El Economista - 70 años
Versión digital

jue 02 May

BUE 11°C
Cine

Hermoso día para un exorcismo: a 50 años de El Exorcista

Una película acerca de la posesión de una púber en Georgetown, en Washington DC, se convirtió en la mejor película de terror de la historia del cine. Influyente a más no poder, aún no ha sido superada.

El Exorcista ejerce un terror psicológico en todos las variables posibles.
El Exorcista ejerce un terror psicológico en todos las variables posibles. .
Pablo Manzotti 02 enero de 2024

"Es una parábola del cristianismo. La eterna lucha del bien contra el mal". Así definió William Friedkin al corazón de la historia acerca de una posesión demoníaca de una niña de doce años, que impactó a las audiencias de todo el mundo a inicios de los años setenta. El Exorcista cumplió 50 años y, con la distancia y maceración que permite el análisis a través del tiempo, es hoy considerada la mejor película de terror de la historia del cine.  

Hace cinco décadas, su explosión en la incipiente expansión de la cultura pop fue imparable. Largas filas para ingresar a las salas y comentarios en cuanta mesa adulta se preciará de estar en la onda: '¿todavía no viste El Exorcista?'. En general, las charlas iban por el lado de las escenas de alto impacto: las blasfemias de la púber Regan, el vómito verde, la cabeza que gira en 360°. Pero para entender el concepto de obra maestra que la película merece hay que avanzar más allá. Porque El Exorcista es mucho más que eso. 

La película está basada en el best seller de William Peter Blatty de 1971. El autor era un católico que asistió a la Universidad Jesuítica de Georgetown. Inspiró su trabajo el diario de un sacerdote de 1949 acerca del exorcismo de un niño de 14 años llamado Roland Doe en Mount Rainier, en el estado de Washington, al noroeste de Estados Unidos La adaptación a la película agrega todos los efectos de alto impacto, sobre todo como preludio al gran tercer acto que es el ritual de exorcismo propiamente dicho. 

Warner Bros. había adquirido los derechos de la obra y comenzó a buscar un director. En pleno proceso de expansión del notable cine americano de la década del setenta, se acercaron al director de El Graduado, Mike Nichols (cuenta la leyenda que dijo: "No voy a arriesgar mi carrera y el éxito o el fracaso de la película en una niña de doce años"), Arthur Penn (Bonnie & Clyde), John Boorman (Point Blank) y Peter Bogdanovich (The Last Picture Show). 

Fue Blatty, asociado como productor, quien recomendó al joven William Friedkin. Friedkin venía de obtener un Oscar dos años antes por The French Connection (Contacto en Francia), una película suprema que, con su pulso narrativo y una innovación estética notable, termina de sentar las bases de la nueva ola americana.

.
 

La secuencia de inicio: una maravilla que se abre a cientos de interpretaciones

La película "explota" en la cara del espectador con un zoom que se sumerge en el desierto de Irak. La cámara inquieta se funde en el rostro resquebrajado y golpeado del Padre Merrin (Max von Sydow), base del preludio de ese duelo con sabor a revancha. Un conjunto de imágenes caóticas se suman al cuadro cinematográfico: golpes de un herrero, nativos con la mirada extraviada. Una parábola del mal que se apodera del entorno del jesuita. El hallazgo de una reliquia es un llamado a la puerta: el demonio Pazuzu se le presenta desafiante en el desierto de Irak. Toda la secuencia transmite calor excesivo, infierno en la tierra que culmina con un cara a cara de los contendientes con el sol rojo de fondo que parece incandescente durante toda la escena. 

La secuencia se funde con un plano general de Georgetown y su invierno donde el enfrentamiento será inevitable y definitivo. Hay un cambio abrupto de composición fotográfica. Priman los colores fríos que marcarán el resto de la producción. Todo el prólogo se apoya en la maestría narrativa de Friedkin que lo presenta casi como una escena de documental, algo que ya había realizado en Contacto en Francia dos años antes. Es una réplica del aquel inicio bucólico en Marsella con el asesinato del detective que investigaba al traficante y el corte directo a los policías callejeros del invierno neoyorquino. Un trabajo de cámara nerviosa, ritmo frenético de documental que el director admitió como gran influencia de su cine.

En El Exorcista, la posesión es solo la excusa para avanzar sobre una variedad de temas: una familia de clase media alta desintegrada, las dudas de fe y consecuente culpa de un jesuita, la sexualidad latente de esos sacerdotes, el rol de la policía en un entorno social inexplicable. 

La laceración sobre el cuerpo de Regan (Linda Blair) comienza con los estudios médicos, que resultan más asfixiantes que la posesión misma. Rayos X, EEG, punción lumbar y arteriografía para llegar al fondo del misterio antes de recurrir a la posibilidad de la explicación arcana. Friedkin y la adaptación de Blatty (que le valió un Oscar) llevaron a anclar el caso en la normalidad cotidiana de una sociedad moderna. 

El Exorcista ejerce un terror psicológico en todos las variables posibles. No solo desde la planificación de una puesta claustrofóbica (hay un travelling técnicamente soberbio por el cual se sigue con la cámara por unas escaleras hasta la habitación infernal) sino por la cantidad de subtextos que pueblan la trama y que acercan ese caso fantástico a la cotidianidad. Regan está en el momento clave de la pubertad, en el primer proceso de cambio extremo sobre su cuerpo y metabolismo. Cuando Regan habla ya no suena como ella misma, como suele suceder con los niños entrando en la adolescencia, sino que se transforma en la figura bíblica de Legión. El diablo que la posee es hueste de demonios.

Ese diablo no quiere, per se, el cuerpo de la púber sino la revancha por el antiguo exorcismo "exitoso" con el padre Merrin y el alma del atribulado joven sacerdote, el padre Karras (Jason Miller

Ante el reclamo desesperado de la madre de Regan, Chris MacNeil (Ellen Burstyn), Karras se muestra reacio a discutir abiertamente el caso. Las dudas de fe del sacerdote es uno de los ejes centrales de la acción frente a la posesión de Regan. En una escena que lo encuentra por primera vez teniendo contacto con la niña y su madre en la casa familiar, hay una composición perfecta: al retirarse dubitativo del lugar, el presbítero, Pazuzu, ya en el cuerpo de Regan, lo observa desde la ventana como sombra tenebrosa tras las cortinas en un contraplano a la mirada del detective Kindeman, protagonizado por el genial Lee J. Cobb que, pacientemente, esperaba de guardia fuera de la casa tratando de entender lo que sucedía.

Secuelas, precuelas, series y versiones

Obviamente, un éxito de esas características, tuvo su secuela que intentó repetir la fórmula del éxito. El Exorcista II: El Hereje se estrenó en 1977 y fue un rotundo fracaso. Friedkin y Blatty se bajaron rápidamente del proyecto que anunciaba naufragar (aunque el escritor continuó como asesor). Linda Blair terminó cediendo y se sumó a un buen elenco en el que estaban Richard Burton y James Earl Jones. En la dirección cayó el genial John Boorman, que había sido mencionado para dirigir en 1971. Nada funcionó y un guion que nunca encontró su magia estrelló el barco. 

En 1990 y con guion y dirección de William Peter Blatty, se renueva la franquicia con El Exorcista III con el genial George C. Scott como el detective Kinderman y un caso que expande las secuelas de la primera parte. Una película mucho más completa que no llegó nunca a ser digna sucesora de la original, pero que se disfruta y se deja ver con una escena emblemática y aterradora en un hospital en un extenso plano secuencia y un uso del fuera de campo espectacular.

En 2004, y ya con una industria completamente diferente, tuvo lugar la precuela que, obviamente, desarrolló el caso anterior de exorcismo del Padre Merrin (Stellan Skarsgård) en África, el primer encuentro con Pazuzu, mencionado tangencialmente en la película original. La película se denomina El Exorcista: El Comienzo

Con todo para desarrollar un interesante relato, se suma otro fracaso. La película nunca encuentra identidad y resulta obvia en todo momento. Se puede ver en Amazon Prime y Paramount+. Este caso es inusual porque originariamente la película, dirigida por Paul Schrader (guionista de Taxi Driver) tenía por nombre El Exorcista: Dominion, pero el estudio considero que la duración era muy larga - 130 minutos - y no asustaba. Le pidió a Schrader que la edite varias veces, pero el director se negó y Warner lo echó

Entonces contrató a Renny Harlin (Riesgo Total y Duro de Matar 2) para que filme algunas escenas extra, pero el nuevo realizador propuso filmar la película toda de nuevo. El estudio accedió y utilizando los mismos actores y el mismo guion, Harlin filmó su versión que fue la que se estrenó y está disponible. Un año después, en 2005, Warner estrenó casi como curiosidad la versión de Paul Schrader, que fue otro fracaso comercial y de crítica.

También en Amazon Prime está la serie de dos temporadas. El Exorcista funciona como un relanzamiento en serie de la película original, pero expande su universo y logra los mejores resultados desde 1973. Homenajes a la obra maestra y un universo propio. Lamentablemente, se canceló al final de la segunda temporada, donde pensaba hilvanar la siguiente con los eventos de la tercera película.

El relanzamiento oficial de la franquicia llegó en 2023 con El Exorcista: Creyente. Secuela de los eventos, varios años después de 1971, con el atractivo de contar con la genial Ellen Burstyn (la madre de Regan, Chris) en el elenco. Un desastre de proporciones escandalosas comparable a la secuela de 1977. Una de las peores películas del año.

El Exorcista tuvo un relanzamiento hacia el año 2000 supervisado por el mismo Friedkin y se estrenó como "corte del director". Ese corte forma parte de una edición imprescindible en Blu-ray que contiene las dos películas, ya que también ofrece la versión que se estrenó en cines. El corte del director está disponible en HBO Max. La película suma escenas descartadas. La más famosa es el deambular de Regan como una "araña" escaleras abajo. También hay una modificación en el final, volviéndolo más optimista y la corrección de algunos efectos con CGI más el agregado de efectos sonoros. En 2023 esta versión mejorada se estrenó en las salas con motivo del 50 aniversario de la película.

Un póster y las campanas tubulares 

La música, por otro lado, también aportó lo suyo. En mayo de 1973, el músico Mike Oldfield lanzó su primer disco de estudio, Tubular Bells. Un proyecto cercano al rock sinfónico aunque superador del mismo. Una mixtura de melodías e instrumentos, en su mayoría ejecutados por el propio Oldfield. 

Friedkin había rechazado a Lalo Schifrin como compositor para la película y al escuchar el inicio del disco de Oldfield decidió que esa sería la música incidental perfecta de su película. 

La presencia en el filme (y en el tráiler) disparó las ventas de la placa y posicionó a Virgin Records como una compañía clave en el negocio. Este era su primer lanzamiento.  

Una de las escenas más famosas del filme quedó inmortalizada en el afiche de promoción. Es el Padre Merrin bajando de un taxi en un plano noir, entre la bruma, de cara a la casa que contenía a la niña endemoniada. Al respecto, William Friedkin comentó: "En la novela, la descripción que hace William Peter Blatty del padre Merrin es que llega fuera de la casa de la madre de Regan y que estaba parado bajo un farol que ofrecía un resplandor brumoso 'como un viajero melancólico congelado en el tiempo'. Tenía que encontrar una manera de visualizar eso y permití que un día completo iluminase la escena. Utilizamos arcos de luces y reflectores para iluminar la calle, además de potenciar la iluminación local como los faroles. Después de muchas pruebas y errores, decidimos rodar la segunda noche. La pintura que me inspiró fue El imperio de la Luz de René Magritte, que representa una pequeña casa de noche iluminada por un farol, pero el cielo en la pintura es plena luz del día. Es una imagen surrealista asombrosa". 

La película obtuvo, con esa imagen, su marca narrativa y un lugar privilegiado no solo en el género sino en la historia del cine de los últimos cincuenta años.

En esta nota

LEÉ TAMBIÉN


Lee también

MÁS NOTAS

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés