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Las ganancias existen y los osos vuelven a sus cuevas

Casi todas las bolsas subieron, pero Buenos Aires bajó. Hoy hay licitación de deuda, y se siguen ofreciendo papeles muy cortos.

La presentación de estados contables con utilidades va manteniendo en verde a Wall Street.
La presentación de estados contables con utilidades va manteniendo en verde a Wall Street. Archivo
Luis Varela 19 octubre de 2022

Con las primeras señales de recesión en casi todas partes, el freno en la actividad económica va castigando de manera diferente a cada uno de los mercados. Ayer siguieron presentándose balances trimestrales (con cierre a septiembre) en la Bolsa de Nueva York, la mayoría todavía sigue llegando con ganancias (claramente menores, pero con números aún en verde) y con esa condición, casi todas las bolsas del mundo mostraron ayer otro día en positivo, situación que lamentablemente no pudo ser repetida por la Bolsa de Buenos Aires.

Las perspectivas que van mostrando los informes internacionales sobre la economía norteamericana, e incluso la latinoamericana, parecen mostrar que habrá una zona complicada que puede durar seis o nueve meses, pero se ve una luz al final del túnel. Donde el panorama luce un poco más oscuro es en Asia, sobre todo en Europa y en Argentina el horizonte luce ciertamente complicado por dos razones estrictamente económicas (además de las políticas): la sequía plantea una cosecha muy flaca con escasez y llegada de pocos dólares y la montaña de deuda por vencer en los próximos diez meses luce como un paredón imposible de saltar.

Una nueva licitación

Hoy, con un anuncio tardío (porque en general la secretaría de Finanzas da a conocer sus propuestas con dos días de anticipación) Rubinstein enfrentará una licitación de deuda menor: vencen $162.000 millones, la mayor parte está en manos privadas, y para poder renovar y poder pagar lo que vence ofrece tres papeles: una Lelite a 19 días de plazo a los fondos comunes de inversión y dos letras a los denominador formadores de mercado: una a tasa de interés con vencimiento dentro de cinco meses y otra ajustada por CER con vencimiento dentro de siete meses.

Esta propuesta sorprendió a los operadores, ya que a partir de enero próximo, durante casi todos los meses, el Tesoro enfrentará vencimientos mensuales que superan con creces el billón de pesos cada 30 días, con algunos picos muy superiores, buena parte de eso papeles están en poder de organismos públicos, por lo que se descuenta que Massa los canjeará por bonos duales con vencimiento dentro del Gobierno que comience en diciembre de 2023, pero una gran parte está en poder de privados, algunos fondos internacionales, que quieren irse, y todos temen un canje obligado, un reperfilamiento o algún tipo de jugada. 

Con ese contexto, además de precios cuidados, ahora también se lanzan los denominados precios justos, que buscan aquietar productos esenciales por noventa días con precios impresos en las etiquetas, en un movimiento que fue ampliamente criticado por todo el espectro de economistas, ya que partirán con precios altos, ocuparán un escaso lugar en las góndolas, se acabarán pronto, y  Argentina no saldrá de esta escalera en la que cada piso inflacionario es un escalón más alto a los meses anteriores.


Los dólares se mueven

De ese modo, con la devaluación en etapas que se está realizando, ayer volvió a repetirse un pinzamiento entre los dólares oficiales y los dólares libres, bajando la brecha a un nivel inferior al 100%, pero multiplicando los rulos en el mercado, haciendo subir al dólar blue al precio techo de los últimos cuarenta días: ayer saltó $3 hasta $290, con el dólar Senebi cayendo $10,31 hasta $309, el MEP bajando $2,25 hasta $293,33 y el contado con liquidación cayendo $4,47 hasta $304,07esos (todo arbitrado). Por lo que la brecha entre el dólar oficial y el blue fue del 82% y la del CCL con el mayorista fue del 99%.

El movimiento se dio con el debut del nuevo sistema de importaciones (denominado Sira) que recibió una avalancha de pedidos: hubo unas 5.000 solicitudes de los importadores por US$ 600 millones, todos quieren conseguir los dólares baratos del BCRA, y traer lo que se pueda desde el exterior, y un funcionario será el que diga a dedo qué puede entrar y qué no, beneficiando a unos en detrimento de otros. Massa, estratégicamente, plateó que les abrirá los dólares a los que utilicen lo importado para mantener el nivel de producción interna.

Gracias a la cerrazón económica (uno de los factores que mantienen a la inflación volando en la zona del 100,3% anual, según el REM), el BCRA pudo volver a sumar reservas nuevamente ayer. Pudo comprar en el mercado de cambios US$ 21 millones, pero al final del día el balance positivo de la autoridad monetaria (por la caída del yuan y compensaciones de comercio exterior) determinó que la suba del nivel de reservas brutas fuera de sólo US$  8 millones, un ritmo que no permitirá cumplir el acuerdo con el FMI. Y con un agravante: además de la deuda que tomará el Tesoro, ayer Reconquista 266 chupó de los bancos depósitos por otros $796.509 millones, agigantando la bola de nieve que rueda al 75% anual, igual que el interés que pagan los plazos fijos.

A pesar de este cuadro, que mantiene las brasas encendidas pero el incendio bajo algún control, los títulos públicos tuvieron un nivel sostenido, por lo que el riesgo país bajó 51 unidades, hasta 2789 puntos básicos. Esto tuvo que ver de alguna manera con un ligero retroceso de las tasas largas norteamericanas (ayer pagaron 4,5% anual a 1 año, 4,2% a 5 años y 4% a 10 años y a 30 años). Por lo que el súper dólar global se sostuvo, pero no tan firme como en las últimas ruedas. Ayer en el exterior el dólar subió 0,2% contra la libra, el mexicano y el chileno, tuvo un alza del 0,1% contra el yen y el yuan, y bajó 0,2% contra el euro y cedió 0,7% contra el real, algo muy positivo para Argentina.

Además de los balances que todavía llegan con ganancias, ayer hubo una jugada de Joe Biden que se parece bastante a un manotazo de ahogado para ver si puede obtener un mejor resultado electoral el 8 de noviembre. Abrió los grifos de las reservas de crudo de EE.UU. para combatir el cierre de la Opep+ y en consecuencia el petróleo cayó 2,6%. Esto afectó a los granos que estuvieron levemente a la baja tanto en Chicago como en Rosario. También significó un día negativo para los metales básicos y las criptomonedas. Pero mantuvo con valores sostenidos a las onzas de oro y plata.

Las bolsas en alza

Con esa coyuntura, la Bolsa de Nueva York volvió a tener un día positivo (suba del 0,9% para el Nasdaq, y del 1,1% para el Dow y el S&P) y hoy puede repetirse el verde ya que tras el cierre se presentó el balance de Netflix con muy buen resultado: esa compañía había terminado el día en descenso, pero en el poscierre pegaba un fuerte estirón que podría ayudar a la rueda de hoy. Y, en línea con Wall Street,  la Bolsa de San Pablo subió 1,9% y la de México mejoró 0,2%.

En Buenos Aires el resultado fue bien diferente. Con $1.826 millones operados en acciones y $2.909 millones en Cedears, la Bolsa porteña bajó otro 1%. Al tiempo que los ADR argentinos en Nueva York estuvieron mixtas, con suba del 1 al 4,3% para Loma Negra, Bioceres, Supervielle, TGS y Macro; y con baja del 1 al 4% para Despegar, Central Puerto, YPF e IRSA.

El foco de la mala reacción del mercado local, que mantiene aplastadas a las acciones y en el fondo de un tarro a los bonos, con el dólar reaccionando lentamente, tiene que ver con que el efecto Massa, que supuestamente iba a llegar con una posición más amigable para los mercados, sigue siendo más de lo mismo: mercado cerrado, capitalismo de amigos y con el Estado definiendo quién gana y quién pierde dinero. El mismo Massa inconscientemente fustigó al frustrante "compre argentino", amenazando con abrirle la importación al sector textil, muy protegido, que (sin competencia) terminó entregando la mayor inflación de todo el espectro.

El mundo se agita

¿Qué perspectivas se abren a partir de ahora sobre todo en los mercados globales? En casi todas partes la inflación se sostiene alta, la recesión llega con rezago, y por ahora están entrando los últimos balances buenos. Eso hace que los osos se metan un rato en sus cuevas, al tiempo que los toros ansiosos festejen momentáneamente. Pero cuando la recesión castigue y la inflación baje muy lento, los toros se encontrarán con el torero y los osos volverán a salir.

Hay varios elementos que pueden entregar sorpresas, además de Putin y de Xi Jinping. Está la elección presidencial de Brasil en dos semanas y la elección de medio término en EE.UU. en tres, y ambas pueden provocar oleaje. Una encuesta de Bank of America entre CEO indicó que ven un horizonte muy cauteloso, en el que el piso estará dentro de seis meses. Deutsche Bank ya lanzó un informe en el que dice que hay al menos 15 estados de EE.UU. que ya están mostrando señales recesivas. Y como protección a lo que viene, los principales bancos de inversión van incrementando posiciones cash en sus carteras: todo líquido, afuera de todo.

El presidente del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, Raphael Bostic dijo que la Fed tendrá dificultades con el empleo a menos que pueda controlar la inflación. Afirmó que "el dolor de corto plazo debería conducir a beneficios significativos en el largo" y por eso el mercado espera que la FED suba la tasa otra vez la tasa corta en 0,75% el 9 de noviembre, un día después de la derrota de Biden. En general hay más pesimismo en las acciones inglesas y de Europa, y no tanto en las acciones de los mercados emergentes. Se ve a China, con problemas económicos, sobre todo inmobiliarios, y eso hace que empiece a comprar menos (achica por ejemplo la compra de carne argentina) y su Banco Central advirtió que si el yuan sigue bajando va a salir a intervenir para sostenerle un piso. En Europa los bonos de Italia y de Grecia siguen bajando y sus tasas a 10 años ya están en 4,7 y 4,9% anual respectivamente. Y hubo un martes con paro nacional en Francia con un masivo pedido de mejora de salarios. O sea, en todas partes hay problemas, y esto augura que los países más débiles, como Argentina, no tenga por delante un camino para nada sencillo.

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