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Los bonos volvieron a caer

Por qué Argentina tiene más riesgo que un país en guerra

Las commodities tuvieran ayer un nuevo salto. Hubo dos reuniones decisivas, y eso cayó bien en Wall Street, que subió como si no pasara nada.

Las acciones argentinas tiraron al alza, mientras que los bonos nuevamente sufri
Las acciones argentinas tiraron al alza, mientras que los bonos nuevamente sufri
Luis Varela 03 marzo de 2022

La invasión de Rusia a Ucrania y el comienzo de marzo, con un montón de cuentas por pagar, determinaron ayer buena parte del movimiento central de los mercados, donde lo más sobresaliente fue la suba sin fin del petróleo, el trigo y los metales básicos, y una fuerte baja del dólar blue, algo que llevó bastante tranquilidad a un equipo económico que recién hoy entregaría la bendita letra chica del programa con el FMI.

Los precios globales siguieron siendo impulsados por las trabas del conflicto, esencialmente por el cuasi bloqueo al Mar Negro y los problemas de transporte de petróleo, granos y minerales, con mucha oferta usual proveniente de Rusia y Ucrania. Y los problemas de oferta de ese tipo de productos determinaron que el petróleo saltara ayer otro 8% (con la variante WTI a US$ 112  y el Brent rozando los US$ 115, máximos precios en siete años). Mientras que el gas natural (un elemento faltante en Argentina) se elevó 6,5%. El trigo pegó un salto del 5%, a mayor valor en catorce años (con la soja y el maíz frenados). Y metales básicos como el aluminio y el níquel siguen volando a récords con un incremento adicional del 3%.

Mientras el canciller de Rusia subió la apuesta de Vladimir Putin hablando de Guerra Nuclear, planteando que Rusia no va a retroceder, la violenta suba de los commodities (que se elevan como si no hubiera mañana porque todos buscan aprovisionarse), determinaron que todo el mundo financiero estuviera enfocado ayer en dos reuniones decisivas, que tuvieron desarrollo con apenas una hora de diferencia.

Encuentros decisivos

Mientras la ONU condenó durísimamente a Rusia, donde apenas cuatro países votaron a favor de Moscú (Bielorrusia, Siria, Corea del Norte y Eritrea), Putin hace todo tipo de malabares para compensar las sanciones económicas aplicadas por la Unión Europea, EE.UU., Japón y otros países. Acordó con China (que se abstuvo de condenarlo en la ONU) para venderle más de lo que sea, y financiarse por esa vía. Y el líder ruso se ocupó en persona de hablar con la cúpula de Arabia Saudita, país que comanda los movimientos de la Opep, que cuando Rusia es incluida se denomina Opep+. 

En síntesis, lo que se dijo en el mercado fue que Putin les pidió a los árabes que no aumenten la oferta para que el petróleo siga subiendo sin fin, y que con eso se desequilibre toda la economía mundial. Y ayer justamente se celebró una reunión en la Opep, en la que se ratificó de alguna manera lo que habría pedido Putin: seguirá aumentando la producción según lo previsto, a pesar de que el petróleo está disparado.

Y la otra reunión donde se enfocaron los inversores de todo el planeta fue la presencia del titular de la Fed, Jerome Powell, en el Congreso de EE.UU., donde que en la reunión que se celebrará en diez días se decidirá una suba de la tasa corta de un cuarto de punto, sin cambios respecto de lo que se planeaba, confirmando que no hay modificaciones en el retiro de los estímulos y en la venta de bonos para retirar dólares del mercado. Aunque Powell dijo que, ante la incertidumbre por la invasión rusa y debido a una inflación anual que se puede acercar al 8%, se tardará más de lo pensado en volver a precios prepandémicos, reconociendo que la Fed no consigue prever exactamente cuándo se frenará la aceleración de los precios. 

La reacción de los mercados

Esa declaración, con las commodities volando y la Fed actuando pero de manera suave, y no agresiva, fue música para Wall Street, que volvió a experimentar otra rueda hacia arriba, sin que los precios demuestren ninguna preocupación por los muertos en Ucrania ni la amenaza de una hipotética guerra nuclear. De ese modo, los principales índices de la Bolsa de Nueva York terminaron el día con una suba promedio del 1,7%, mientras que las tasas largas de los bonos de EE.UU. subieron: ubicándose en el 1,7% anual a 5 años, 1,9% a 10 años y 2,3% a 30 años.

La posición cambiaria internacional fue dual, ya que en el exterior el dólar subió 0,5% contra el yen y 0,1% contra el euro, pero bajó 0,1% en México, 0,2% en Chile, 0,6% contra la libra y cayó 1,4% en Brasil. Y donde más diferencia se vio fue en Argentina, mercado en el que se vio una enorme distancia entre ahorristas pequeños (denominados peyorativamente "el chiquitaje") y los grandes inversores. Para pagar los gastos cada vez más altos en el inicio de mes, los pequeños ahorristas tuvieron que desarmar el canuto, por lo que el dólar blue se desbarrancó: se hundió $5 hasta $206 (desde el récord de $222  de hace cinco semanas. Pero los dólares fuga, manejados por inversores grandes o empresas, estuvieron para arriba, superando incluso el crawling peg apenas más enérgico del BCRA, que sigue un punto y medio mensual detrás de la inflación. El MEP terminó a $196,84 y el contado con liquidación a $202,23.

Toda esta ingeniería cambiaria vino acompañada por otro artilugio contable comandado por el Gobierno. Ayer, con un mercado muy necesitado de pesos para pagar los gastos de principios de mes, fueron colocados $ 331.173 millones en Leliq cortas al 42,5% y $1.000 millones en Leliq largas al 47% anual y también se adjudicaron $32.524 millones en las nuevas Notaliqs, con un FMI que presiona a Guzmán para que suba la tasa de interés por encima de la inflación hasta que la brecha cambiaria desaparezca: ayer la brecha entre el dólar oficial y el blue fue del 81,8% y la brecha entre el CCL y el mayorista fue del 87,4%.

Donde también hubo una diferencia notable fue entre las acciones y los bonos. La Bolsa de Buenos Aires tuvo un gran día: con $1.708 millones en acciones y $4.193 millones en Cedear, el índice S&P Merval subió 2,6%, incluso más que Wall Street y por encima de la suba del 1,8% en San Pablo y del 0,2% en México.

Caída de los bonos

Pero donde se vio una respuesta ciertamente complicada fue en el mercado de bonos, ya que los títulos públicos argentinos volvieron a caer otro 1%, con repetidos rumores sobre Economía ofreciéndoles canjes de bonos en dólares a los fondos Pimco y Templeton, para que entreguen sus tenencias de bonos en pesos, y se atenúen de alguna manera los $2,3 billones que se deben enfrentar en los próximos noventa días. La gran cuestión es que con esta baja el riesgo país de Argentina saltó otras 33 unidades hasta 1.865 puntos básicos, más de 500 puntos por encima del riesgo de Ucrania (que está 1.350 unidades, en algo que suponen que es transitorio, que finalizará en algún momento). 

Tenemos un riesgo mucho mayor al de un país que está recibiendo misiles por todas partes. ¿Por qué nos encontramos ante semejante calificación? 

En el mercado, por supuesto, hay más especulaciones que personas. Pero lo que más se repitió es que en la oposición está creciendo la idea de no votar por el "sí al acuerdo con el FMI" si antes no lo vota Máximo Kirchner y todo el kirchnerismo en Diputados. Y si no se expide con claridad Cristina Kirchner en el Senado, cuerpo donde los senadores kirchneristas adelantaron que tienen una posición negativa como Máximo. 

¿Cuál es la lectura? Si Máximo lo rechaza, y la oposición queda pegada con Alberto y aprueba el acuerdo, cuando lleguen los ajustes y las auditorías, con más presión social por las subas de tarifas y la menor emisión de pesos, el kirchnerismo se plantará en una posición "nosotros les avisamos", y no se podrá seguir cumpliendo con lo inicialado, y se terminará igualmente en un default. 

En cambio, si obligan a que sean Máximo y Cristina los que determinen el rechazo al acuerdo, el default podrá ser adjudicado directamente a ellos, y todas las consecuencias. Eso hace que si no hay acuerdo interno en el oficialismo, la tendencia bajista de los bonos parece aún inclinada en un tobogán interminable.

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