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Cyberpunk 2077: la historia de uno de los videojuegos más populares de los últimos años

El desarrollo caótico de Cyberpunk 2077 termina con una nota muy alta que devuelve el prestigio a su desarrollador con su nueva expansión titulada Phantom Liberty. Las razones por las que cada vez es más difícil hacer un juego de alto presupuesto que cumpla en todos los frentes.

Cyberpunk 2077: la historia de uno de los videojuegos más populares de los últimos años
Pablo Planovsky 12 octubre de 2023

Como en las mejores películas, la historia del desarrollo de Cyberpunk 2077 tiene de todo. La gloria, la promesa de la revolución en términos de calidad, la caída frente a los ojos de la opinión pública, un lanzamiento catastrófico y la incertidumbre sobre el futuro de uno de los estudios más importantes en la industria.

Cyberpunk 2077: Phantom Liberty, el nuevo lanzamiento (disponible en PC, Xbox Series S/X y Playstation 5) de un estudio polaco que se ganó su lugar entre los mejores de la industria, es el final feliz de ese arco narrativo que abundó en momentos dramáticos.

Cyberpunk 2077 fue desarrollado por CD Projekt Red, un estudio que (en 2015) no tenía los recursos económicos de gigantes de la industria como BioWare, Kojima Productions, Nintendo o Bethesda Game Studios.

¿Por qué 2015? Porque ese año no corresponde al lanzamiento de Cyberpunk, sino al de The Witcher 3: Wild Hunt. Aunque CD Projekt Red había desarrollado los dos juegos anteriores basados en las novelas de Andrzej Sapkowski, nada se comparó con el éxito que tuvo The Witcher 3. Decir que cambió los parámetros de calidad en la industria de los videojuegos no es una exageración.

Ni siquiera los más optimistas podían suponer los laudos críticos que iba a recibir el juego, de parte de los críticos y los usuarios, que pronto lo colocaron como el estándar de oro en cuanto a juegos de rol. Ese mismo año lograba consagrarse como Juego del año en The Game Awards, derrotando a títulos formidables como Bloodborne, Metal Gear Solid V: The Phantom Pain, Fallout 4 y Super Mario Maker. A la fecha, The Witcher 3 vendió más de 50 millones de unidades en todo el mundo. Fue un suceso que cambió el panorama del mundo de los videojuegos y permitió que Netflix produjera la serie con Henry Cavill como Geralt, el protagonista.

Simbólicamente, fue la representación del triunfo de David contra Goliath. El estudio polaco que, con dedicación y trabajo, venció a los gigantes de la industria. Marcó la cancha al entregar un juego completo, que no tenía bugs o fallos gigantes en su fecha de lanzamiento, ni apostaba por las microtransacciones cuando la industria se volcaba en la dirección contraria. Frente al terrible lanzamiento de Star Wars: Battlefront II y dudas sobre el próximo proyecto, Cyberpunk 2077, uno más grande y ambicioso que The Witcher, los desarrolladores de The Witcher 3 tuiteaban "van a obtener lo que pagaron, sin tonterías, un juego honesto como Wild Hunt. Dejamos la avaricia a otros". Esa última frase, un disparo contra estudios como EA, distribuidor de Battlefront II.

Costos de producción altos y años de desarrollo: el problema que crece en la industria

El desarrollo de Cyberpunk 2077 fue uno de los más longevos en la historia de los videojuegos. Tardó 8 años y costó más de US$ 400 millones. Cifras récord, pero el entusiasmo del público le daba más que el beneficio de la duda a la larga espera. El problema fue, claro, el lanzamiento.

Para sintetizar la historia, Cyberpunk 2077 fue un producto que estuvo muy lejos de lo que prometían los trailers. En un caso muy similar al de No Man's Sky (un juego desarrollado por un estudio independiente, con un lanzamiento catastrófico), no cumplió con lo que prometían los avances. No era la primera vez que un juego mentía con los trailers comparado con el resultado final: sucedió en la E3 con BioShock Infinite y Killzone 2. Pero esos títulos, al menos, ofrecían una experiencia distinta a la prometida que dejó contentos a la mayoría de los que los compraron. No fue el caso de Cyberpunk 2077 o No Man's Sky.

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Cyberpunk 2077: Phantom Liberty

¿Por qué sucede esto? El desarrollo de un videojuego es caro, requiere mucho tiempo y la explotación laboral de los programadores, lamentablemente, se hace cada vez más común. Frente al aumento de los costos de producción, existe otro problema: la visión de un director (o productor) que no siempre es capaz de timonear el barco hacia un buen puerto. El lema popularizado por un CEO de Nintendo es: "Un juego que se atrasa puede ser eventualmente bueno, un juego que se apura va a ser siempre malo". Para bien y para mal, hoy, esa afirmación, podría ponerse en duda.

Más allá de la comparación con los trailers, el caso de Cyberpunk 2077 en su fecha de lanzamiento mundial fue mucho más problemático porque la cantidad de bugs que tenía probaba que le faltaban algunos años de testeo. Técnicamente, no era un proeza.

No solo eso: no había una dirección creativa clara sobre muchas de las decisiones detrás de la jugabilidad. La habilidad narrativa de CD Projekt para popular sus mundos fantásticos y la dirección de arte salvaron al juego de ser un completo desastre. El estudio que era el modelo de la industria y daba cátedra a otros, pasó a tener una valoración negativa de parte de la mayoría de los usuarios. La buena fe y los títulos conseguidos con The Witcher se evaporaron.

Phantom Liberty, la revancha triunfal

El nuevo DLC de Cyberpunk 2077, subtitulado Phantom Liberty, es un trabajo ejemplar que prueba que CD Projekt Red no perdió la maestría técnica, creativa, artística y narrativa que muchos pusieron en duda hace 3 años.

En primer lugar, es una expansión que requiere el juego original si uno quiere acceder a la nueva experiencia: otro relato enmarcado en Night City, la ciudad futurista que bebe de la influencia de clásicos como Blade Runner, Metropolis, Skyfall, Ghost In The Shell y Akira, entre otros. En el mejor sentido, Phantom Liberty se toma con más seriedad el mundo original creado por CD Projekt.

Cyberpunk: Edgerunners probó que la franquicia puede ser fructífera en otros formatos, como una serie animada. Con la preproducción de una película live action, parece no haber límites para expandir la marca a nuevos horizontes. El cine, además de las referencias antes mencionadas, no ajeno a Phantom Liberty, que vuelve a contar con el talento (imagen y voz) de Keanu Reeves, y ahora suma a Idris Elba en un rol secundario.

Como los grandes juegos de rol, Phantom Liberty pone el mismo nivel de atención de la historia principal en los relatos secundarios. El usuario no hace un personaje desde la estética: cada decisión implica una cuestión moral para avanzar dentro de la diégesis. La experiencia fue optimizada en este nuevo contenido descargable, con lo que se conoce como el "parche 2.0", que no solo le da una capa de pintura nueva a Cyberpunk 2077, optimiza la jugabilidad hasta en detalles como la interfaz con la que interactúan los jugadores.

Todas estas mejoras se trasladan al juego original, aún sin haber comprado la flamante expansión. No es un detalle menor que CD Projekt Red, tres años después del lanzamiento, haya optimizado y revigorizado ese título. La industria del gaming no siempre tiene los recursos, el tiempo, el talento o la dirección correcta para hacerlo: Marvel's Avengers nunca pudo recuperarse del estado original con el que salió al mercado.

Ni para los usuarios ni para las empresas desarrolladoras de videojuegos es deseable lanzar un título que se nota inacabado; mancilla la reputación de quienes están detrás de esa obra y aumenta la desconfianza (y el descontento) en los usuarios. Tampoco convence cuando se pretende vender cualquier juego como una experiencia completa y, en realidad, es apenas una base con apenas los pilares necesarios para ir sosteniendo un proyecto a largo plazo, financiado con microtransacciones y el modelo de "juego como servicio".

Phantom Liberty no es lo que prometían los trailers de Cyberpunk 2077, pero esta historia de espionaje cibernético, e intrigas en el submundo de la política adornada con carteles de neón, es una de las grandes obras de ciencia ficción de los últimos años. Devuelve el brillo a un estudio que se vuelve a posicionar (con una historia original, nada más y nada menos) como uno de los mejores en su ámbito.

De haber sido un juego standalone, que no requiera comprar de antemano el juego base, estaríamos hablando de un contundente candidato a juego del año. Pero, con las mejoras que introduce la actualización, hace que valga la pena revisitar el juego que salió en 2020. Ahora, es otro: uno mucho mejor. Revisado en Xbox Series S.

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