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China y los drivers que se diferencian de 2022

El mercado se concentra en una aparente tendencia desinflacionaria, una recesión que no se percibe como inminente y un "AI shock" que promete.

China y los drivers que se diferencian de 2022
Federico Pablo Vacalebre 11 julio de 2023

Empezamos el año con la eliminación de las restricciones al Covid-19 en China y con la reapertura de su economía. El trade reapertura de la economía de China ha sido muy frustrante. Se esperaba que apuntale el espectro commodities, tanto energéticas, metales básicos y alimentos. Más allá de un primer semestre que no estuvo en línea con estas expectativas, se han registrado últimamente fuertes subas en soja, maíz y trigo. La pregunta es si esto tiene correlación o no con la reapertura de China. 

Hoy en día, continúan sin poder revertir tendencia las commodities energéticas y metales básicos. La fortaleza del dólar a partir del "shock de inteligencia artificial" parece cuasi-constante y esto no es bueno para el oro. Las commodities energéticas y metales básicos, con debilidad desde inicios de 2023, son buenas para la desinflación de Estados Unidos, a pesar de la resiliencia en el "core inflation" (inflación núcleo).  En este escenario, no es menor señalar que la soja, el maíz y el trigo han tenido un fuerte rebote. Ahora, la tracción de la reapertura de la economía china debe responderse en el marco de las macrofinanzas internacionales.

Primeramente, si analizamos las tasas de interés en Estados Unidos, vemos que las cortas vienen perdiendo volatilidad, cerca de 100 puntos básicos por sobre los mínimos de marzo pasado en plena crisis bancaria. Un proceso desinflacionario que no pareciera converger a uno recesivo. El "shock de inteligencia artificial", asimismo, promete más productividad marginal del capital y una suba en tasas reales. La presión en tasas cortas nominales y reales llegó para quedarse (las commodities no se llevan bien con esto).

Por otra parte, al rally del Nasdaq, se sumó un S&P que inauguró su propio bull market. Una desinflación como proceso sistemático y una crisis bancaria que pareciera no ser tan fuerte como se anticipaba. Además, una Fed que, a pesar de su amenaza de subas adicionales de 50 basis, se estaría despidiendo de su ciclo de restricción monetaria. 

Sin embargo, para que el bull market pueda convalidarse es fundamental que aumente el "breadth". La generalización de una suba, con raíz tecnológica y muy concentrada en pocos papeles. 

En mediano plazo, el mercado concluye y celebra que ha sobrevivido a una crisis bancaria y un debt ceiling (límite de deuda). Los mismos terminaron siendo licuados. El mercado se concentra en una aparente tendencia desinflacionaria, una recesión que no se percibe como inminente y un "AI shock" que promete.

En sí, el mercado sigue operando muy hawkish (restrictivo) en la parte corta de la curva. Durante 2022, era la Fed el player que imponía una presión en la parte corta de la curva de tasas nominales para "romper" al consumo, desacelerar la economía y desinflacionarla. La suba de tasas nominales cortas ocurría por razones negativas y ocasionaron un recorte en el equity.

En 2023, también, vimos subas en la parte corta de la curva pero por drivers diferentes. El mercado no encuentra una mala noticia contundente. Por lo tanto, será primordial observar si un mercado que subió con poco "breadth" logra generalizar el rally para convalidar el quiebre del S&P.

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