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Plataformas de streaming

El Big Bang del on demand

La atomización de la oferta de contenidos tiene un efecto negativo: la saturación del espectador

Netflix fue la pionera del streaming on demand.
Netflix fue la pionera del streaming on demand.
Pablo Manzotti 13 mayo de 2022

Tenemos que convertirnos en HBO antes de que HBO se convierta en nosotros” (The goal is to become HBO faster than HBO can become us). La maravillosa frase de Ted Sarandos, Jefe de Contenidos de Netflix, está próxima a cumplir diez años. Fue en el marco de una entrevista para la revista GQ en 2013 a propósito del lanzamiento de House Of Cards, una serie protagonizada por Kevin Spacey con la que, de alguna manera, abrieron el camino de las producciones originales.

Hoy puede considerarse un hito histórico en la industria: Netflix dejaba de ser solo una plataforma de distribución de contenidos de terceros, esa suerte de videoclub universal, para pasar a generar sus propios relatos. A House of Cards se sumaron la serie de Eli Roth, Hemlock Grove, y se apropiaron de una franquicia ya existente: la comedia corrosiva Arrested Development.

Sarandos anunció en ese entonces que iban a invertir US$ 300 millones en contenido original. Y esa fue la frase mágica que reinó en toda la década: todos los estudios trataron, desde entonces, de imponer sus “contenidos originales”. La industria audiovisual, al igual de lo que venía sucediendo con la musical, comenzaba un cambio fundamental en su base conceptual.

Netflix logró, en marco de ese proceso de cambio que ella misma había generado, un activo fundamental para los años subsiguientes: nadie preguntaba “en qué plataforma ver tal o cual producto” sino, simplemente, “¿está en Netflix?”. Luego de ese puntapié inicial y de disputarle a HBO (hasta entonces la reina del contenido premium) la plataforma de la N roja comenzó el cambio de paradigma y a sonar viejo lo que era la nueva televisión: el contenido pay per view del cable.

A partir de ahí fue todo un efecto dominó. Los estudios comenzaron sus estrategias para crear sus propias plataformas de contenido o para generar acuerdos con empresas de tecnología para distribuir sus materiales. En estos últimos años se consolidó este cambio en el modelo de negocio y la aparición de plataformas de contenido on demand para todos los gustos y colores.

Netflix fue siempre quién hizo punta en todas las variables posible en la búsqueda de un nuevo lugar en la industria: fue la primera plataforma en competir en los premios Emmy, reinado exclusivo de la TV tradicional e intentó con sus películas originales ingresar al circuito de festivales de cine y estuvo, constantemente, buscando nominaciones a los Oscar.

Las plataformas y la saturación de contenido

Amazon Prime Video fue una de las primeras empresas en subirse al modelo que propuso su vecina de la costa oeste de los Estados Unidos. Y sumó un juego interesante: puso a disposición de los usuarios/suscriptores la decisión final respecto de los productos a estrenar. Estrenó una cantidad de pilotos (primer episodio que oficia como “muestra” de la serie) para que el público decidiera a qué le daba continuidad. Otro paradigma que se expande: lo que estaba ligado a una decisión de un grupo de productores de contenido se abrió al usuario de esa  tecnología. Amazon, por ser una empresa originalmente ligada al desarrollo tecnológico, es la que más se asemeja en su perfil a la N roja: un canal para la distribución de contenidos de varios estudios y productoras, un catálogo de títulos de los últimos treinta años y varios productos originales.

A HBO le costó demasiado tiempo asimilar el golpe de efecto. Probó con su entonces existente app HBO Go para empezar a disputar espacio, pero fue recién con HBO Max que logró insertarse en el nuevo modelo de negocios. ¿La clave? la plataforma ya no es una extensión del canal de cable premium sino un producto que puede adquirirse por sí mismo. 
Lo que sí conserva la señal que cambió la TV en los '90 es su identidad: contenido cuidado, no saturar la señal con cientos de estrenos por mes y privilegiar cierto resguardo de calidad autoral en sus propuestas.

En esa misma línea comenzó a  jugar Apple con AppleTV+: contenido cuidado y un limitado estreno de producciones originales mensuales.

La aparición de Disney en la competencia abrió al punto máximo la oferta de contenido on demand. Al igual que lo sucedido en HBO (propiedad de Warner Bros. Discovery), fue clave el reordenamiento de su casa matriz y las compañías adquiridas: Marvel, Lucasfilm y Fox.

Todo una oferta de contenido que se basa en su existente catálogo de años de producciones más las nuevas propuestas de estrenos semanales. La empresa dividió en dos plataformas su poder en el mercado: Disney+ y Star+. La última con el contenido para adultos, principalmente, de lo que era Fox Studios.

Otras de las plataformas on demand que están disponibles en el mercado pero con menor incidencia, son Paramount+, Starzplay (cuya dueña es Lionsgate), Movistar+, AcornTV, PlutoTV (propiedad de Paramount), YouTube Premium y GoogleTV. También están las plataformas especializadas en cine clásico como Qubit.TV y Mubi, propuestas interesantes con renovación de su catálogo de forma periódica.

Asimismo, Flow (de Fibertel Cablevisión) y  DirectvGO de Directv, las dos principales proveedoras de cable y satelital en Argentina, tienen sus contenidos en on demand y permiten ver su programación “sincrónica” desde ese mismo sistema.

Esta atomización de la oferta de contenidos acelerada en el marco de la pandemia, tiene un efecto negativo que es la saturación del espectador. Por eso los términos de la competencia también están cambiando luego de una década. Cómo dijo Red Hastings (creador y CEO de Netflix), ya no hay un problema por lo que produce su plataforma o HBO: “Al final, estamos compitiendo con el sueño”. El nuevo pico a conquistar es el tiempo ocioso de los usuarios.  

Algunas recomendaciones

Destacamos un contenido original de cada una de las plataformas más importantes del mercado.

  • Netflix - Mindhunter: Decididamente la mejor serie de la productora. Una mirada a la creación dentro del FBI de la división de estudios de asesinos seriales. Los pioneros perfilistas en un momento de la historia de Estados Unidos muy particular. Con la maestría de David Fincher para la narración, cuenta con dos temporadas.
  • HBOMax - Mare Of Easttown: Excelente miniserie policial protagonizada y producida por Kate Winslet. Tiene la virtud de expandir el relato en decenas de variables en los primeros episodios y cerrar cada uno de los cabos abiertos. Una temporada de siete capítulos.
  • Disney+ - The Mandalorian: Una serie que logró captar, expandir y potenciar lo mejor del universo Star Wars. Un western intergaláctico que, además, homenajea a varios clásicos del cine de todos los tiempos. Dos temporadas.
  • Star+ - McCartney 3, 2, 1: Notable serie documental de seis episodios que, básicamente, registran una charla entre el productor Rick Rubin y Paul McCartney mientras repasan la historia de sus principales composiciones, sus ideas musicales y anécdotas detrás de cada clásico. Imperdible.
  • Paramount+ - The Offer: Una muy buena serie acerca de la producción de El Padrino. Sí, una historia sobre cómo se rodó la película, cómo se llevó adelante la visión de Francis Ford Coppola del best seller de Mario Puzo. Más allá de las licencias dramáticas excesivas, hay una cuidada reconstrucción de época y un relato que no deja de ser muy adictivo.
  • Amazon Prime Video – Bosch: Notable serie policial basada en las novelas de Michael Connelly y protagonizada por Titus Welliver. Seis temporadas. 

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