Con el presidente Javier Milei en California, asistiendo a un foro de grandes inversores, y con crecientes y escalonadas marchas, cortes, movilizaciones y paros gremiales en Argentina, los miembros del oficialismo siguen recorriendo los pasillos del Senado para tratar de empujar la ley Bases y demás reformas, todo con un mercado financiero que sigue con tranquilidad cambiaria, títulos públicos y riesgo país estancados y una notable fiesta en la Bolsa, con el S&P Merval logrando un récord sin precedentes en pesos y con un salto de hasta el 9% en los ADR argentinos que cotizan en Nueva York.
Más que nunca, el mercado local parece estar partido entre los movimientos que hacen los inversores expertos más arriesgados y los ahorristas más pequeños y menos experimentados. Unos y otros tratan de entender las teorías económicas del Presidente Milei, algunos le temen a su osadía experimental y otros estiman que sus movimientos "empíricos" (palabra que repite el primer mandatario cada cinco minutos) tienen alguna chance de salir bien.
La discusión esencial entre diferentes referentes de la economía tiene que ver con la sostenibilidad del plan que está empujando Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo. Lo que más se repite es que los superávits financieros decrecientes logrados en el primer trimestre fueron gracias a licuación y postergaciones e pagos que más tarde o más temprano tendrá que realizar. Por lo que en esencia buena parte del espinel está convencido que el verde financiero desaparecerá pronto y que el superávit primario se puede ir achicando mes a mes, hasta volver a posición en rojo.
Pero el mayor temor no tiene que ver tanto con los números fiscales sino con lo que está ocurriendo con el tipo de cambio. Se sabe, tras la fuerte devaluación con "colchón" que hizo el ministro Caputo en diciembre (todos esperaban un dólar oficial de $650 y no de $840 como terminó colocando) se lanzó un anclaje del tipo de cambio oficial con un crawling peg (tablita de devaluación) del 2% mensual.
Y el gran tema es que la inflación está bajando, puede dar cerca del 8% en abril, quizás en la zona del 6% en mayo, pero los más especialistas advierten que un cúmulo de valores mantendrá a la economía indexada e impedirán que los valores del IPC sigan descendiendo tan rápido como hasta ahora.
De hecho, en medio de toda la guerra gremial escalonada, a partir de ahora se irán viendo mejoras salariales atadas a la inflación que pasó. Y habrá entre otras cosas subas en los alquileres con saltos durísimos de los últimos doce meses. Todo eso subirá los costos, las empresas recibirán además las nuevas tarifas, todo eso irá al precio de los productos y ni siquiera el ex ministro de Economía Domingo Cavallo cree que será fácil lograr una inflación mensual menor al 4% o 5% mensual este año.
Milei, esperando ansioso la votación del Senado para lanzar inmediatamente 30 desregulaciones económicas más, le repite a todos los que "no la ven" que no será necesario devaluar: "se podrá lograr mejor competitividad de las empresas quitando barreras, bajando impuestos y simplificando la economía, eso es algo absolutamente básico que muchas empresas que se acostumbraron a ganar dinero con la inflación la emisión no quieren aceptar de buena gana".
Lo concreto es que, en medio de esa discusión, con el Senado en el medio y la CGT lanzando otro paro nacional con un Gobierno que recién empieza, la pax cambiaria es consistente. Pero el violento rally que venían mostrando los títulos públicos se ha detenido, y el riesgo país (tan necesario para que en 2025 Milei pueda rolear la deuda en un año con muchos vencimientos en dólares) se estacionó y sigue más cerca del descenso que de lograr entrar al crédito voluntario. Pero, lejos de esa malaria, los precios de las acciones vuelan.
A los que se animan a comprar acciones parece no importarles que abril tuviera para los autos, por ejemplo, un abril destructivo en el que la fabricación cayó nada menos que 21% anual y la exportación se hundió 32,9% anual. Y mientras Milei y Caputo hablan con el FMI, el BID, el Banco Mundial y gente del gobierno de Biden para conseguir dólares frescos, el país sigue pagando vencimientos de deuda y ahora las reservas del BCRA, que tanto subían, han caído de nuevo y se han colocado nuevamente en territorio negativo.
Frente a eso, el mundo también tiene sus complicaciones. La tensión geopolítica es todo un tema. Putin ordenó ejercicios militares con armas nucleares tácticas y amenaza a Gran Bretaña; e Israel ordena a 100.000 palestinos evacuar la zona más caliente de Gaza y Hamas denuncia una "escalada peligrosa". Y
en EE.UU. se está viendo una ralentización en la creación de empleo sin que la inflación muestre signos de descenso, y par que las cosas no se compliquen de más el titular de la Fed tuvo que salir a aclarar que no subirá más la tasa, la bajará posiblemente dos veces este año (setiembre y diciembre, de 5,5% a 5% anual) y con otra herramienta la Fed volverá a bajar la venta de bonos en el mercado norteamericano: ya había reducido ese movimiento de US$ 95.000 millones por mes, a US$ 60.000 millones al mes hace un trimestre, y a partir de ahora la absorción de dólares irá a sólo US$ 25.000 millones mensuales.
Toda esta estrategia de Powell y equipo a menos de seis meses de la elección presidencial (Trump quiere echar a Powell si gana), siguen cediendo lentamente las tasas largas de EE.UU.: se pagó 5,1% anual a 1 año de plazo, 4,5% a 5 años, 4,5% a 10 años y 4,6% a 30 años. Y mientras se sumó otro Estado de la Unión a situación recesiva (ya son 23 de 50), en el exterior el dólar subió 0,7% en Japón y 0,1% en Brasil, no cambió contra el euro pero bajó 0,1% contra la libra, 0,4% en China, 0,5% en México y cedió 0,7% en Chile.
El dólar en Argentina
A nivel local, con el dólar exportador anclado en $ 962,24, el BCRA compró apenas US$ 65 millones en el mercado. Milei dice que logrará mantener las cosas en orden desregulando, pero lo viene haciendo demasiado lento y los pesos encepados son todavía una cantidad demasiado peligrosa. Y con pagos de deuda con el Fondo, al final del día el Banco Central perdió US$ 687 millones en las reservas. Con ese resultado, el dólar blue subió $5 hasta $1.045 pesos, el Senebi bajó $5,59 hasta $1.16,88, el MEP bajó $8 hasta $1.064,64 y el contado con liquidación bajó $5,59 hasta $116,88. Por lo que la brecha entre el oficial y el blue fue del 13% y la del CCL con el mayorista fue del 27%. Pero hay que seguir el tema con atención porque los tipos de cambio oficiales mostraron tras el fin de semana un saltito algo más amplio que el que se vio hasta ahora.
Mientras tanto, como casi todo el espectro de analistas con mucho conocimiento técnico creen que el BCRA volverá a bajar la tasa nuevamente para seguir licuando, y achicando los pasivos de la autoridad monetaria para emitir menos, los que resultaron ganadores del día fueron los bonos atados al CER, ya que se espera que la actual tasa del 3,3% mensual en plazos fijos y del 3% en los fondos money market sea ampliamente superada por una inflación que probablemente no baje del 5%, de ahí que el bono TX26 (que paga CER + 2% y está por paga renta el día en que los gordos paran) se convirtió en la estrella del día. Gracias a eso, con alto volumen operado, los bonos argentinos repuntaron 0,6% y el riesgo país bajó 16 unidades hasta 1.229 puntos básicos, por lo que sigue con tendencia lateral desde que se instaló que la actual estrategia económica no es sostenible.
Mientras tanto, como si el riesgo de que EE.UU. ingrese más en una estanflación que en un aterrizaje suave, los toros especulativos de Wall Street siguen de fiesta. Ven que Powell bajará su tasa y la bomba atómica para las acciones desaparecerá. Por eso hubo una nueva suba en la Bolsa de Nueva York, con alza del 0,5% para el Dow, del 1% para el S&P y del 1,2% para el Nasdaq. Mientras que la Bolsa de San Pablo bajó 0,1% y la de México subió 0,3%.
Las acciones VUELAN
Pero lo más brillante del día estuvo nada más y nada menos que en la Bolsa argentina. Muchos expertos en finanzas creen que lo "empírico de Milei puede salir bien" y no paran de comprar acciones. Así, con $21.029 millones operados en acciones y $8.771 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires subió 3%, y ya está en un nivel récord absoluto medido en pesos y en el nivel más alto de los últimos seis años, desde 2018. Y la estampida no fue solo local: los ADR tuvieron una suba en bloque de hasta el 9% para todas las empresas, sin excepción, con Supervielle, Despegar, Francés, Edenor, IRSA, Galicia, Cresud y Macro en la cumbre de la ola.
Debajo de todos esos movimientos altamente especulativos, la tensión bélica hizo que se anotara una nueva suba del 0,6% para el petróleo. Con problemas para la economía norteamericana, los metales preciosos brillan de nuevo, con un fuerte salto para la onza de plata. Los metales básicos no tuvieron un volumen importante porque no se registraron operaciones en sus principales plazas testigo. Y probablemente el mayor motor para Argentina vino de parte de los granos: hubo un brinco para el trigo, la soja y el maíz en Chicago, y también firmes aumentos en Rosario, y eso seguramente aplacará algunos de los nervios que alteran a los productores agropecuarios.
Y como hay cierto riesgo de que la economía internacional entre en crisis, el mundo de las criptomonedas siguió levantando cabeza: se anotó una suba del 2,1% para el Bitcoin y repuntes a la par para el resto de los valores del panel, sobre todo para la joven cripto denominada Solana.
