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Afuera hay locura bursátil y adentro la canción es la misma

Hubo malos datos de la economía de EE.UU. y la Bolsa de Nueva York festejó, con debilidad para el dólar. A nivel local el blue cedió (los ahorristas están sin plata), pero los dólares financieros subieron.

Los bonos mejoraron, la Bolsa se detuvo y el BCRA juntó reservas pero menos.
Los bonos mejoraron, la Bolsa se detuvo y el BCRA juntó reservas pero menos. .
Luis Varela 05 octubre de 2022

Después de un setiembre dramático, octubre entregó ayer la segunda rueda consecutiva con alivio para los mercados financieros, pero en una suerte de enfermedad que fue denominada por algunos analistas como una verdadera locura bursátil, en la que hay gran rotación de papeles y volatilidad extrema, en la que raramente los inversores altamente especulativos hacen equilibrio en un alambre y festejan las malas noticias.

Después de los malos datos de la industria manufacturera norteamericana conocidos el lunes, el foco del movimiento de ayer tuvo que ver con una cifra eminentemente laboral: se conoció que en agosto se perdieron 1 millón de ofertas de empleo, ya que en julio se habían registrado en todo EE.UU. pedidos por 11,2 millones, en agosto ese número se redujo a 10,1 millones de puestos, la menor cantidad mensual desde julio de 2021.

Eso supone que las actuales tasas altas que colocó la Fed ya están provocando un freno en la economía y que posiblemente alcancen estas tasas para frenar la inflación. Y otro dato para la consola se conocerá el viernes, cuando los norteamericanos darán a conocer los datos de empleo del mes de setiembre y ese será otro mojón en el que se basarán los inversores altamente especulativos, para ver si siguen apostando a la suban en Wall Street, que ayer festejó de lo lindo.

Estas movidas (negativas en lo económico pero positivas para la Bolsa de Nueva York) surgen porque presuponen que con estos datos el titular de la Fed, Jerome Powell, no se verá obligado a apretar el botón atómico. Dicho de otro modo, es posible que el 9 de noviembre, un día después de la elección de medio término en EE.UU., es posible que la Fed no suba otro 0,75 punto la tasa corta norteamericana, llevándola al 4% anual. Y, de hecho, ayer mismo las tasas largas cedieron: se pago 4% anual a 1 año, 3,8% a 5 años, 3,6% a 10 años y 3,7% a 30 años, algo menos que en los últimos días del setiembre negro.

Con esto, más las políticas aplicadas en la Unión Europea y en Gran Bretaña, el dólar global aflojó algo: en el exterior el billete verde subió ayer 0,2% en Brasil, pero bajó 0,3% en México, 0,4% en Japón, 0,9% en Chile, 1,4% contra la libra y 1,7% contra el euro. Y con todo este movimiento Wall Street festejó, sobre todo impulsaron por un salto del 22% en Twitter, estallando porque Elon Musk volvió a hacer de las suyas, al decir que ahora quiere volver a comprar esa compañía por US$ 44.000 M, y ahora de manera bamboleante todo sube a pesar de que los malos datos económicos pueden anticipar malos balances para las empresas, y peores relaciones precio-ganancia para el futuro.

Sin embargo, a contramano de los jugadores fuertes de la Bolsa de Nueva York, los precios de las materias primas siguieron ayer con el semáforo en rojo. Hoy la OPEP+ se reúne en Viena, aparentemente recortará fuer la oferta de barriles (en un millón de barriles por día) y hubo una nueva suba del 3,5% para el petróleo, con los metales preciosos repuntando, con fuerte suba para los metales básicos, con granos sostenidos en Chicago pero sobre todo en Rosario y con buen rebote para las criptomonedas.

Al referirnos específicamente al mínimo mercado local, en Argentina el libreto se repite. Hay preocupación entre inversores y empresas porque, encorsetado, Sergio Massa no cambia, o no puede cambiar. Tal como le ocurrió a Martín Guzmán, ahora que terminó el dólar soja, el nuevo ministro de Economía se ve obligado a cerrar más la economía para cuidar las reservas juntadas en el BCRA, atrasa la suba de tarifas y vuelve con la repetida historia de los precios cuidados, algo que no funcionó ni con los sumerios, ni con los medos, ni con los persas. Como señaló Jesús Rodríguez (Auditor General de la Nación) "necrofilia ideológica”, o el amor por ideas muertas.

Así, mientras en el mundo el dólar global dio un paso atrás, a nivel local el blue (porque los ahorristas pequeños están tapados de gastos y deben usar los pesos para el almacén) pero los dólares financieros volvieron a apuntar hacia arriba, el Banco Central juntó algunas reservas, pero menos que en la última semana de setiembre con el dólar soja. Y hay preocupación porque arrancó octubre, no se ven lluvias a la vista, cayó la cuarta parte de agua que lo usual hasta este momento, y hay cosecha en riesgo y pocos dólares a la vista.

Mientras el crawling peg de los dólares oficiales sigue avanzando más lento que la inflación (octubre arrancó con subas en alimentos que van del 6% al 16%), el blue bajó ayer $2 hasta $282, el dólar Senebi subió 30 centavos hasta $312,52, el dólar MEP subió $1,80 hasta $299,77 y el Contado Con Liquidación subió $1,22 hasta $308,20. Y con eso la brecha entre el oficial y el blue fue del 81% y la brecha entre el CCL y el mayorista fue del 107%.

Y lo que está por venir es preocupante, porque lejos de los US$ 250 millones  por día que juntaba con las últimas ruedas del dólar soja, el BCRA logró ayer sumar reservas por US$ 80 millones en un clima que se va agotando. Y nadie espera que el de alguna manera denominado dólar tecno (que es una suerte de beneficios impositivos que nadie sabe cuánto pueden llegar a durar) invita a la economía de la inteligencia a ingresar US$ 1.000 por mes a dólar lleno, cuando mucha gente del sector gana mucho más que eso, y no necesita de ese pentagrama, ya que cobra sus dólares en el exterior, los deja en una cuenta afuera y cada vez que necesita liquidez para cubrir costos locales los trae enteros a través de criptomonedas.

Y, por si eso fuera poco, otra cosa que causó más inquietud fue que las tasas del 75% anual en plazos fijos y Leliqs no seducen a los ahorristas, ya que los sojeros que están cobrando el remanente o compran cosas o compran dólar mep. Y para sacar pesos del mercado y que los dólares no se estiren más ayer el BCRA chupó de los bancos otros $ 649.612 millones en Leliqs cortas, en una bola de nieve que ya se acerca a los $ 9 billones, y que el titular de la autoridad monetaria Miguel Angel Pesce se encargó de salir a decir que ese no es un problema para 2023, año en el que, según JP Morgan, Argentina volverá a tener una inflación superior al 100%.

Dicho sea de paso, la inflación mensual se consolida en el escalón del 7%, lo cual anualizado da 125%, hay analistas que avisan que se vienen variaciones mensuales de dos dígitos. Pero agregando más tensión a este país que ya está con tantos problemas, Pablo Moyano se hizo presente en el ministerio de Trabajo y reclamó un aumento del 130%, más un bono especial extra, más retoques en Ganancias, en reclamos que si, no se cumplen, "el paro de los neumáticos habrá parecido un poroto".

A pesar de este cuadro, con bajo volumen operado, los titulos argentinos lograron recuperar ayer otro 1,3% promedio, por lo que el riesgo país cedió 19 unidades hasta 2.683 puntos básicos. Y, mientras la Bolsa de Nueva York anotó en sus tres índices una suba promedio del 3,1%, con San Pablo 0,1% arriba (asimilando el balotaje que viene entre Lula y Bolsonaro) y con México mejorando 1,4%, la Bolsa de Buenos Aires quedó flaca y sin fuerza. Con $2.003 millones operados en acciones y $5.100 millones en Cedear, el índice S&P Merval bajó 0,1%. Y las ADRS argentinas que operan en Nueva York estuvieron casi todas en positivo, con suba del 1% al 10% para Despegar, Mercado Libre, TGS, Francés, Bioceres, Supervielle, IRSA, YPF y Loma Negra, con baja del 1,7% para Pampa E.

Veremos qué pasa con las reservas del BCRA y qué dato de empleo entrega EE.UU. el viernes. Ayer por lo pronto los commodities indicaron que hay grandes chances de que Powell siga apretando el cinturón, y que las tasas largas norteamericanas se terminen acercando al menos hasta el 5% anual. Por ahora, los que saben, insisten: se viene una recesión en Europa y en EE.UU. y cada subas es una oportunidad de venta, por lo que hay que caminar en puntas de pie, y seguir tratando de realizar operaciones lo más seguras posibles.

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