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Andor, la nueva serie de Star Wars hecha por un no fanático de la saga

El guionista y realizador Tony Gilroy es showrunner, escritor junto a su hermano Dan y director de algunos episodios de Andor, la nueva serie de Star Wars, que transcurre cinco años antes que Rogue One y Episodio IV. Y su mayor fortaleza es contarlo sin ser fan de la saga.

Andor transcurre cinco años antes que Rogue One y Episodio IV y sigue la vida del personaje de Diego Luna.
Andor transcurre cinco años antes que Rogue One y Episodio IV y sigue la vida del personaje de Diego Luna.
Sebastián Tabany 27 septiembre de 2022

Desde que Disney adquirió Lucasfilm por US$ 4.000 millones en 2012 ha estado pisando el acelerador en sus IPs, especialmente Star Wars. En una semanas se estrena las serie Willow en Disney+ y el año que viene la quinta y supuestamente última Indiana Jones con Harrison Ford pero es el universo creado por George Lucas en 1977 que ha sido el foco de atención del estudio en el cine al comienzo de la adquisición y, ahora, en su plataforma. 

Tres nuevas películas que siguen la línea argumental principal y dos precuelas, Rogue One y Solo: Una Historia de Star Wars han sido las presentadas en la pantalla grande. Solo, que cuenta la vida de un joven Han, de cómo conoce a Chewbacca y sus aventuras preinvolucramiento con la rebelión tuvo un rodaje complicado. 

A las pocas semanas de comenzar la filmación, los directores Phil Lord y Chris Miller (de La Gran Aventura LEGO y productores de Into de the Spiderverse) fueron echados por motivos que aún no quedan claros. Los rumores de ese momento decían que el estilo relajado y a favor de la improvisación actores no le cayó bien a Kathleen Kennedy, exproductora de Lucasfilm y ahora mandamás de la empresa. Lo cierto es que llamaron de emergencia al director todoterreno Ron Howard para que tire por la borda lo hecho por la dupla de directores anteriores y filme casi todo de nuevo. 

El resultado no fue el esperado: una aventura de Star Wars, sí, pero poco inspirada y mecánica, impersonal, estrenada en 2018. La recaudación fue la menor de todas las películas de la franquicia y selló su destino en la pantalla grande. Desde ese momento no hubo nuevos films y los varios anunciados como Rogue Squadron para 2023 y dirigido por Patty Jenkins (las dos Mujer Maravilla para DC) fue sacada del calendario de estrenos. 

Dos años antes, en 2016, Rogue One, película que cuenta cómo la rebelión se hace de los planos de la Estrella de la Muerte que da comienzo a la primera película de 1977 parecía sufrir el mismo destino que Solo un tiempo después. El director Gareth Edwards (Godzilla) no pudo terminar el rodaje y fue reemplazado por Tony Gilroy, escritor reconocido que se animó a dirigir el drama empresarial Michael Clayton con George Clooney. Gilroy refilmó varias escenas y le agregó el ahora neoclásico final de Darth Vader en modo asesino a bordo de la nave rebelde que se enlaza directamente con la escena inicial de la Star Wars original. 

En Rogue One se presenta una banda de rebeldes liderados por Cassian Andor (el mexicano Diego Luna) y Jyn Erso (Felicity Jones), la hija del arquitecto de la Estrella de la Muerte encargados de robar los planos de una fortaleza imperial. A pesar del reemplazo de Edwards y de las retomas de Gilroy, Rogue One fue no solo un éxito en taquilla sino que es considerada la mejor película de la nueva gerencia de Disney, aún superando a la nueva trilogía principal que tuvo sus varios problemas también y da para una nota aparte y más extensa. 

Lo cierto que es que cuando la serie The Mandalorian estrena en la plataforma Disney+ y es un éxito, convirtiendo a Baby Yoda en un ítem de merchandising inmediato, Lucasfilm empezó a ver con buenos ojos el trasladar el universo de Star Wars de la pantalla grande herida por Solo hacia la televisión. La segunda temporada de The Mandalorian, The Book of Boba Fett y Obi-Wan Kenobi han sido hasta ahora las series estrenadas junto a Andor, disponible desde la semana pasada en Disney+.

Lo que diferencia a Andor del resto son dos componentes sustanciales que a priori quizás no se detectan pero que hacen que la serie se destaque de sus tres antecesoras. Primero, la diferencia técnica que redunda en la estética: las tres series predecesoras fueron filmadas en un estudio en Los Angeles utilizando tecnología de sets virtuales llamados StageCraft y creadas por ILM (pueden leer la nota sobre el documental Light & Magic en este mismo diario sobre un análisis más profundo). Andor fue filmada en Londres en los estudios Pinewood (al igual que la original) con decorados reales. La diferencia se nota: los edificios son reales, táctiles. No es un gran lienzo digital sino algo con volumen que existe de verdad. Además, al filmarse en Inglaterra la producción recurrió a actores de ese país, haciendo que los secundarios tengan un acento británico lo que lo acerca también más al tono de Episodio IV filmada allí. 

La otra gran diferencia es que el showrunner Tony Gilroy, que viene de Rogue One (parece que causó buena impresión cómo manejó el producto final después de Edwards), es un escritor que no viene del universo Star Wars, sino de obras más adultas y no es fan de Star Wars. No así como Jon Favreau y Dave Filoni, a cargo de las otras series menos la de Obi-Wan, que sí son fans; inclusive éste último viene realizando series animadas como Clone Wars desde hace varios años. 

En The Hollywood Reporter, Gilroy comentó sobre su aproximación a Andor: “Es realmente fascinante. Tenemos esta experiencia todo el tiempo: en cada departamento viene la gente y como saben que es Star Wars cambia sus comportamiento, su actitud. Un actor viene de trabajar con Ken Loach o parecido y cuando se ponen el traje del personaje de Star Wars, de repente este gran actor comienza a actuar diferente. Y yo le digo: 'Esperá, no. Hacé lo tuyo. Estás acá porque quiero que seas real'. Ese es el testamento del poder de Star Wars. Se mete en la cabeza de la gente y querer cambiar de carril y hacerla de otra forma toma un poco de esfuerzo”. 

Andor transcurre cinco años antes que Rogue One y Episodio IV y sigue la vida del personaje de Diego Luna, de ladrón de poca monta hacia su destino que es ser una pieza clave en la rebelión. Pensada para dos temporadas de doce episodios cada una, las diferencias antes mencionadas sumado a que Girloy esté enfocado en contar una historia de espionaje al estilo película de la resistencia durante la Segunda Guerra Mundial, la hacen inmediatamente distinta a su antecesora. Además el showrunner, que escribió y dirigió un par de capítulos, describe el mundo Star Wars marginal, el de las personas que nunca se cruzan con un jedi ni con Darth Vader a la vuelta de la esquina como pasa en las películas y en las series. Acá la rebelión son grupos dispersos cuyas misiones son concisas y pequeñas, no a gran escala. Heredera de los espías del cine de los '40, Gilroy le da un nuevo giro a una historia que no involucra a los personajes que conocemos todos. Le hace bien al fan de Star Wars un producto hecho por un no fan. 

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