La mayor demanda de los consumidores en un contexto de expansión de la economía y las menores restricciones en las cadenas de suministros, le dieron un fuerte impulso a las importaciones de Estados Unidos que alcanzaron en noviembre a US$ 304.400 millones, una suba de 4,6% con relación a octubre. Las exportaciones crecieron muy poco hasta US$ 224.200 millones y se generó como resultante un desequilibrio comercial de US$ 80.200 millones mientras que el mes anterior había sido de US$ 67.200 millones.
También influyó en ese comportamiento la revalorización del dólar contra las monedas de los principales socios comerciales de Estados Unidos durante 2021, lo que abarató las compras en el exterior. De todas maneras, la recuperación que muestran muchas economías y la superación de muchos cuellos de botella permitirían un aumento de las exportaciones estadounidenses y una consecuente caída del déficit en los próximos meses según estiman los analistas.
Pero más allá de mejoras circunstanciales, el desequilibrio comercial se mantendrá porque obedece a un factor estructural y es que Estados Unidos consume más de lo que produce con relación al resto del mundo. Por ese motivo, tiene déficits desde hace muchos años, tanto en ciclos expansivos como contractivos de la actividad y con independencia del valor del dólar frente a otras monedas en cada etapa.