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Succession: en nombre del padre
"Connor's Wedding"

Succession: en nombre del padre

El último episodio de Succession, la serie premium de HBO Max, fue el más visto en la historia del show

Pablo Manzotti 13 abril de 2023

Una vuelta de tuerca, esperada pero impensada para ese momento. El famoso plot twist. Solo eso bastó para que el último episodio de Succession, la serie premium de HBO Max, se convirtiese en el más visto en la historia del show. Lo siguieron en vivo 2,5 millones de espectadores. 

Superó los 2,3 millones del inicio de la cuarta temporada (capítulo que, y este es el dato a tener en cuenta, luego fue visto por siete millones de personas en las tres semanas subsiguientes a través de la plataforma de la señal). 

Por eso, es de esperar que "La boda de Connor" (Connor's Wedding), tal el título del episodio en cuestión, se convierta en uno de los contenidos con más visualizaciones en la historia de la plataforma.

Una pieza de arquitectura

Para los seguidores de las alternativas de la poderosa familia Roy, las líneas que siguen a continuación evitarán el adelanto (el spoiler), del impacto principal del episodio. Sí se analizará el contexto y los elementos narrativos del relato.

La serie inició el 3 de junio de 2018. Pasaron tres temporadas, treinta y un episodios para llegar a este momento clave. Todo ese desarrollo meticuloso de personajes, principales y secundarios, cobra suma importancia a partir de los sucesos del episodio tres de esta temporada final. 

¿Cómo reaccionan, desde la lógica de verosimilitud de cada uno, frente a un hecho extremo? Y ahí es dónde el capítulo se transforma en una clase magistral. Porque el director Mark Mylod (que tiene en su CV de realizador episodios de Shameless, Game of Thrones y Entourage) aprovecha el espacio fuera de campo, "lo que no se ve" pero está presente, con un pulso preciso que lo acerca a la genialidad. La acción se divide principalmente en dos escenarios: la boda de Connor en la que están los hermanos Roy y el novio mismo y el avión privado en la que el padre y patriarca del emporio empresarial, Logan Roy, se dirige a sellar el futuro de la firma. 

Es así que Jeremy Strong (Ken), Kieran Culkin (Roman), Sarah Snook (Shiv) y Alan Ruck (el mismísimo Connor) ofrecen el punto más alto de sus interpretaciones como núcleo filial frente a una situación desconcertante. 

El perfil de cada uno que aflora en dudas, en el derrumbe, en la ambición, todo estalla en los poderosos sesenta minutos del capítulo. Se plasma en un ida y vuelta con la acción de ese padre, jefe y manipulador en el avión, rodeado de su séquito de ayudantes y aduladores. Una puesta en escena densa, que aprovecha cada milímetro del cuadro para encasillar a todos los personajes e incomodar al espectador que también se pregunta qué es lo que sucede mientras atraviesa la misma sensación claustrofóbica que sufre el clan. 

Los que ya vieron el episodio saben que presenciaron algo que está jugando en otra liga, uno de esos capítulos que marcan historia en el medio, donde cada gesto, cada detalle está calculado en el marco de un guión milimétrico. Y donde todo cobra sentido a fuego lento: con una preparación de 5 años para llegar a este momento.

Un dato de color apoya esta afirmación: en Internet Movie Database (conocida como IMDb), la web más importante de lenguaje audiovisual, la calificación de los usuarios registrados le otorgó la perfección: 10. Algo solo comparable a lo que logró Breaking Bad con el antepenúltimo episodio de la serie, Ozymandias, dirigido por Rian Johnson (Entre Navajas y Secretos).

De familias, empresarios y villanos

Succession toma como punto de referencia a las poderosas familias empresarias de medios y entretenimientos en Estados Unidos con base en Manhattan. El disparador ocurre en el primer episodio, cuando el dueño y director del conglomerado, Logan Roy, sufre un colapso antes de un anuncio importante para la vida de la compañía. A partir de allí, y con las dudas respecto de su estado de salud, se desata una batalla por la sucesión en el imperio, una disputa con eje en sus cuatro hijos. 

La creación de Jesse Armstrong que ya se alzó con varios premios, entre ellos el Emmy, en su primera temporada, propone un juego interesante desde el relato clásico shakespeariano sin que esto suene forzado o remanido. 

Uno de los apuntes más atractivos es haber encontrado un tono exacto entre un casting fenomenal y unos diálogos exquisitos y verosímiles. De hecho dentro de la producción hay un grupo de asesores, millonarios de Manhattan de carne y hueso que tienen injerencia en los diálogos a fin de que no suenen imposibles y que todo fluya con cierta normalidad.   

 Es de esperar que
 Es de esperar que "La boda de Connor" (Connor's Wedding) se convierta en uno de los contenidos con más visualizaciones en la historia de la plataforma

Por otro lado, se trabaja sobre un guion que, en los ensayos, va sufriendo modificaciones a medida que avanzan los intercambios entre los personajes. Eso le otorga una frescura pocas veces vista en TV. Succession tiene un estilo sólido de relato que ofrece como marca identitaria. 

No obstante, esa línea de trabajo obtenida, también se transformó en un boomerang. Particularmente en la tercera temporada, esos diálogos sonaron repetitivos y, por supuesto, la serie pasó a ser percibida como algo "de fórmula" que se regodea en sus propios mecanismos narrativos internos. La agilidad se perdió y la trama se amesetó. 

"Nunca pensé que esto podría continuar para siempre. El final siempre ha estado presente en mi mente. Desde la temporada 2, he estado tratando de pensar: ¿es el siguiente, o el siguiente, o es el siguiente?", comentó en una entrevista el showrunner Jesse Armstrong. 

Conocedor del mercado de las series en la actualidad, sabe que cuatro temporadas es un número interesante para cerrar un arco argumental. Es por eso que en esta temporada final, Succession retomó la buena senda narrativa y cada episodio, hasta ahora, es superior al anterior, con epicentro en el genial "La boda de Connor". 

Lo que sigue, si es que vale la interpretación, será un largo epílogo en una lucha descarnada por el control y el poder. Enhorabuena.

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