El Economista - 70 años
Versión digital

jue 25 Abr

BUE 17°C
Panorama

Cada vez más esfuerzo para estar en el mismo lugar

Con gasto de reservas y pago de tasas de interés más altas, el Gobierno logró apaciguar algo la suba en bloque de todos los dólares.

El blue quieto, aunque el fuga sigue trepando.
El blue quieto, aunque el fuga sigue trepando. Archivo
Luis Varela 24 enero de 2023

En la mitología griega existió un hombre que era rey de Efira (antiguo nombre de Corinto) que hizo enfadar a los Dioses y, como castigo, fue obligado a empujar eternamente una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, pero antes de que alcanzase la cima de la colina la piedra siempre rodaba hacia abajo, y Sísifo tenía que empezar de nuevo desde el principio, habiendo realizado todo ese trabajo en vano.

De alguna manera, imitando el esfuerzo de Sísifo, sumergiendo a la Argentina en un caer indefinidamente, el Gobierno sigue con la misma estrategia: gasta reservas, toma deuda en pesos, se endeuda en dólares, todo con el objetivo de tener al precio del dólar lo más controlado posible, con la idea de que si logra aquietarlo lo podrá utilizar como ancla de la inflación, y con eso resolver el laberinto en el que está metido el país desde hace décadas.

Y ayer, la tarea de Sísifo fue repetida, solo que con más esfuerzo. Ayer, para evitar que los precios de los 15 dólares de Alberto saltaran por los aires, el Banco Central tuvo que subir 12 puntos la tasa corta a un día que le paga a los fondos comunes de inversión (hasta 68,5% anual, que en términos efectivos es de casi 99%), emitió pesos para comprar bonos en el mercado. Y Massa, desde el Tesoro, usó dólares de las reservas para intervenir los bonos, para que los dólares financieros libres no estallaran.

Y de alguna manera, muy de corto plazo, aunque no enteramente, logró su cometido. Con mucho costo, con el BCRA vendiendo en el mercado de cambios por quinto día consecutivo, perdió otros US$ 48 millones de las reservas. Y estiman que Massa usó otros US$ 30 millones para intervenir los bonos, vaciando más las divisas líquidas escasas que hay en Reconquista 266. Y pese a ese esfuerzo, el dólar blue siguió en $376, sin cambios. El dólar Qatar subió $2,06 hasta $383,36. El dólar Senebi saltó $7,98 hasta $371,74. El dólar mep cedió 31 centavos hasta $352,21. Y el contado con liquidación subió $2,46 hasta $363,56. Por lo que la brecha entre el blue y el oficial fue del 96% y la brecha entre el CCL y el mayorista fue del 97%. O sea, estamos en el mismo lugar, luego de haber vaciado más los bolsillos y comprometido aún más los pagos futuros.

Esta condición cambiaria se dio con un contexto internacional divergente, en el que los inversores están convencidos de que la recesión que viene será suave y que la Fed no podrá subir las tasas de interés demasiado ni por mucho tiempo, a pesar de que el titular de este organismo, Jerome Powell, advirtió que la suba se hará en la apertura de febrero y en marzo, y que se mantendrá la tasa corta arriba del 5% anual y se mantendrá ahí todo 2023. En un mensaje que de alguna manera fue repetido, con valores un poco menores, por la titular del BCE, Christine Lagarde.

Pero por encima de lo que parece creer ciegamente el mercado, las tasas de interés largas de EE.UU. hicieron ayer un movimiento en la dirección que viene avisando Powell. Las tasas largas norteamericanas volvieron ayer a la tendencia alcista: se pagó 4,7% anual a 1 año, 3,6% a 5 años, 3,5% a 10 años y 3,7% a 30 años. Y con eso en el exterior el dólar volvió a tener un segundo día mixto, como ocurrió el viernes pasado, abandonando una barranca de dos meses. Ayer el billete verde subió 0,9% contra el yen y 0,2% contra la libra, no cambió en brasil, y bajó 0,1% en Chile y contra el euro y achicó 0,3% en México.

Por debajo de lo que ocurre con el mercado cambiario, los títulos de todas partes están en estado bamboleante, y en Argentina no se sabe realmente lo que ocurre. Los títulos públicos argentinos volvieron a subir algo más del 1%, pero con gran diferencia, ya que los bonos más cortos acumulan últimamente una suba del 40%, mientas que el aumento de los bonos más largos es de sólo 20%, por lo que en el mercado nadie sabe contestar si esta mejora en las cotizaciones obedece a compra y venta genuina de inversores privados, o si todo es fruto de emisión e intervención del Gobierno, que empuja el cepo de cotizaciones con un interés claramente electoral. En ese contexto, nadie sabe quién es el que sostiene los precios y, con triple volumen operado, con fondos que no se sabe de dónde vienen, los bonos tuvieron otra suba y el riesgo país bajó 33 unidades, hasta 1.843 puntos básicos. Por lo que se mantiene el zig zag de la deuda, con un dólar libre que se acerca a posiciones cada vez más elevadas.

Y Massa, que ya tiene acostumbrado al mercado a sacar de la galera conejos cada vez más dudosos, dejó entrever que negocia una Repo (un título que le colocará a 2 bancos internacionales y un fondo de inversión) entregando bonos como garantía y pagando una tasa de interés en dólares que nadie conoce, por lo que el endeudamiento sigue creciendo. Mientras que como adicional, tiene pensado lanzar un dólar soja 3.0 si las lluvias que comenzaron a caer entregan alguna cosecha posible, sobre todo en los inicios de mayo. Y, preparándose para un segundo trimestre con vencimientos algunas veces superiores a los $2 billones, este viernes realizará otra licitación: no tiene que cubrir un dinero grande, son $165.000 millones, casi todos en manos privadas. Y no tendrá problemas para cubrirlo porque el BCRA ya compró bonos con emisión, y más organismos públicos participarán del nuevo llamado. Todo con emisión indirecta.

Mientras tanto, el tic tac electoral está corriendo. En apenas 20 días, el 12 de febrero, se realizará la primera PASO en la provincia de La Pampa, y de ahí en adelante habrá 13 domingos electorales antes de las primarias nacionales del 13 de agosto. Será un test tras otro, en general de provincias dominadas por el peronismo, que se quisieron separar de la elección nacional porque la ven perdida. Pero al mismo tiempo podrán generar influencia para que las encuestas supongan que el oficialismo no está en la población con un nivel de aprobación tan bajo como el que se viene marcando.

Al mismo tiempo, se está notando cada día con más intensidad empresas que van saliendo del corsé de los Precios Justos, por lo que la inflación inferior al 5% para enero no la ve casi nadie. Muchas consultoras advierten que puede dar arriba del 5,5% o quizás más. 

Pero además de lo que pasó con el dólar, también hubo un cambio de humor en la evolución de los papeles privados. En Nueva York comienzan a entrar los balances de las tecnológicas grandes. Sólo por citar algunos casos, hoy entran los números de Microsoft, General Electric y 3 M. Mañana entran Tesla e IBM. El jueves Intel y el Viernes American Express. Hasta ahora los números que se vienen presentando son menos malos que lo que se esperaba. Y la Bolsa de Nueva York volvió a tener otro día con todo muy en verde: el Dow subió 0,8%, el S&P subió 1,2% y el Nasdaq trepó 2%, mientras que la Bolsa de San Pablo cedió 0,1% y la de México mejoró 0,8%.

A nivel local, la euforia alcista se perdió un poco con todas estas últimas maniobras de Massa. Con $6.832 millones operados en acciones y $6.595 millones en Cedear, hubo una suba del 1,1% en la bolsa de Buenos Aires. Mientras que los ADR argentinos en Nueva York estuvieron mixtas, sin la suba fuerte de Wall Street: hubo subas del 1% al 4% para TGS, Telecom, Bioceres, Cresud y Loma Negra; con baja del 2 al 3,6% para Banco Macro, Supervielle y Francés.

Los balances que se conozcan esta semana determinarán la base del ambiente que tendrá Wall Street en los próximos días. Todo a la espera de que en poco más de una semana la Fed baje el martillo y anuncie cuál es la suba de tasa corta que hará en febrero y envíe señales del tamaño que podrá tener la suba de tasa corta de marzo. Por hora pareciera que del 4,5% anual actual se subirá un cuarto de punto en los dos meses, para estacionar la tasa base en 5% anual, y ver si con eso alcanza para aplacar una inflación que ya bajó pero que sigue siendo resistente y con mucha generación de empleo.

Por ahora los inversores no creen que la Fed pueda ser muy agresiva, y tampoco creen que haya una recesión que se sienta realmente. Por eso la bolsa de Nueva York sigue recuperando terreno tras un 2022 con fuerte caída. Pero todo ocurre con gran rotación de acciones, abandonando las que más subieron, comprando las que más bajaron y eludiendo los sectores que puedan sentir bajas en ventas.

Debajo de todo eso que es pura especulación futura, las commodities se movieron ayer con resultado muy cambiante. Hubo una suba del 0,4% para el petróleo. Los metales preciosos estuvieron frenados. Los metales básicos actuaron mixtos. Y la gran mala noticia para la Argentina fue que en Brasil se anunció una gran cosecha y la lluvia incipiente que hay en Argentina hizo que los precios de los granos en Chicago se pincharan: hubo  caída del 2,7% para el trigo, descenso del 1,4% para el maíz y baja del 1% para la soja. Todo con una de las posiciones de reserva que venía pasando un criptoinvierno resucitando: luego de rozar los US$ 23.000 durante el fin de semana, el Bitcoin retrocedió algo ayer pero subió 1,9% contra el viernes con clima híper selectivo en el resto de las criptomonedas.

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés