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Con cisne negro en Brasil, los mercados aguantaron bien

Wall Street fue de mayor a menor, esperando el IPC del jueves y los balances el viernes. Aquí el dólar estuvo tranquilo, los bonos y las acciones bien.

Se temía por el impacto que tendrían los hechos en  Brasil. Sin embargo, los mercados operaron normalmente.
Se temía por el impacto que tendrían los hechos en Brasil. Sin embargo, los mercados operaron normalmente.
Luis Varela 10 enero de 2023

Después de un domingo en el que toda América latina tembló, mirando lo que pasaba en Brasil, con el intento de golpe de Estado en algo que de alguna manera fue considerado como una suerte de "cisne negro" por sus condiciones inesperadas, el mercado global tuvo ayer un segundo lunes de 2023 con los precios de mayor a menor, pasándose de verde a rojo en los últimos minutos del día, pero la plaza financiera argentina aguantó bastante bien, con dólar bastante tranquilo, bonos firmes, riesgo país en baja, nueva suba para las acciones en la Bolsa porteña y una suba en bloque para los ADR argentinos en Nueva York.

Bajo impacto

Como si la conmoción brasileña no hubiera importado absolutamente nada, la Bolsa de Nueva York abrió con buen humor y con índices marcadamente a la suba, con los inversores especulando con que el dato de inflación que se anunciará en EE.UU. este jueves va a ser lo suficientemente bajo, como para que dentro de tres semanas el titular de la Fed Jerome Powell anuncie una nueva suba de la tasa de interés corta de sólo 25 punto básicos. Eso impulsó los precios de las acciones, hizo bajar el precio de los bonos, debilitó la tasa a vencimiento de los titulos del Tesoro, y detrás de eso se debilitó el dólar a nivel global.

Pero la tendencia está sin una dirección demasiado definida, y se viene cumpliendo con la recomendación de "vender con cada suba", por lo que a media rueda, al llegar a un pico, grandes inversores comenzaron a retirarse, tanto que el índice industrial Dow Jones terminó hacia abajo, el S&P apenas en descenso y solo pudo aguantar el Nasdaq, que es el que más sufrió en 2022. Todo es pura especulación, computando qué es lo que está pasando con el empleo, qué puede llegar a pasar con el dato inflacionario y, en definitiva, qué margen podrá tener Powell el 1 de febrero para repetir otra suba de tasas cortas de medio punto y realizar dos subas más, como pronostica el banco de inversión Goldman Sachs.

De este modo, Wall Street, que funciona como faro del resto de los mercados por el tamaño de volumen de negocios que opera cada día, sigue marcado el ritmo de todas las operaciones. Por el momento los inversores parecen estar convencidos de que EE.UU. va hacia una recesión suave. Y el día decisivo para esta parte del ciclo será el jueves, cuando se informe el IPC. Si da marcadamente por abajo del 7% anual, los inversores se pondrán aún más optimistas, persistiendo con la suba. Pero si el índice da igual o con un descenso mínimo, el mercado continuará evolucionando como en una suerte de serrucho, en el que vender con cada suba seguirá siendo el patrón de lo que se opera. Vender lo caro, rotar, y comprar lo barato.

El dato de inflación, clave

Paradójicamente, los especuladores de Wall Street creen que el IPC dará por debajo del 7% porque tanto las tecnológicas como los bancos están anunciando despidos. Hay recortes significativos ya confirmados en Bank of America, JP Morgan, Citi, Wells Fargo, Black Rock, Bank of New York, y las tecnológicas también vienen con anuncios muy pálidos. El viernes, un día después de difundirse el IPC, empezarán a entrar a Wall Street los balances trimestrales, con cierre a diciembre. Los primeros números serán de los bancos, que muestran inquietud. Seguirán las tecnológicas que también vienen pálidas. Las empresas vinculadas a la energía prometen venir bien. Y las de consumo no muestran gran expectativa. De ese modo, si se cumple lo pronosticado, el mercado neoyorquino tendrá el peor trimestre desde el período julio-septiembre de 2020. 

El clima es pesimista, luego de un 2022 muy malo. Pero hay que pensar que la valuación de las acciones estaba ubicada arriba de 22 veces ganancias y que con los números que se presentarán ahora podrán ir a 17 veces ganancias, que es un nivel promedio histórico. Lo malo es que muchos analistas advierten que en la presente condición, con la Fed manteniendo la tasa alta hasta bien entrado 2024 se podrá ir a un promedio de 14 veces ganancias, lo cual confirmaría que los índices pueden llegar a sufrir el recorte del 20% o 25% que vinieron pronosticando algunos bancos de inversión.

Tasas y valor del dólar

La condición de ayer hizo que las tasas largas de EE.UU. cedieran apenas: se pagó 4,7% anual a 1 año, 3,7% a 5 años, 3,5% a 10 años y 3,7% a 30 años. Y como consecuencia de eso, más la apertura en China, el mejo clima en Europa porque Putin está mostrando señales de debilidad, en el exterior el dólar subió ayer 0,6% en Brasil (por la tensión institucional) y 0,1% en México, pero bajó 0,2% en Japón, 0,4% en Chile, 0,8% contra la libra, 0,9% contra el euro y cayó 1% contra el yuan.

A nivel local, sin embargo, en un día en el que se pagaron los cupones de los bonos del canje realizado por Guzmán en agosto de 2020 y con el inicio del trámite para devolverle al FMI parte de los DEG que nos prestó para no caer en default, la plaza cambiaria local estuvo bastante tranquila. El dólar blue subió $1 hasta $355, pero mientras el BCRA ya anunció pérdida de reservas por US$ 1.057 millones (que se completarán en una mayor caída en los próximos dos días), el dólar Qatar saltó $2,22 hasta $375,44, el Senebi bajó $5,93 hasta $340,22, el MEP bajó $2,74  hasta $327,17  y el contado con liquidación cayó $5,07 hasta $333,80. Por lo que la brecha entre el blue y el oficial se mantuvo en el 89% y la del CCL y el mayorista fue del 85%. Pero atención: el dólar está manso porque el BCRA está interviniendo permanentemente con bonos. si se compara el peso con otras monedas, la caída es permanente: ayer, medidos en pesos, la libra oficial saltó 2,75 pesos hasta 219,52, el euro subió 2,68 hasta 193,53, sólo el real bajó 2 centavos hasta 34,26 por los ataques en Brasilia. Todo con las tasas de las Leliq y los plazos fijos clavadas en el 75% anual.

Commodities en alza

Esta tranquilidad cambiaria local mientras Wall Street cerró mixto (con suba del 0,6% para el Nasdaq, pero con baja del 0,1% para el S&P y descenso del 0,3% para el Dow), se vio coronado con una firme suba del 1% en la Bolsa de México, pero con una baja del 0,2% en la de San Pablo. Esta condición se da porque la reapertura China reactiva el valor de los commodities. Ayer hubo suba del 1,4% para el petróleo, los metales preciosos actuaron mixtos, hubo muy alta volatilidad para los metales básicos, precios también mixtos para los granos tanto en Chicago como en Rosario, y la estrella del día fueron las criptomonedas, que con la inseguridad general resucitan: hubo un salto del 2,4% para el Bitcoin, con subas de hasta el 7% en el resto de los valores del panel, fundamentalmente el Cardano y el Litecoin.

Aparte de todo esto estuvieron los bonos argentinos. Como se pagaron los cupones, y como venimos de un canje en el que se limpiaron vencimientos hasta fin de marzo, se está viviendo una suerte de veranito. Por eso los bonos argentinos volvieron a tener subas ayer que llegaron al 2% promedio, por lo que el riesgo país volvió a declinar: se achicó en otras 15 unidades, hasta 2.079 puntos básicos.

Un buen día para la Bolsa

Pero las sonrisas mayores se dieron nuevamente en la Bolsa. Con $3.895 millones operados en acciones y $5.241 millones en Cedears, hubo una suba del 1% en la Bolsa de Buenos Aires. Al tiempo que los ADR argentinos que cotizan en Nueva York tuvieron una suba en bloque del 1% al 5,5% para Grupo Supervielle, Edenor, IRSA, Mercado Libre, YPF, TGS, Galicia, Banco Macro, Central Puerto, Telecom, Despegar y Pampa E. Esta reacción hace que el índice S&P Merval medido en dólares alcance su mayor valor desde las PASO 2019. 

Pero atención, hay que ver bien dónde estamos parados. El canje de massa limpió vencimientos por doce semanas. Desde ahora a fin de mes debe realizar dos licitaciones. En el primer trimestre aún vencen  bonos en pesos por casi $ 1,5 billones (en enero vencen $ 389.000 millones, en febrero vencen $411.000 millones y en marzo vencen $689.000 millones). Son cifras más manejables que las que había hasta hace poco, pero el BCRA sigue comprando bonos con emisión en el mercado secundario y luego entra a los canjes y le ayuda a rolear al Tesoro, sin importar que el FMI le haya dicho que deje de hacerlo.

Hay otro gran tema. Ayer la Ciudad dio su cálculo de la inflación de diciembre. Le dio 5,8% para el último mes del año y 93,4% para todo 2022. Y tanto el REM realizado por el BCRA como las consultoras afirman que la inflación de 2023 será más alta que la de 2022. El consenso es que esté en torno al 100% o 105%. Este jueves el Indec dará su medición. En noviembre a la CABA también le había dado 5,8% y el Indec sorprendió con un 4,9%. Massa está diciendo que puede llegar a ser de menos del 5%, veremos que anuncia Marco Lavagna pasado mañana.

Hay muchas dudas. Delphos Investment sacó un informe advirtiendo que la sequía le quitará al país gruesos ingresos de dólares, por cantidades y posiblemente también por precios. Ese recorte puede traer al mercado local unos US$ 8.500 millones menos que los entrados el año pasado. Especialistas de Consultatio dicen que si Massa hiciera el milagro de recortar el rojo fiscal en 2%, eso no movería la aguja porque la deuda en pesos es del orden del 10% del PBI y la deuda del BCRA es de otro 10% adicional. 

Sin leer la herencia que va dejando para que las cosas no exploten aquí y ahora, los fervientes seguidores del oficialismo sonríen diciendo que Massa saca conejos de la galera y que se llegará a la elección sin problemas. Sin embargo, en línea con lo que advirtió el FMI, la calificadora S&P Global le bajó la calificación a los bonos en pesos de la Argentina, desde AAA- a default selectivo. Consideró que el canje de la semana pasada fue desfavorable por ausencia de inversores privados y alta participación del sector público, todas con renovaciones de muy corto plazo y sostenidas con emisión pura del BCRA.

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