El Economista - 73 años
Versión digital

dom 25 Ago

BUE 8°C
Nuevo era

Reino Unido: ¿a qué desafíos se enfrenta el nuevo gobierno laborista?

Tras su histórico triunfo, el nuevo oficialismo deberá abordar importantes problemas en la brevedad

Reino Unido: ¿a qué desafíos se enfrenta el nuevo gobierno laborista?
Victoria Rinaldi 16 julio de 2024

Tras catorce años de gobiernos conservadores, el Partido Laborista ha ganado las elecciones generales y regresado a ocupar el cargo de mayor importancia en el Reino Unido. Bajo el liderazgo de Keir Starmer, el nuevo Primer Ministro británico, el laborismo alcanzó resultados aún mejores de los esperados a partir de las más recientes encuestas, obteniendo más de 170 escaños de la mayoría requerida. 

Estos comicios definitivamente han cambiado el escenario político británico, con un Partido Laborista fuerte y un Partido Conservador con resultados poco beneficiosos, sumado a una imagen muy golpeada. Pero al analizar estos resultados, también se encuentran partidos más pequeños que también han dado qué hablar. Por lo tanto, es menester preguntarse: ¿qué implican estos resultados? y también, ¿cómo se llegó a los mismos? 

Un breve análisis de los resultados

Los resultados han sido contundentes: de los 650 escaños en la Cámara de los Comunes, el Partido Laborista ha obtenido 412 asientos. Esta victoria es sin dudas un logro histórico para el laborismo, pero al analizar el voto popular, podemos encontrar que el nuevo oficialismo obtuvo 537.688 votos menos que las elecciones generales de 2019, que también se recuerdan como las peores elecciones del partido en años. ¿Cómo se explica este suceso?

Al analizar lo ocurrido, es importante tener presente el funcionamiento del sistema de votación uninominal en el Reino Unido. 

En los recientes comicios, los votantes británicos eligieron a quienes los representarán en la Cámara de los Comunes, órgano en dónde cada uno de los 650 elegidos representa una circunscripción. 

En esta línea, quien obtiene más votos en la circunscripción se queda con la banca, lo que explica las diferencias a la hora de comparar la cantidad de escaños que gana un partido y la cantidad de votos que obtiene.

Los 412 escaños no son solamente un logro simbólico para el Partido Laborista, cuya experiencia en 2019 es recordada como una de las peores en su historia; sino que también significa que el partido posee 170 escaños más de la mayoría, por lo que no requiere negociar con otros partidos en la Cámara de los Comunes para que sus proyectos de ley sean aprobados. 

Del otro lado, se encuentra el Partido Conservador, cuyos resultados han sido considerados como los peores desde la Segunda Guerra Mundial. Su cantidad de escaños se vió reducida a 121, y figuras tales como la sucinta primera ministra Liz Truss, o Penny Mordaunt, antigua Presidenta de la Cámara de los Comunes, perdieron sus bancas en circunscripciones tradicionalmente conservadoras. 

El Partido Liberal Demócrata (Libdem) también obtuvo un resultado histórico: de 11 bancas obtenidas en 2019, alcanzaron 72 en esta elección. De forma similar, el partido de ultraderecha, Reform UK, logró sus primeras 5 bancas en su historia. El partido de Nigel Farage canalizó votos de la derecha británica, lo que también explica el bajo rendimiento del Partido Conservador.

Algo similar ocurrió con el Scottish National Party (SNP), que en las elecciones del año 2019 se posicionaba por detrás del conservadurismo y el laborismo, y en los más recientes comicios sólo logró quedarse con 9 bancas. 

El SNP, actualmente en tensión a partir de controversias financieras asociadas a su antigua líder, Nicola Sturgeon, vio muchos de sus votos volcarse al laborismo. 

starmer
 

Prioridades del laborismo

Keir Starmer asume el cargo de Primer Ministro bajo presión, con múltiples áreas demandando su atención urgente, tanto en el ámbito interno como el externo. 

En su primer discurso, Starmer prometió un gobierno de servicio. También señaló que es el inicio de un período de renovación nacional, y que a pesar de que el mundo sea un lugar más volátil que en otros períodos, el trabajo iniciará de inmediato.

Entre las diferentes problemáticas internas, una de las más controversiales es la asociada a la inmigración y el Plan Ruanda, instalado por el antiguo primer ministro conservador, Rishi Sunak. 

La medida, que permitía la deportación hacia el país africano de aquellas personas que hayan ingresado de forma ilegal al Reino Unido y soliciten asilo, recibió múltiples críticas a nivel nacional e internacional. 

Starmer rechazó la medida, resaltando el gasto que esta implicaba para la población británica y su baja efectividad. En su lugar, se espera la presentación de un nuevo comando de seguridad fronteriza, que será lanzado a la brevedad mientras se conforma su gabinete y se designan nuevos funcionarios.

Otra de las áreas que requiere atención inmediata es el sector de la salud: el laborismo considera al NHS (National Health System) como "roto". 

Los aumentos salariales demandados por los trabajadores del sector de salud no fueron oídos por los gobiernos conservadores previos. Y si bien Starmer señaló que no pueden alcanzar los aumentos reclamados, intentarán avanzar sobre esta problemática de "forma adulta": su enfoque está en cumplir una de sus promesas de campaña, que implica garantizar 40.000 turnos médicos por semana. 

Pero Starmer tampoco puede descuidar lo externo. En cuanto al Reino Unido, el nuevo Primer Ministro se encuentra con circunstancias particulares: en Escocia, se encuentra un partido nacionalista que ha perdido poder y parece chocar con el laborismo por impuestos a compañías de combustible y los derechos de personas transgénero; en Gales, se encuentra un NHS que requiere atención inmediata; y, finalmente, Irlanda del Norte presenta tensiones pre-existentes a partir de las fronteras establecidas por Boris Johnson y su acuerdo Brexit

Con relación a la UE, su intención es la de iniciar un nuevo capítulo en las relaciones entre el continente y la isla. Starmer apunta a distanciarse de las tensiones que caracterizaron la relación hasta el momento, señalando prioridades compartidas con Emmanuel Macron, presidente francés, en cuanto a migración y economía, y resaltando su interés por una mayor cooperación económica hacia Olaf Scholz, canciller alemán. 

Un punto interesante a destacar es el mensaje enviado por Simon Harris, taoiseach irlandés, con relación a la total apertura por parte de la UE para revisar la relación comercial entre Reino Unido y la UE

Un complejo panorama

La victoria laborista, más allá de lo simbólico, parece tener poco margen de tiempo para dar resultados. A la espera de crecimiento económico y soluciones urgentes para la migración y los distintos servicios públicos, el partido no puede dejar de lado su promesa de no subir los impuestos. 

La misma puede ser un complejo limitante para su accionar en los próximos meses, y una que muchos dudan que pueda cumplirse verdaderamente. 

La baja participación que estas elecciones han tenido también es un factor que el Partido Laborista debe tener presente. 

Habiendo solo alcanzado el 60%, lo que implica un 7,5% debajo de las elecciones generales de 2019, los recientes comicios también demuestran un claro nivel de hartazgo y/o desinterés por parte del público británico. 

Los catorce años de gobierno conservador, ahora retirado a ser una limitada oposición, han generado un evidente desgaste. Sin dudas, la tarea de encontrar y mantener el balance en este nuevo gobierno laborista será compleja. 

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés