Panorama
En un día que a nivel global fue dominado por una masiva falla informática (que complicó a aeropuertos, hospitales, bancos y sistemas de suministro) y con un Joe Biden que va perdiendo cada vez más respaldo para que mantenga su candidatura, el mercado argentino tuvo una rueda intrincada, incluso después de haber resulto casi todos los puts con los bancos, en las vísperas de que el lunes se eliminen los pases del BCRA y se reconviertan en Letras Fiscales de Liquidez (LeFi).
En los hechos, por lo menos este viernes, tuvieron razón los economistas que vienen advirtiendo que la estrategia de comprarle dólares a la exportación y venderlos en el contado con liquidación para retirar los pesos emitidos con la adquisición de divisas es realmente una manta corta, ya que no permitirá sumar reservas y que, sin dólares en el BCRA, el precio de los bonos no podrá levantar cabeza, por lo que el riesgo país se mantendrá en un nivel muy elevado, a las puertas de un complejo año 2025 que acumula vencimientos en dólares del orden de los US$ 12.000 millones, que en este momento Argentina no tiene, y que ni el FMI ni nadie le quiere prestar.
A rajatabla, Luis Caputo sigue sin variar su plan ni un milímetro. Su idea es mantener el crawling peg con una variación mensual del 2% y secar de pesos por completo el mercado hasta que la inflación converja con la actual suba del dólar oficial, para terminar sacando el cepo cambiario hacia fin de año, junto con el retiro del impuesto país.
Todo eso, una vez que -según dijo el propio Javier Milei- tanto que la inflación y la devaluación tiendan a una variación mensual del orden del 0%. Pero la principal fuente de dólares -el campo- sigue sin liquidar, y para mantener a los dólares libres a raya, sin que la brecha cambiaria se escape, el BCRA fue obligado a realizar una venta la mayor venta de dólares de todo el mes.
Y el tema no es menor: entre pagos de vencimientos de deuda con bonistas, con organismos internacionales y por compra de gas para abastecer una demanda que enfrenta días con muy bajas temperaturas, el Banco Central lleva perdidos en los últimos 30 días nada menos que US$ 2.378 millones, tiene reservas colocadas nuevamente en territorio negativo, y ya lo adelantó el presidente de la autoridad monetaria, Santiago Bausili, en la conferencia que hizo con Luis Caputo hace un par de viernes: esperan que en los próximos tres meses Reconquista 266 pierda otros US$ 3.000 millones, por lo que la situación puede llevar a una situación de desconfianza mayor a la que se viene extendiendo desde marzo.
Este complejo momento de Argentina se dio ayer con una gran sorpresa. El jueves a última hora se realizó la actualización del servicio informático de ciberseguridad CrowdStrike que protege los sistemas de Microsoft, y que mantiene el funcionamiento de millones de computadoras en los países más desarrollados, ya que el costo de esta protección es muy elevado, por lo que en Argentina casi nadie lo utiliza.
Esta suerte de antivirus tuvo un problema al actualizarse, las computadoras se apagaron, y no se pudieron encender, lo cual sumió a muchísimas actividades en EE.UU., Europa, Asia y Australia en una ceguera casi absoluta.
Sin saberse muy bien qué estaba sucediendo, eso provocó un rebote en las tasas largas de EE.UU.: se pagó 4,9% anual a 1 año de plazo, 4,2% anual a 5 años, 4,2% anual a 10 años y 4,5% anual a 30 años.
Y eso a su vez terminó impactando en el temor de muchos inversores que volvieron a pasarse al dólar como refugio, tanto que en el exterior el billete verde subió contra todo: avanzó 0,6% en Chile, 0,4% en México, 0,3% en Brasil y contra la libra, 0,2% contra el euro y 0,1% en China y Japón.
En el mercado cambiario argentino, sin CrowdStrike en casi ninguna parte, y con los productores agropecuarios sin liquidar porque están descontentos por los precios internacionales, por el valor del tipo de cambio y por retenciones que no bajan, la composición de los dólares fue completamente diferente.
Luego de que, con el dólar exportador a $1038,65, el BCRA vendió US$106 millones en el mercado (y al final del día la autoridad monetaria perdió US$ 42 millones en las reservas), el dólar blue bajó $10 hasta $1.445, pero el Senebi subió $22,07 hasta $1.394,52, el MEP subió $15,15 hasta $1.331,70 y el contado con liquidación subió $15,60 hasta $1.340,73. Por lo que la brecha entre el oficial y el blue fue del 50% y la del CCL con el mayorista fue del 44%.
La baja de reservas y la expectativa de que no habrá liquidación de exportaciones consistente por lo menos hasta octubre, hace crecer a los inversores que puede haber problemas para pagar la deuda en 2025.
Así, en un día en el que Caputo confirmó que el BCRA sacó oro de las reservas y lo envió a Londres (donde rinden interés, ya que aquí no lo hacen), el ministro de Economía también le recomendó a la gente que no compren dólares, porque secará la plaza de pesos y tendrán que vender dólares para pagar impuestos.
Sin embargo, eso no mejoró el humor inversor y, con más negocios, los bonos argentinos perdieron 0,5% por lo que el riesgo país subió 3 unidades, hasta 1.590 puntos básicos.
Las complicaciones informáticas, la persistente presión para que Biden se baje, con Donald Trump empezando a hacer declaraciones como si ya estuviera nuevamente adentro de la Casa Blanca, determinaron una nueva baja en la Bolsa de Nueva York: el S&P bajó 0,7%, el Nasdaq achicó 0,8% y el Dow perdió 0,9%. Mientras que la Bolsa de San Pablo bajó 0,1% y la de México subió 1,2%.
Mientras tanto, el mercado bursátil argentino no le hizo caso a la manta corta que advierte la mitad del espinel de economistas.
- Con $19.347 millones operados en acciones y $26.454 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires subió 2,6% y los ADR argentinos en Nueva York anotaron una suba en bloque del 1% al 6% para Edenor, Macro, Supervielle, Pampa E, Francés, Galicia, TGS, Cresud, IRSA, Mercado Libre, YPF y Telecom; con baja del 2% para Despegar.
Toda esta situación se concretó con diferencias notables en los precios de las materias primas. Se anotó una caída del 2,7% para el petróleo. Los metales preciosos también estuvieron hacia abajo. Los metales básicos terminaron aún más afectados. Los granos atravesaron una rueda mixta tanto en Chicago como en Rosario, con buen día para soja y trigo, y mal día para el maíz.
Y, sorpresivamente, el gran ganador de día fue el mundo cripto: hubo un salto del 6,2% para el Bitcoin con mejoras similares para el resto de los valores de ese panel.
