Y en esto hay dos agregados: en el board del FMI podrían suspender a Rusia. El mercado bursátil ruso ayer tampoco operó pero el tipo de cambio vuela. Con corralito bancario, tarjetas trabadas y gente que sale a protestar detenida y encarcelada, el precio del dólar saltó en Moscú de 75 a 154 rublos. Sin dudas, el estratega Putin tiene todo muy bien diseñado, pero quizás no esperaba que todos estos efectos secundarios se le vinieran encima. Y en Argentina, ni hablar: Guzmán quiso asustar a los legisladores, advirtiéndoles que si el programa no es aprobado por el Congreso la desestabilización va a crecer y el dólar va a subir.

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