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El ajuste llegó y la riqueza se va como agua entre los dedos

A nivel local, ya no se cree en los bonos en pesos que emite Guzmán. Y a nivel internacional, hay temor por los anuncios que hará la Fed.

Martín Guzmán se enfrente a una licitación de deuda pública complicada.
Martín Guzmán se enfrente a una licitación de deuda pública complicada. Archivo.
Luis Varela 13 junio de 2022

Finalmente, tal como se esperaba, el arranque de la semana fue destructivo. Una tras otra, casi en línea, las principales consultoras internacionales comenzaron a repetir "la recesión ya está aquí y la riqueza se escapa como agua entre los dedos". En el exterior el gatillo del gran susto fue la inflación de EE.UU. y el anuncio que hará mañana la Fed, con chances de hacer volar la tasa global en dólares. Y en Argentina el detonante fue la mala praxis de Energía que dejó al país sin gasoil y con la economía trabada.

Con esos sucesos en el centro del escenario, las destrucciones de valor que tuvieron ayer los mercados de todas partes fueron tremendas. La idea, desde el minuto uno, fue huir de toda posición riesgosa, y lo que más asustaba eran las criptomonedas, muchos de sus usuarios apretaron la tecla de vender de manera masiva, un par de plataformas se vieron obligadas a dejar de operar, eso se sintió como una especie de corralito, algo que está pasando también en los bancos chinos, y eso derivó en un día catástrofe en el que los valores del panel anotaron caídas durísimas, de más del 20%, con el Bitcoin y el Ethereum rompiendo pisos a valores totalmente destruidos.

En paralelo, a la espera de la reunión de la Fed que finalizará mañana, las tasas largas de los bonos de EE.UU. saltaron un poco más: 3,5% anual a 5 años, 3,4% a 10 años y 3,4% a 30 años. Se multiplicaron los analistas que se sumaron a la estimación del Banco Barclays, que espera que Jerome Powell aumente la suba mensual de la tasa corta de 0,5 a 0,75 punto, para llevar la tasa corta a más del 2% a fin de año, con la largas en la zona del 5%, y eso generó una masiva huida de inversores conservadores de monedas débiles, con todos corriendo hacia el dólar. Por eso, ayer en el exterior el dólar saltó 3,4% en México, 2,7% en Brasil, 2,2% en Chile, 1,4% contra la libra, 1,1% contra el euro y no varió contra el yen.

El escenario local

Y en Argentina las cosas se pusieron de un color aún más oscuro. Se multiplicó el rumor de que la venta de bonos CER fue iniciada la semana pasada por agencias del Estado para tener pesos libres y poder mostrar en la licitación que hará hoy Martín Guzmán que todavía sigue teniendo oferta de pesos, cuando en realidad será algo así como hacerse trampa al solitario, porque en realidad no son inversores los que están financiando a un fisco que tiene un rojo fiscal del 3% del PIB sino que es el Estado que se presta a sí mismo para engañar al mercado local. Y los inversores ya se convencieron: no habrá más forma de que tomen deuda en moneda argentina, al menos que el ministro haga anuncios concretos de baja del gasto, recorte de impuestos y un ajuste real de la economía, para poder orientar las cosas a la vuelta de la inversión y la creación de empleo genuino en blanco.

Desde esta mañana a las 10, en una licitación de deuda complicada, Guzmán saldrá a colocar bonos en pesos (Lelites, Ledes y Lecer) únicamente entre fondos de inversión (ultra vigilados por la AFIP y la CNV, que si se mueven pisando el fleje corren el riesgo de perder las habilitaciones para operar), pero esta vez el ministro deja afuera a los que son denominados formadores de mercado: no hay manera de que consigan inversores privados para tomar bonos locales, hay alergia. Así, se ofrecerá una letra de liquidez del tesoro nacional en pesos a descuento con vencimiento 15 de julio de 2022 (nueva), una letra del tesoro nacional en pesos a descuento con vencimiento 31 de agosto de 2022 (s31g2 - reapertura); una letra del Tesoro nacional en pesos ajustada por CER a descuento vencimiento 21 de octubre de 2022 (x21o2 - reapertura); una letra del Tesoro nacional en pesos a descuento con vencimiento 30 de noviembre de 2022 (s30n2 - nueva) y una letra del Tesoro nacional en pesos ajustada por CER a descuento vencimiento 16 de diciembre de 2022 (x16d2 - reapertura).

Con ese contexto, el mercado local ofreció ayer la peor de las fotos: los bonos se hundieron hasta 6,5%, el riesgo país saltó 69 unidades hasta un récord de la era poscanje de 2.113 puntos básicos. Y, en paralelo, hubo corrida hacia el dólar con el dólar blue (el de los pequeños ahorristas) anotando un salto de 6 pesos, hasta $216, pero los dólares financieros libres tuvieron un aumento de hasta $12,27 en un solo día, con el MEP brincando hasta $227,37, el contado con liquidación saltando hasta $237,74 y el dólar Senebi, de ejecución inmediata, en $239,88. 

En un movimiento que, según aseguran, recién empieza, ya que Guzmán juntó los pesos para esta licitación chica de hoy, en la que necesita pedir unos $14.000 millones, pero en dos semana se le viene una pared encima, ya que tendrá que conseguir en el mercado más de medio billón de pesos, y no hay manera de que los logre, por lo que deberá recurrir a la emisión, y luego a más salto del dólar, más inflación, y más de lo mismo, como ocurre desde hace 31 meses. Y quizás lo más grave del caso es que la suba que tuvo el dólar ayer ocurrió a pesar de que el Gobierno hizo de todo para frenar al billete verde, incluso el BCRA terminó perdiendo US$ 244 millones en un solo día, en un momento en el que debería tener dólares hasta el techo, con los granos en el cielo.

Commodities para abajo

Este notable temblor se nota más en Argentina por tener una economía completamente debilitada y con un agujero negro en las finanzas sobresale en todas partes. La posibilidad de que la recesión ya haya empezado en muchos sectores se hizo palpable en la cotización de las commodities. Ayer, el petróleo pudo sostenerse casi sin cambios, en una cumbre en torno a los US$ 121 por barril. Pero los metales básicos y los granos, muy atados al consumo, reflejaron que la expectativa de los niveles de actividad y consumo no parecen para nada positivas. Ayer el cobre cedió 1,5%, el aluminio perdió 2% y el níquel se hundió 5,4%. y en Chicago, con el trigo sin cambios, el maíz cedió 0,5% y la soja achicó 2,1. Y en Rosario se vio una suba del 2% para el maíz, pero se concretó una baja del 0,8% para el trigo y un descenso del 2% para el sorgo, del 2,9% para la soja y del 4,8% para el girasol.

Y por si hubiera alguna duda de cuál es el refugio que están buscando la mayor parte de los inversores, no solo se vio la importante defección en las criptomonedas, sino que también se observó un derrumbe en los metales preciosos: el oro cayó 2,7%, con desplome del 3,7% para la onza de plata. 

Bolsas castigadas

Todo este movimiento obviamente castigó, y muy duro a todas las bolsas del mundo, con los inversores saliendo de las acciones y buscando colocaciones menos riesgosas. Así, se observó un derrumbe en la bolsa de Nueva York: el índice industrial Dow Jones cayendo 2,8%, el S&P hundiéndose 3,9% y el tecnológico Nasdaq 4,7% abajo, por lo que en promedio los precios de ese indicador regresaron a valores de hace más de dos años, cuando se iniciaba la pandemia de Covid-19. Al tiempo que la Bolsa de San Pablo bajó 2,7% (y quedó abajo del agua en lo que va del año), mientras que la de México terminó casi sin cambios, ya que casi todo el ajuste del día fue realizado por el desplome del peso mexicano.

Y en el mercado bursátil local los resultados tampoco fueron buenos. Con $1.241 millones operados en acciones y $6.569 millones en Cedear, la Bolsa de Buenos Aires bajó 1,3% en pesos, pero su caída en dólares fue mucho mayor. Y eso quedó reflejado en una caída en bloque del 2 al 12% para las ADR argentinos en NY: con Despegar, Supervielle, Mercado Libre, Cresud, Galicia, TGS, IRSA, Central Puerto, Macro y Francés como las peores del día. Y lo ciertamente notable, en este "compre argentino" que quiere promover el Presidente Fernández, debe remarcarse que ayer el monto operado en acciones extranjeras fue cinco veces más grande que en las empresas locales, una tristeza.

¿Qué se ve por delante? La discusión en todas partes es saber si vamos a un estancamiento, una recesión corta o un riesgo de depresión. A lo largo del fin de semana el debate fue intenso. La siempre arriesgada Cathie Woods, líder de Ark Investment, "el proceso actual está mostrando hoy un pico de inflación pero con altos stocks guardados en casi todas partes, y más temprano que tarde todo empezará a repartirse, y los precios de las materias primas y la inflación retrocederán pronto, por lo que es momento de entrar con los dientes apretados en algunas empresas que ya cayeron demasiado.

Sin embargo, absolutamente del otro lado, el reconocido banco de Inversión Goldman Sachs advirtió que pese a la dura caída experimentada desde noviembre en los índices de la Bolsa de Nueva York,  las acciones “no están baratas”, y con el actual parate de muchos sectores de la economía repercutirá en el deterioro de los balances, y eso seguirá presionando las cotizaciones, por lo que el canal oso ya llegó y por ahora está para quedarse. ¿Cuánto puede durar? Dependerá de cuánto tarde la Fed en apagar el incendio de la inflación: y según datos históricos, cada vez que se inició un tightening (absorción de dólares y suba de tasas) en general dura un promedio de 15 a 18 meses. Y esto no es una buena noticia ni para las materias primas, ni para las bolsas, ni para los bonos corporativos que rinden algo parecido a lo que pagan los bonos del Tesoro, ya que la competencia por seguridad es incomparable.

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