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10 años de la serie Vikings: su reestreno y el legado en la cultura audiovisual

Hace diez años se estrenaba la serie Vikings y su evolución fue un ejemplo también de cómo las series fueron mutando. Presentada entonces en Latinoamérica por Nat Geo ahora el canal History 2, originario de la serie, emite sus casi 100 episodios de lunes a viernes a las 23.

10 años de la serie Vikings: su reestreno y el legado en la cultura audiovisual
Sebastián Tabany 07 marzo de 2023

El escritor y productor Michael Hirst venía de la serie histórica The Tudors (2007-2010) y decidió que su próximo proyecto sería una saga de una familia vikinga durante la edad media en el siglo VIII, basada en poemas y gestas de la época. También eligió alejarse del imaginario colectivo del espectador que describe a un vikingo con un casco con cuernos y barba mientras muerde una pata de cordero. 

Si nos detenemos a pensar en el mapa audiovisual de hace una década, Vikings es un caso paradigmático de cómo la industria fue creciendo, mutando y cada estudio, canal o plataforma ahora es más fría y calculadora, menos arriesgada y más celosa que hace diez años. Por ejemplo, esta serie fue pensada originariamente como miniserie de nueve capítulos. Hirst, el creador absoluto ya que escribió los 89 capítulos él solo, estuvo en exclusiva en un evento retrospectivo junto a varios miembros del elenco Katheryn Winnick (Lagertha), Alexander Ludwig (Björn), Gustaf Skarsgård (Floki), Clive Standen (Rollo). 

Hirst contó que la serie no fue "el producto de estudios enormes. MGM acababa de estar en bancarrota y estaban tratando de volver a rearmarse, y este era su primer drama. No sabían como iba a salir todo. History jamás había tenido una serie de drama extensa y realmente estaban muy nerviosos de trabajar con nosotros. Si lo comparamos con otras series, el presupuesto inicial era bastante modesto. No había una gran cantidad de publicidad de la serie. Se publicitó en el Super Bowl y realmente no estaba muy contento con eso porque costó muchísimo dinero y se nos fue casi todo el presupuesto de publicidad allí en ese juego. Pero bueno, no teníamos las ventajas o las desventajas de contar con mucho apoyo. Y quizás haya sido una ventaja esto porque nos dejaron solos con eso. History no tenía experiencia en dramas, entonces me lo dejaron a mí a cargo y a la producción, y todo dependía de que nosotros pudiéramos entregarles un buen show. Y de hecho, mi contacto con History, estaba en el set el primer día y yo pensé que me iba a empezar a advertir o me iba a empezar a hablar de los peligros de lo que estábamos haciendo. Y esta persona en realidad lo que me dijo fue por favor logre que nos interesen los personajes, porque esta es la clave. Si logramos que a la audiencia le importen los personajes, ya está, tenemos la mitad del camino recorrido". 

Del recuerdo de 11 años del productor -la serie se filmó en 2012- se desprende que el estudio MGM colocó la serie en History como un experimento sin saber si le iba a ver bien o no. En otra parte de la charla, Hirst rememoró: "Cuando empezamos con History había cortes para publicidades que teníamos que hacer, cinco o seis para cada episodio. Tenía que escribir entonces dejando el suspenso cada diez minutos o algo así y fue un desafío para mí". Para que el espectador que creció viendo series en televisión, eso no es novedad. Un episodio dura 42 minutos promedio, con seis cortes donde al final de cada bloque hay un momento de suspenso o que queda sin resolver. Eso sucedió desde que la televisión existe, incorporando la publicidad en la hora de emisión. Al día de hoy, series como Law & Order, las Chicago (Med, Fire), sitcoms de media hora y las que están en canales de cable siguen todavía con ese formato.

Con el cable y después, las plataformas, el cliffhanger de cada bloque, como se lo llama, es innecesario porque no hay cortes. Pero las plataformas han convertido ese cliffhanger de cada acto (bloque) en uno de cada episodio. Por eso muchos capítulos de las series, especialmente de Netflix, terminan abruptamente sin tener una resolución lógica. Es para forzar el cliffhanger en el espectador y que continúe viendo el próximo episodio y siga pegado a la plataforma. 

Vikings se estrenó en el canal History en Estados Unidos y en Latinoamérica en Nat Geo. Su éxito fue rotundo y el canal decidió renovar la serie por una temporada más y cuando también le siguió yendo bien para la tres y la cuatro pero expandiendo la última a veinte episodios por temporada, cronograma que siguió hasta Hirst decidió terminar la serie en la sexta principios de 2020. 

El éxito de una serie también implica no solo su ingreso en la cultura pop, como pasó especialmente con algunos de los personajes como Lagertha, sino también mayor presupuesto que sirve para expandir la visión de los productores y a veces juega en contra. 

Game of Thrones, por ejemplo, presentaba las batallas fuera de campo en las primeras temporadas. Se mostraba el antes en una tienda de campaña y el después, con algunas personas tiradas por ahí y mucho humo. Para cuando la serie se transformó en un monstruo, ya directamente hubo capítulos enteros solamente de batallas de ejercitos de miles de personas. 

A Hirst no le tentó el éxito de Vikings como a los productores de Game of Thrones para hacer episodios cada vez más épicos. "No cambié cuando nos dieron más dinero", aclara. "Fue realmente algo orgánico. Significó que yo podía simplemente llevar al elenco a lugares más exóticos, podía llevar a alguien a Islandia en persona. Realmente pudimos ir a Rusia también. Entonces mi visión pudo ampliarse y pudo ajustarse, adaptarse a nuevos personajes y nuevos mundos. Pero todo fue una experiencia de aprendizaje, realmente, que me hizo volverme muy humilde."

Lo que hizo Vikings para el mapa audiovisual fue revitalizar el drama histórico, relegado precisamente a canales como History pero en formato documental con algunas escenas de dramatización. También revitalizó el canal, porque a partir de ahí, no se abocó tanto a los documentales sino que también probó con series como Knightfall, sobre los caballeros templarios. 

El lugar de Vikings en la cultura pop es indiscutible, como así también que otros canales se animen al drama histórico hasta llegar a The Crown, por ejemplo. Hay sitios y videos donde se discuten la veracidad histórica de lo visto en la pantalla desde fechas de tal o cual suceso hasta si de verdad comían ese menú y cuáles eran los utensilios utilizados. Lo que hace diez años y más para atrás era para un público supuestamente sofisticado, como los especiales de la BBC o la miniserie Yo, Claudio, lo que hizo Vikings fue abrir la puerta para expandir el interés hacia el público general y desmitificar la historia como algo aburrido y de personas acortanadas. 

Tan bien le fue a la serie, que Netflix se apropió de los derechos que decidió continuar el legado con otra historia, ya sin Hirst, que transcurre 100 años después de los eventos de la serie original. Y el director Robert Eggers, estrenó el año pasado, The Northman, también basado en poemas mediavles vikingos aunque mezclado con mitología. Aunque claro, después de la serie y diez años a ningún vikingo en la pantalla grande se lo ve con un casco con cuernos y mordiendo una pata de cordero. Pero sí alguno tiene barba. 

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