El fuerte aumento de las dietas que votaron los senadores y llevó el sueldo a 4.5 millones de pesos netos (mientras un jubilado de la mínima cobra $240.000) sigue generando polémica. Y es que a muchos les sorprendió la rapidez de los legisladores para ponerse de acuerdo y votar a mano alzada sin debate previo.
Pareciera ser que nuestros representantes no entienden la difícil situación que atraviesan los argentinos y lo mal que caen este tipo de situaciones. Martin Lousteau, uno de los senadores al que se lo vio levantar tímidamente la mano (o mejor dicho parte de la mano) para aprobar la iniciativa, justificó su decisión diciendo que no le parece bien que "un senador gane menos que un cajero de un banco".
Tanto Lousteau, como parte del sistema político argentino, no solo no comprenden la indignación que generan este tipo de medidas y sus justificativos, sino que además tampoco logran ver el cambio del "sentido común" que se está dando en la sociedad argentina. El sentido común, o "pensar habitual", es un sistema de conocimientos que les permiten a los miembros de un grupo la probabilidad razonable de comprender y ser comprendido, y va a ser mantenido siempre y cuando podamos confiar en el conocimiento recibido, ya sea por parte de nuestros padres, la escuela o el gobierno para resolver algún tipo de problema. Para bien o para mal, este sentido se está dislocando en nuestro país, porque la gente empieza a sentir que los gobernantes no pueden solucionar sus demandas. Y, además, notan que los políticos son cada vez más ricos y la inmensa mayoría de la población más pobre.
El que mejor capitalizó este cambio de sentido fue Javier Milei, que hasta le puso un nombre al enojo: "la casta". El presidente está convencido de haber capturado el cambio de paradigma que está operando en la sociedad, y en varias ocasiones sostuvo que está seguro de que La Libertad Avanza va a ganar las legislativas del 2025, lo que le va a permitir llevar adelante todas sus reformas.
Sin embargo, resultó llamativo que al momento de aprobar la medida el bloque oficialista no haya manifestado su rechazo en el recinto. Además, la propuesta obtuvo los dos tercios para su tratamiento sobre tablas y se votó a mano alzada porque había acuerdo entre todos los bloques.
En ese sentido, es necesario señalar, que los aumentos de las dietas a los senadores pueden evidenciar y complicar a la oposición, pero también al oficialismo. Y el gobierno debe estar muy atento, porque cuando el sentido común se disloca, corres riesgos de quedar atrapado entre sus fisuras.
