Finalmente, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, se volcó para el lado de los halcones. En una conferencia de prensa realizada hoy, dio a entender que la entidad subirá la tasa de interés en julio.
Lagarde afirmó que la suba de tasas se hará “unas semanas después” de que finalice la compra de activos de la entidad lo que se decidiría en junio. Por lo tanto, el mercado espera que el aumento de la tasa, el primero en 11 años, se produzca en la reunión prevista para el 21 de julio.
La titular del BCE reconoció que la inflación está en niveles más altos y durante un período más alto que lo esperado y eso obliga a tomar decisiones. Señaló que la entidad aspira a que la política monetaria apunte a ser consistente con la meta de inflación de 2%, pero el camino es largo porque el índice de precios en la zona euro trepó al 7,5% en abril. Y el dato de Alemania conocido hoy, más que los se publicarán durante la semana, muestran que la inflación continúa en niveles muy elevados. El mensaje de Lagarde fue recibido con una lógica suba del euro y una baja de las proyecciones de inflación del mercado y ratifica que la prioridad del BCE es reducir la tasa de inflación que ha sido la región del mundo, por su dependencia energética y proximidad geográfica, la más afectada por la invasión de Rusia a Ucrania.
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