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Cómo se registra una marca en Argentina

Explotar el uso de una marca es una tarea que requiere mucho tiempo y dedicación, no sólo para realizar el branding necesario, sino para mantener el derecho que se otorga para su uso.

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Micaela Ramírez 25 enero de 2024

Crear una marca no es una tarea sencilla. Encontrar un propósito, un nombre, un logo, los colores adecuados y transmitir su esencia para que todos puedan consumir los productos o servicios son pequeñas partes de un todo.

En la era digital en la que vivimos, además, una buena campaña de marketing y de difusión es tan importante como una estrategia de posicionamiento en las redes sociales. Nada puede quedar en manos del azar.

Pero mucho antes de hacer crecer un proyecto, existe un paso legal necesario para evitar problemas en el futuro: registrar la marca. Es que, dada la normativa vigente, será clave para poder explotarla económicamente.

Primeros pasos

Lo primero que hay que hacer es registrar la marca en cada país en el que se vaya a utilizar, ya que no existe un registro a nivel mundial que te otorgue la titularidad, sino que es nacional. 

En la Argentina el órgano competente para hacerlo es el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) y, según la Ley 23.362, "la propiedad de una marca y la exclusividad de uso se obtienen con su registro".

Dicho de otro modo, no solo se adquiere la propiedad sino la exclusividad en el uso.  Es decir, que si un tercero utiliza una marca igual o similar que pueda producir confusión en los consumidores o afectar el derecho exclusivo que se otorga, el titular podrá exigir el cese de su uso.

Esto es muy importante ya que el mundo de los negocios se encuentra sumergido en un entorno altamente competitivo y, en un contexto como este, diferenciarse de la competencia puede ser la clave del éxito. 

Tips para hacer el trámite

Si bien registrar una marca parece ser un trámite sencillo, lo cierto es que el proceso puede demorar hasta 24 meses, plazo en el cual pueden llegar a presentarse diversos desafíos. 

Existen dos pasos infaltables que hay que realizar, previo a solicitar el registro ante el INPI: 

  1. Investigación: Es esencial que se realice una búsqueda exhaustiva para verificar que no exista una idéntica ya registrada para distinguir los mismos productos y/o servicios. De esta manera, se evitan potenciales oposiciones en el trámite. En este sentido es fundamental verificar en el Nomenclador Internacional de clases para determinar el encuadre de los productos o servicios que se van a proteger.  
  2. NombreAl definirlo, será importante tener en cuenta que no encuadre en las prohibiciones que establece la ley. Por ejemplo, no puede contener la identificación del producto, ya que el signo pierde la distintividad. Es decir que, si se comercializa yerba, el nombre no puede contener la palabra "yerba". En este caso constituye una de las prohibiciones absolutas. También existen prohibiciones relativas, que limitan el registro de una marca que pudiera generar confusión con una ya registrada, para lo cual, es muy importante la investigación previa.

Superadas las etapas de análisis, el INPI otorga la titularidad de la marca por diez años, aunque puede ser renovado indefinidamente por períodos iguales.

Renovación y conservación 

No obstante, no hay que dormirse en los laureles. Será fundamental que la marca sea utilizada dentro de los 5 años previos a su vencimiento en la prestación de un servicio, en la comercialización de un producto o como parte de una actividad. 

Es importante realizar este trámite, ya que existe la posibilidad de que un tercero plantee la caducidad de la marca por falta de uso.

En este sentido, el INPI declarará la caducidad de la marca con relación a los productos o servicios para los que no hubiere sido utilizada en el país dentro de los 5 años previos a la solicitud de caducidad, por causas de fuerza mayor.

La declaración jurada de medio término 

Una vez cumplido el quinto año de concedido el registro, y antes del vencimiento del sexto año, el titular deberá presentar una declaración jurada respecto del uso que hubiese hecho de la marca hasta ese momento.

La falta de presentación de la declaración jurada hace presumir la falta de uso (salvo que se pruebe lo contrario), por lo que es fundamental estar atentos si el objetivo es conservar la marca en el tiempo.

En definitiva, explotar el uso de una marca es una tarea que requiere mucho tiempo y dedicación, no sólo para realizar el branding necesario, sino para mantener el derecho que se otorga para su uso. 

Por eso, es clave conocer y cumplir con todos los pasos establecidos por la normativa vigente. Solo así se podrá disfrutar de las "mieles del éxito" sin el temor a perder el poder que se otorga al realizar el registro.

 

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